¿Lloras, Moriana, con pena, por tu marido cristiano mientras duerme en tu regazo la cabeza venturosa de Galván enamorado, después de que otra ciudad a tu nombre ha traspasado porque por una vez más a las damas …

¿Lloras, Moriana, con pena, por tu marido cristiano mientras duerme en tu regazo la cabeza venturosa de Galván enamorado, después de que otra ciudad a tu nombre ha traspasado porque por una vez más a las damas …
Sherezade solo disponía de una noche para salvar la vida de todas las mujeres de Samarkanda. Aquella noche era su última noche bajo las estrellas, abrumada por los enfermizos celos de su esposo. …
Una mancebía de medio pelo dirige Celestina en Salamanca; arrugada y perdida su piel blanca cubre sus canas con tupido velo. A Melibea le ha alojado el celo hacia Calixto en su alma blanca y al mozo proporciona la palanca …
EURÍDICE Te desvaneciste, Eurídice, castigada por la ira de Perséfone al leve movimiento de tu esposo. A punto de lograr la maravilla del encuentro cuando ya tu rostro se inundaba de luz y tus manos nemorosas comenzaban a alcanzarle saliendo …
La madrastra se mira en el espejo y al encontrarse vieja y decadente a Blancanieves odia eternamente abrumada su mente por complejos. Frunciendo con desdén el entrecejo persigue a la princesa arteramente dándole una manzana tan vilmente que se …
Ya nos canta la alondra, mi Romeo. Ya amaneció: debes marcharte ahora. Te perderé al comenzar la aurora, rota mi alma tras el escarceo de esta noche de amor, como un mareo con remolino rojo, que enamora mi …
Hartose, LISÍSTRATA, de sentirse reposo del guerrero, que agotado yacía junto a ella, derrotado o glorioso, ansioso por partirse otra vez a la lucha, y repetirse jugándose la vida, ya olvidado el placer del amor, tan …
Eva se aburría en el Paraíso donde el mundo asomaba floreciendo el tapiz de los campos, luciendo sin pudor arroyos de cristal para mirarse, pájaros que trinaban aleluyas sutiles serpientes de color con mirada desafiante, y el …
GINEBRA Casi una niña, con trenzas todavía, llegaste a Camelot. Arturo te esperaba con su corte de doce caballeros muy barbados para hacerte su reina. Al verte reflejada en las doce armaduras tan brillantes, sentiste doce veces tu infancia …
Cierra las ventanas, Bernarda, no las traspase el sol que quema las esencias del patriarcado feroz, apuntalado por las mujeres intransigentes y beatas. Cierra las ventanas, Bernarda, no entre en casa el qué dirán; sujeta con trancas el corazón de …
El dramaturgo inglés apenas te deja asomar al escenario lleno de varones que rivalizan continuamente por tu posesión. Como si tú, mi Desdémona enamorada, ajena a sus argucias, fueras prenda de juego que hay que arrebatar al moro. Solo Otelo …
Ave María Purísima, le dice el Magistral a Ana, la Regenta rendido por su amor, y se presenta humilde a confesar, que le inmunice del freno clerical, que inmovilice su locura, que el corazón calienta arrebatado por atroz tormenta, y …
Cuántas “Doña Inés” tenemos que se dejan agraviar por el hombre que jura amarlas sin saber que son prenda de una apuesta con su orgullo. Y aunque las hieran, las ultrajen, descalabren o las maten de dolor no denuncian ni …