Hartose, LISÍSTRATA, de sentirse
reposo del guerrero, que agotado
yacía junto a ella, derrotado
o glorioso, ansioso por partirse
otra vez a la lucha, y repetirse
jugándose la vida, ya olvidado
el placer del amor, tan deseado,
sin mirar para atrás ni arrepentirse;
hábil conocedora de la hombría
que tiene un punto flaco en el calcaño,
expuso a las mujeres, que sería
posible terminar con ese daño
abandonando el lecho, cada día,
mientras no hubiera paz como hubo antaño.
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29-8-2016