Personajes:
Narrador
Jimena
Cid
Minaya
Martín Antolínez
Raquel
Vidas
ACTO I
(Aparecen en escena el Cid, Minaya y Martín Antolínez, “el burgalés cumplido”. Pueden estar paseando por la escena mientras se oye música)
NARRADOR :En el Corte Inglés de Burgos
do compran los fijosdalgo
le ha bloqueado la cuenta
al Cid, el rey castellano.
(Música)
(Entra doña Jimena con una bolsa de El Corte Inglés que deja sobre una mesa, toda compungida)
JIMENA ¡Ay, Rodrigo de mi vida!
que me he comprado un tocado
y al enseñar la tarjeta
el cajero me ha pitado.
CID: Pero: ¿Qué dices, Jimena?
¿Es que ya no queda saldo?
JIMENA Eso parece, Rodrigo,
que el rey Alfonso ha mandado
que no nos presten dineros
ni las cajas ni los bancos.
CID: ¿Y qué puedo hacer yo ahora,
con mi mesnada al cuidado,
sin poder alimentar
ni a personas ni ganados?
MINAYA: Tendremos que hacer un ERE
y librarnos de empleados.
JIMENA Ya no tengo en la cocina
ni legumbre ni pescado,
ni un miserable torrezno
para las sopas de ajo.
ANTOLÍNEZ: Mi caballo ya no trota
por caminos ni sembrados:
le faltan las herraduras
y el herrero me ha fallado
por haberme unido a vos
por Alfonso desterrado.
CID: ¡No puedo seguir así!
Antolínez, ¡Decid algo!
ANTOLÍNEZ: Yo le propongo, Mío Cid
tomar dinero prestado.
CID: ¿Dinero prestado, yo?
JIMENA ¿Dinero prestado el Cid
desde siempre acaudalado,
con más euros que Botín
y más acciones que un banco?
CID: Mas nos falta liquidez,
Jimena.
Nos faltan cuartos…
MINAYA: Para pagar la soldada
a la tropa y los criados.
CID: ¿Qué proponéis, Antolínez,
que parecéis enterado?
ANTOLÍNEZ: Yo conozco a un matrimonio
que vive por aquí al lado
que me arregló un mal negocio
y me hizo un buen apaño.
Ella se llama Raquel;
él, Vidas, creo que es nombrado.
CID: ¿Serán, tal vez, usureros?
ANTOLÍNEZ: No, mi señor, que es pecado.
Son simplemente banqueros
que es más moderno y más santo.
JIMENA: ¿Pues en que se diferencian
si ambos viven de prestado?
ANTOLÍNEZ: En que cotizan a Hacienda
el dinero que han dejado
JIMENA: ¿Cotizan ellos o nos?
CID. Me temo que nos, mi prenda.
MINAYA: Pues ya la hemos cagado,
si encima de andar pidiendo
hay que pagar al estado.
JIMENA: ¿Se cotiza siempre, entiendo?
ANTOLÍNEZ: Depende. Que existen trucos…
JIMENA. ¿Trucos decís?
¡Hablad, hablad ya, corriendo!
ANTOLÍNEZ. Si nadie se entera dello
ni los moros ni cristianos,
y papeles no firmamos…
JIMENA: ¡Entonces no cotizamos!
CID: Jimena… no te emociones,
que hay que dejar buena prenda
para empeñar.
JIMENA. ¿Qué prenda?
(Rodrigo saca el arca en cuestión y se la muestra a Jimena con entusiasmo)
CID: El arca de vuestro ajuar
JIMENA: Está vacía. Que en Cardeña
mandé mis joyas guardar.
CID: Algo habrá para esconder.
Minaya: ¿Qué les podréis ofrecer
y pedir seiscientos marcos?
(Minaya lleva un revuelto de papeles enorme )
MINAYA; Solo he hallado en la caja
que quedaba en vuestra casa
las acciones de Rumasa
que se venden a la baja.
Y los sellos de Filesa
que compré de buena fe.
CID: Que entren en el arca, pues.
(Más papeles)
MINAYA: Y muchas facturas falsas
que ha cobrado Urdangarín .
CID: Éste sí que es buen botín.
(Aquí se pueden añadir los temas de actualidad que procedan)
CID: Metedlos también con ellos
y cubramos nuestra arca
con guadamecí bermejo.
(Introducen todo en el arca y lo cubren con una tela roja)
JIMENA: Ajústale este candado,
que al menos está dorado.
ANTOLÍNEZ: No hay cuidado.
(Coloca el candado y le da la llave a Jimena)
ACTO II
(Martín Antolínez habla con los judíos)
ANTOLÍNEZ: Queridos Raquel y Vidas
¡Cuánto tiempo!
RAQUEL: Amigo Martín ¿Cómo vos por aquí?
ANTOLÍNEZ: Tengo un negocio redondo
para haceros pronto ricos.
VIDAS: Decid, decid.
ANTOLÍNEZ: Vos ya sabéis que Ruy Díaz,
llamado el Cid,
cobró parias en Sevilla
RAQUEL: Que entregó al rey.
ANTOLÍNEZ: Y que le dio en recompensa
un poco de calderilla.
RAQUEL: ¡Qué maravilla!
ANTOLÍNEZ: …La calderilla que os digo
que en premio por su trabajo
dio don Alfonso a Rodrigo…
VIDAS: ¡Decid! ¿A cuanto asciende?
ANTOLÍNEZ: …no es operativa…
RAQUEL: ¿Es que no ha pagado el IVA?
ANTOLÍNEZ: No Raquel: es un tesoro
que lleva incrustado en oro,
en piezas de joyería,
piedras de la morería
y alguna sarta de perlas.
RAQUEL: ¡Vamos a verlas!
ANTOLÍNEZ: ¡Alto ahí!
VIDAS: ¿Es que no puedo tenerlas?
ANTOLÍNEZ: Tenerlas habréis, don Vidas,
si es que accedéis a prestar
seiscientos marcos al Cid
con que poder sufragar
algunos pagos urgentes.
VIDAS: Aunque el Cid es buena gente
será mejor comprobar
que las joyas que decís
seiscientos marcos valdrán.
RAQUEL: ¿Dónde están las joyas?
ANTOLÍNEZ: En el arca del ajuar
de doña Jimena.
(Les enseña el arca)
VIDAS: Abridla pues.
ANTOLÍNEZ: Difícil es: que la llave
doña Jimena, en Cardeña,
al prior se la ha dejado.
(Raquel observa con detenimiento)
RAQUEL: Este candado dorado
tiene demasiado brillo.
… ¿No será de mercadillo?
ANTOLÍNEZ: ¿De mercadillo decís?
¿Es que pensáis que esta ofrenda
que os deja el Cid como prenda,
no es tan noble, que pretenda
ser abierta, sin que ofenda
a mi señor?
VIDAS: No os alteréis, don Martín.
Es la costumbre.
ANTOLÍNEZ: Pues ya es hora que en Castilla
la palabra de Ruy Díaz
sea de oro, desde el día
que expulsado por el rey
se escapó a toda pastilla.
RAQUEL: Y vaga de villa en villa
con su mesnada en tropel
sin dinero y sin sombrilla.
VIDAS: Sea pues:
Raquel, yo te pido de rodillas
que sueltes las monedillas
que te pide don Martín
aunque te cueste un pelín.
RAQUEL: Por don Martín no lo hago
Ni siquiera por Rodrigo.
es por Jimena, te digo,
que sin joyas se ha quedado.
…¿Cuánto decís, Antolínez?
(Raquel empieza a buscar debajo de las faldas la faltriquera donde guarda el dinero. Esta escena tiene que ser muy cómica)
ANTOLÍNEZ: Seiscientos marcos, señora
pa comenzar el destierro.
El Cid promete que el hierro
de su espada la Tizona
los conseguirá tan pronto
como llegue a Tarazona.
RAQUEL: ¿Cuándo os los doy?
ANTOLÍNEZ: Ahora mismo, que es de noche.
(Con mucho misterio)
VIDAS: Si nadie se entera dello
ni los moros ni cristianos,
y papeles no firmamos…
TODOS: ¡¡¡Se queda en dinero negro!!!
NARRADOR: Y de esta manera el Cid
con el arca de Jimena
repleta de aire y de arena
recibió un bolsón de escudos
que aligeró su condena.
(Música).
FIN
Petra-Jesús Blanco Rubio