SONETO EN CAMAGÜEY
Yendo a Cuba, no hablemos de la espera
sentada en la estación y acompañados
de cientos de turistas cabreados
dispuestos a tragarse la bandera.
Los ojos puestos en la carretera
donde trotan caballos desahuciados
los viajeros degustan hastiados
copa tras copa de un ron sin solera.
Llegado el autobús, entra la noche
la gente se levanta sorprendida
arrastrando maletas hacia el coche
El conductor, ajeno a la movida,
ignorando motivos de reproche,
cierra la puerta y pide su bebida
22-1-2017