Hermosa soledad, cuando es querida
y buscada por ti, que te cobija
encerrándote en tu propia vasija
que, a su vez te recoge contenida
siendo tu continente, comprendida
entre los justos límites, que elija
tu voluntad, que es madre e hija,
dueña y señora de tu única vida.
Soledad elegida y deseada
refugio de mí misma, alma en arrullo
que sueña tras la puerta de la entrada,
fanal de intimidad que me construyo
y me oculta del mundo y su mirada
como la mariposa en su capullo.
11-11-2