DUERMEVELA

 

DUERMEVELA

 

 

 

 

Me siento en el sillón tras la comida,

entornando los ojos,

mientras oigo,

sin oír,

las noticias del día.

Y quiero sumergirme en un sopor

que envuelva mi espíritu agobiado

de una corteza blanda y optimista

que oculte la tristeza cotidiana,

y cubra con flores y alegría

mi cuerpo descansado.

 

Creo levitar sobre cojines blandos

con los ojos cegados a la luz

que cruza los cristales de mi ventana abierta;

los oídos cerrados al runrún

de las penas del mundo.

 

Y en ese duermevela de la tarde

me siento tan feliz,

que sueño con un mago prodigioso

que paralice el tiempo

para poder ser yo misma

eternamente.

 

10-4-2008