Cuento de Navidad para niños ricos
En las ciudades había gente que poseía mucho dinero.
Y podía comprar cosas carísimas e inútiles que no sabían dónde colocar.
Quienes más cachivaches tenían eran los niños y las niñas.
Algunos acumulaban tantísimos juguetes, que les faltaba tiempo para jugar con todos.
Eran tantos y tantos los peluches, los videojuegos y los muñecos, que los niños ya no sabían soñar imaginando juguetes nuevos.
Ni sabían dibujar con pinturas de colores sus personajes favoritos.
Porque los plásticos tenían los colores más vivos
Ni ponerse la ropa de papá y mamá para ser más importantes.
Porque tenían trajes de princesa y de Supermán.
Ni preparar ricos bocadillos para las merendolas.
Porque ya se compraban envasados en el Supermercado.
Ni hacer flores con una servilleta de papel.
Que las vendían en las tiendas de chinos.
Aquellos niños ricos no sabían que en otros sitios había niños que no tenían ningún juguete.
La Reina de las Hadas andaba muy preocupada.
Envió entonces a su amiga, el hada Lacrisis, para que solucionara el problema.
El hada Lacrisis sabía que la culpa era de los mayores.
Y les quiso dar una lección.
Lacrisis, muy decidida, escondió el dinero del Mundo.
Y las cosas comenzaron a marchar muy mal.
Los mayores comenzaron a quedarse sin trabajo.
Cuando no hay trabajo, los papás no tienen dinero para caprichos.
A veces, tampoco tienen dinero para comer.
Y los niños, que estaban acostumbrados a disfrutar de tantos juguetes, se aburrían mucho.
Decidieron escribirles cartas a los Reyes Magos pidiendo sus regalos.
Pero los Reyes Magos tampoco tenían dinero para comprarlos.
El hada Lacrisis lo había escondido también para ellos.
Pero los Reyes…que son Magos… hicieron unos paquetes preciosos que parecían vacíos.
Y les colocaron un lazo enorme.
Cuando los niños fueron a mirar sus juguetes…
¡Cada uno encontró lo que había pedido!
Porque los paquetes estaban llenos de FANTASÍA.
Con la fantasía se pueden imaginar todos los regalos del mundo.
Y no necesita pilas.