LA PATERA MÁGICA

TEATRO DE AULA

INTRODUCCIÓN

El Teatro de Aula es una estrategia pedagógica a través de la cual se fomenta la educación en valores, no tanto porque éstos se sugieran en la obra dramática sino porque el contexto teatral se utiliza para conseguir que los alumnos adquieran actitudes positivas en todos los campos.

Si ya cualquier dramatización escolar es educativa, el Teatro de Aula sirve para abordar ese problema, un poco diluido en los proyectos educativos, que se ha dado en llamar transversalidad. Independientemente del tema de la obra que se está trabajando, en el Teatro de Aula se van a vivir situaciones que se plantean en el texto y otras, infinitamente más profundas, que van a surgir entre los compañeros, que necesariamente han de limitar sus apetencias en función de las necesidades del grupo.

Dado el cúmulo de áreas de información que agobian a los estudiantes y que, aunque se intenten convertir en activas, la urgencia de contemplar todo el programa, trastoca la calidad por la cantidad de materia, hacen falta en el horario unos momentos dedicados a animar y entusiasmar al alumnado, que de esta manera sobrellevará mejor el curso.

El Teatro de Aula que es global, multidisciplinar, coral, tolerante, creativo, disciplinado, integrador y, sobre todo, divertido, es intrínsecamente la transversalidad viva. La experiencia de veinte años utilizándolo lo corrobora distinguiendo un antes y un después en el colectivo que lo ha realizado.

«LA PATERA MÁGICA» es una dramatización pensada para ser desarrollada con alumnos desde 6º de E. Primaria hasta primeros cursos de la E.S.O. y el grado de adaptación del curso a la obra depende del grado de madurez del mismo y de sus circunstancias.

El tema de la droga, que se aborda en todos los colegios, es profundamente delicado por lo que incluirlo en una representación escénica puede ser motivo de polémica. En la mayoría de los centros escolares se encuentran alumnos que viven en sus propias familias desde el tráfico de estupefacientes hasta el dolor más profundo de la toxicomanía y cualquier alusión poco matizada puede herir sensibilidades.

Con esta obra se dramatiza para desdramatizar, sin creer que por ello se diluya el mensaje que enviamos. Queremos que éste sea positivo y, en ningún momento, pretendemos atacar a las personas que han tenido la desgracia de caer en la drogodependencia sino ayudarlas a superarla. Deliberadamente ninguno de los personajes humanos tiene relación con la droga. Incluso la jovencita, que padece tentaciones de probarla, es la buena de Cenicienta para que nadie se de por aludido.

Como en otras dramatizaciones escritas para Teatro de Aula se abordan otros temas educativos que suelen ser constantes en las programaciones de cualquier centro tales como la inmigración, la convivencia, la adicción a los divertimentos audiovisuales, la necesidad de la lectura, etc. Cada profesor puede seleccionar aquellos que considere oportunos para intensificar su estudio a través de investigación, debates, películas u otras técnicas educativas.

LA PATERA MÁGICA

 

(Dramatización para Teatro de Aula)

 

PERSONAJES

 

 

Carmelita

César

Bongó

                         Félix, el Gato con Botas

Hada

Caperucita Roja

Cenicienta

Conserje

Niño del Público

Lupo, el Lobo Feroz

Fernando

Marina

Bruja Coruja

Entrevistadora

En esta dramatización nos encontramos con tres tipos de personajes. Por una parte aparecen seres que proceden del País de la Fantasía aunque sean de diferentes categorías como humanos (Caperucita y Cenicienta), animales (el Gato con Botas y el Lobo Feroz) y completamente mágicos como el Hada y la Bruja Coruja. Cada uno de ellos se comporta de acuerdo con el rol tradicional, de todos conocido.

FÉLIX, El GATO CON BOTAS es un ser sumamente inteligente y astuto, con gran dosis de sabiduría acumulada, capaz de resolver los problemas y de dar consejos oportunos. Está seguro de sí mismo y espera conseguir una buena situación en el Mundo Real dirigiendo una empresa de Relaciones Públicas. Después de lograr que el hijo del molinero se convirtiera en Marqués de Carabás y llegara a emparentar con el mismísimo rey, está convencido de poder lanzar al estrellato a cualquier artista mediocre que se deje apadrinar por él. Es el organizador de la expedición que ha salido en una Patera Mágica del País de la Fantasía con un grupo de amigos a los que se siente en la obligación de ayudar

LUPO, El LOBO FEROZ, ha sufrido una insólita transformación a raíz del incidente del bosque, tras comerse a la abuela de Caperucita: acudió a un centro de rehabilitación y está a punto de conseguir comer bellotas y tortitas de manteca. Aún tiene que desprenderse de algunos malos hábitos, pero está en camino de poder convivir con todos aquellos seres a los que antes acosaba y por los que, aún ahora, es temido y denostado y a los que debe demostrar continuamente su nueva situación gastronómica. También es viejo, y por lo mismo, sabio. En algunos momentos sumará sus consejos a los del Gato con Botas. El Lobo Feroz es nuestro personaje entrañable y pretende dar ánimos a los escolares que padecen un rol negativo y enviarles un mensaje de esperanza: Nadie debe ser malo eternamente. Siempre se puede comenzar una nueva vida.

El HADA sí que está un poco desfasada. Tiene un gran corazón y todo su afán consiste en resolver problemas a fuerza de varita mágica. Se quedó bastante acomplejada al observar a los Ciberhéroes conseguir casi tantas maravillas como ella utilizando un rayo láser o percatarse de que los invasores tenían poderes para viajar a través del tiempo o desintegrarse y reaparecer en otro planeta. Le parece ingenua su hazaña, tan sorprendente en su tiempo, de convertir en carroza   una vulgar calabaza. También ha vivido mucho y conoce a fondo el alma humana. Sabe de sus problemas y sus anhelos que procura satisfacer, lo que no le impide ser un poco despistadilla y atolondrada en ocasiones, hasta el punto de perder la varita en la que radican sus ya obsoletos poderes. Es consciente de que, en el Mundo Real, ha de desprenderse de ella definitivamente y está abrumada pensando que solo le quedan tres actuaciones . Aún no sabe cómo resolverá su vida mortal. Tal vez pueda ser una excelente trabajadora social. Experiencia no le falta.

 CAPERUCITA ROJA ha perdido su trabajo porque la abuelita, después de que el cazador la sacara de la barriga del Lobo Feroz, se integró en un grupo de la Tercera Edad , abandonó la casita del bosque tan lejana y se ha mudado a un apartamento cerca de un club de jubilados; allí juega a las cartas y hace excursiones en las que los vejetes se divierten cantando canciones pasadas de moda. Además, al bosque lo han convertido en Parque Nacional y está terminantemente prohibido coger margaritas en los bordes de la vereda, y mucho menos cazar mariposas o lagartijas en peligro de extinción. Caperucita piensa que el reparto a domicilio, que es lo que a ella se le da bien, se puede mejorar con una moto. Conducir una moto es su gran secreta ilusión. ¡Ay si la hubiera tenido en aquel fatídico día!… Seguramente hubiera llegado antes que el Lobo… Tendrá que sacarse carnet de conducir.

 CENICIENTA estaba hasta las narices de tanto limpiar la cocina de leña del carcamal de su madrastra, sabiendo que se habían inventado las eléctricas. (Para colmo, piensa que los niños de ahora, ni saben qué es la ceniza, y solo conocen el fuego gracias a las hogueras de san Juan). Sus hermanastras seguían sin echarle una mano. Lo que más le fastidiaba era tener que hacer la limpieza con aquella escoba de retama, tardando tantísimo, sin sacar un minuto para divertirse, mientras en el Mundo Real se usan aspiradoras y lavavajillas muy rápidos y con los que sobra tiempo para participar en actividades feministas, que es lo que ella desea. Así que, en cuanto se ha enterado de que se estaba organizando la Patera Mágica, le ha pedido al Gato con Botas que la incluya en el pasaje. No tiene ningún interés en casarse con un príncipe, convirtiéndose en sumisa y delicada esposa. Quiere estudiar para conseguir un trabajo que la independice. Se sabe capaz de comerse el mundo, porque es inteligente y gentil; y cuando se calza los zapatos de cristal, que aún conserva, se encuentra muy atractiva..

LA BRUJA CORUJA sigue tan pérfida como siempre. En los Cuentos hacía mal de ojo y preparaba brebajes para envenenar a la gente o convertía a los príncipes en sapos, cosa asquerosísima, pero que a ella le divertía mucho, no entendemos por qué. Cuando el País de la Fantasía fue invadido por los Ciberhéroes, Coruja hizo muy buenas migas con los peores, dándose cuenta entonces, de lo primarias que eran sus prácticas. Hizo cursillos de actualización y aprendió marketing e ingeniería financiera. Se puso en contacto con el cártel de Medellín y, mientras ella les enseñaba a manipular la coca para convertirla cada vez en más dañina, ellos llevaban las ganancias a paraísos fiscales. Superada esta fase, amplió sus conocimientos de química e ideó las drogas de diseño, que son lo último en maldad, con las que se consigue descerebrar del todo individuo. Aunque tiene una red de colaboradores considerable, no deja que nadie la sustituya a la hora de engañar a los jóvenes incautos y acude ella, en persona, disfrazada de colega, para envolverlos en sus redes alucinógenas. Dice llamarse Coru, para despistar. Actúa siempre con gran astucia porque, a pesar de sus artes, no ha conseguido un camuflaje perfecto: le ocurre como a aquel emperador que se vistió de la nada y al que sólo vio desnudo un niño que era inocente. A Coruja la ven actualizada los desilusionados, los apáticos, los desesperados, los acomplejados, los que no son capaces de soñar ni de poner ilusión en su vida. En cambio, las personas felices, seguras, optimistas, y con fantasía la ven mala y fea, con las uñas largas y verrugas en la nariz. A éstos no los puede engañar Coruja y se librarán de su maleficio.

Coruja representa a esa persona que induce al adolescente a mantener su primer contacto con la droga, segura de que se convertirá en adicto no tardando mucho.

Los personajes no fantásticos que aparecen en nuestra obra están divididos en dos grupos: los empleados de la Oficina (Conserje y Entrevistadora) y los buscadores de trabajo. Todos son buenas personas , pero su situación es muy diferente haciéndose más patentes los problemas de los sinempleo.

La avalancha de inmigrantes de los últimos tiempos hace que el número de éstos prevalezca sobre los desempleados autóctonos. En el texto no son muy numerosos, pero si hacemos Teatro de Aula, en el que deben participar absolutamente todos los alumnos, se pueden multiplicar algunos personajes y repartir su discurso entre varios actores. En este caso, cambiaremos, por ejemplo, frases con acento y expresión argentinas, utilizadas por Carmelita, por las equivalentes pronunciadas con acento de los países del Este u otro lugar que tenga vinculación con la comunidad educativa en la que trabajemos.

 CARMELITA es el ser humano clave en nuestro mensaje. Es capaz de ver la realidad porque tiene el don de la fantasía. Su mundo interior está repleto de proyectos, de ilusiones, de actitudes positivas. Tuvo que salir de su país por peleona; porque no admitía las injusticias que se cometían con otras gentes. En la sala de espera animará a Bongó y se comprometerá a arreglarle su situación ilegal. Su sensibilidad le hace percibir la presencia de la Bruja, a la que los demás confunden con una amable jovencita, y luchará con ella para evitar que corrompa a la juventud. Para Carmelita los problemas de la Humanidad son sus propios problemas.

(Carmelita se expresa en «argentino», por lo que los vocablos específicos de este habla se escriben en negrita)

CÉSAR es un típico anodino honorable padre de familia. Toda su vida la ha pasado trabajando para que su mujer y sus hijos vivan lo mejor posible, con la única compensación de ver en la tele los partidos de fútbol. El tren de la tecnología le ha pillado desprevenido y saldrá de la Oficina con un impreso para matricularse en un curso de informática. Hará los deberes en el ordenador de su hija.

BONGÓ no acepta que le llamen subsahariano ni inmigrante de color siendo ambas cosas, y mucho menos afroamericano porque él no es de América. No tiene complejos ni se siente ofendido cuando alguien le llama negro: lo es y está contento con ello. Tampoco necesita recordarlo en la conversación. Los blancos, piensa, jamás hablan del color de su piel para justificar una situación ¿por qué ha de decirlo él? Bongó arrastra una vida llena de huidas, de destierros y de campamentos de refugiados capaz de enloquecer a cualquiera que no tenga esperanza. La misma situación que convierte a otras personas en retorcidas, le ha hecho analizar la condición humana que no cambia con el color de la piel y lo ha convertido en un filósofo. Su integridad está a prueba de penalidades y poder. Posee una riqueza espiritual tan grande que, es capaz de intuir la maldad de Coruja , aunque ésta no tenga las características físicas de las brujas de su cultura africana. Se merece que la clase haga un debate acerca de sus circunstancias, muy actuales, tristemente.

FERNANDO es un muchacho representativo de la remesa juvenil pasota y apática que puede ser víctima de cualquier desaprensivo que tenga talento para utilizarle. Se pasó la escolaridad con la Nintendo en vez de hacer los deberes, con lo que su base cultural es mínima. Le dio a la litrona cuando hacía novillos en el Instituto y, ahora, ve con envidia cómo sus antiguos compañeros, de los que él se burlaba, andan terminando la carrera o tienen un buen oficio. Le gusta vestir con ropa de marca y pasar por la discoteca los fines de semana. Es buena gente y goza de amigos excelentes por los que daría la vida si fuese necesario. Con la familia apenas habla. Apenas se conocen. En casa sólo gruñe. Necesita trabajo para comprarse una moto. No lee jamás. Toda su cultura proviene de la televisión y no se molesta en poner a funcionar la fantasía, así que está perennemente aburrido. Es ingenuo e incapaz de reconocer la maldad y la identidad de la Bruja, que se hace pasar por su amiga. No es extraño que Coruja tenga en él uno de sus posibles mejores clientes.

MARINA nunca fue muy inteligente, pero su madre se empeñó en que terminara una carrera universitaria, porque ella no iba a ser menos que sus amigas. Se ha pasado la vida estudiando, con un esfuerzo superior a sus capacidades, sin permitirse el lujo de leer una novela o acudir a una fiesta. Es trabajadora y tenaz. A fuerza de septiembres consiguió la licenciatura y, cuando se vio con el título en la mano, se dio cuenta de que había pasado muchos años sin quemar las etapas vitales que hacen madurar a las personas, enfrascada en aprender algo que a ella no le interesaba. No tiene la menor esperanza de ejercer una profesión relacionada con sus conocimientos. Pero no desespera y sabe que su constancia y su seriedad le harán encontrar un trabajo que merezca la pena. De momento sólo encuentra colocación de niñera. Pero, quién sabe, a lo mejor, en el contacto con los niños adquiere ese punto de fantasía que le hace falta para tener éxito.

El CONSERJE es el típico funcionario que cumple con su deber estrictamente. Es decir: sin pasarse, pero correcto. Está contento con su trabajo que, si bien es monótono, le permite estudiar en la UNED. Ya llega a Tercero de Historia.

El NIÑO repelente que encuentra la varita mágica forma parte del reparto de la obra, aunque , a primera vista, parezca que es un espectador más. Se comporta como lo deben hacer los niños inteligentes: con mucha más madurez que gran parte de los adultos.

Esta dramatización está dirigida para utilizarse como estrategia pedagógica a través del Teatro de Aula, por lo que se convierte, de este modo, en un texto abierto que admite toda clase de añadidos. Antes de repartir papeles hay que leerla, debatirla e introducirse en ella. El profesor tiene que motivar a los alumnos para que, cada uno cree su propio personaje, para analizar la problemática que le parezca más oportuna. Puede decantarse, si la circunstancia lo exige, por el grupo de los inmigrantes o los parados nacionales, teniendo siempre en cuenta la edad y el nivel de la clase. No hay que tener prisa.

ACTO I

  Toda la obra transcurre en la sala de espera de una Oficina de Empleo, en tiempo real. Al abrirse el telón aparecen sentadas varias personas. Aún falta un rato para que se abra el despacho, pero han ido pronto para conseguir un mejor trabajo. Algunos tienen el periódico en la mano y leen anuncios de ofertas. En la sala no deja de entrar y salir gente. Unos leen, otros hablan bajito. A veces se sientan, a veces se levantan; hacen corrillos, se cambian de sitio.., porque la espera siempre es aburrida por una parte y expectante por otra: ¿Cómo saldré de esta decisiva entrevista que puede cambiar mi vida?, piensan todos los sinempleo que se dan cita en esta oficina tan singular. Solamente hablan alto aquellos personajes que nos interesan en cada momento. Antes de levantarse el telón se comienza a escuchar música de esperanza, que continuará unos minutos hasta que el público se sitúe y comience el diálogo.

CÉSAR: (Paseando) ¡Cuidado que se hace larga la espera! Ayer, me quedé sin pasar al despacho y hoy he querido llegar el primero.

CARMELITA: (Con acento sudamericano) ¿Y vos querés trabajar enseguida?

BONGÓ: ¿Ya tienen papeles en regla?

CÉSAR: (A Bongó). Por supuesto. (A Carmelita).Necesito cualquier oficio que sirva para mantener a mi familia. Mi empresa ha cerrado y me he quedado en la calle con 45 años. Con esta edad no me contratan en ningún sitio.

CARMELITA: Pero ¿qué sabés hacer?

CÉSAR: Saber, saber.., sé delineación. A ello me he dedicado toda la vida. Pero un ordenador hace el mismo trabajo que yo y no necesita aumento de sueldo, ¿entiendes? De cuatro que trabajábamos allí, tres nos hemos ido a la calle. ¿Y, sabes quién es el que se ha quedado?… pues el listillo que estudió informática.

CARMELITA: De listillo, con retintín, nada: él fue el único que tuvo visión de futuro. No te vendría mal un cursillo para actualizarte.

CÉSAR: ¿Estás segura? ¿Tú crees que a mí me van a entrar esas modernidades?… Mi hija, sin embargo, lo tiene chupado… Y tú, ¿qué trabajo esperas?

CARMELITA: Yo no estoy en condiciones de elegir: Puedo limpiar escaleras, dar clases, atender ancianos o arreglar jardines.

CÉSAR: Pero qué es lo que sabes hacer?

BONGÓ: ( Dirigiéndose al grupo)¿Tiene usted papeles?

CARMELITA: (A Bongó) Claro. (A César) Soy pintora y profesora de Arte en una Universidad de mi país, del que he tenido que escapar: tengo asilo político. (A Bongó) y vos ¿tenés papeles?

BONGÓ: Pues no. Soy un ilegal. Espero que en esta oficina de Cáritas me den los papeles que necesito.

CÉSAR: Esta no es una oficina de Cáritas. Es una oficina de empleo. Aquí ya hay que tener toda la documentación en regla para que te den trabajo.

BONGÓ: (Preocupado) Entonces… ¿qué hago yo aquí?

CÉSAR: Perder el tiempo. Y, si me apura, que le metan en la cárcel.

CARMELITA: (Dirigiéndose a César) No le asustes, hombre. (A Bongó, con amabilidad) ¿Y cómo llegó usted acá?

BONGÓ: En patera, como todos.

CARMELITA: Yo vine en avión.

CÉSAR: …A ver quién es el majo que atraviesa el Atlántico en patera…

CARMELITA: (Sonriendo, con picardía) Colón lo hizo…

CÉSAR:… más o menos…

BONGÓ: …Al llegar a Tarifa, nos estaba esperando la policía para devolvernos a África… me eché al agua, y, cuando encontré tierra… me escondí. Yo no puedo volver a mi país.

CÉSAR: ¿Por qué? ¿Piensas que el Primer Mundo es un paraíso?… Mírame a mí, que soy de aquí y tampoco tengo trabajo.

  (Se oye mucho barullo entre bastidores, por lo que Carmelita y César cortan la conversación para escuchar. Bongó también escucha. Al cabo de unos segundos aparece la cabeza del Gato con Botas, o sea, Félix, como se llaman genéricamente todos los gatos.)

FÉLIX: (Muy bajito) ¿Es ésta la Oficina de Empleo?

CÉSAR: ¿Qué dice?

FÉLIX: (Más alto) …Que si es ésta la Oficina de Empleo.

BONGÓ: ¿Tiene usted papeles?

CARMELITA: (Sin hacer caso a Bongó y dirigiéndose a Félix) Sí. Pase usted.

FÉLIX:…Es que… no vengo solo.

CÉSAR: No importa: si los demás vienen a buscar trabajo, que se pongan también a la cola.

  (El Gato con Botas hace señas para que entren los demás y van apareciendo Caperucita, Hada y Cenicienta. César y Carmelita se quedan perplejos al ver semejantes personajes y se piensan que es una broma. Mientras van entrando nuestros protagonistas, se escucha música alegre, porque ellos, todo hay que decirlo, llegan a este País muy entusiasmados y llenos de ilusión).

CÉSAR; (Dando vueltas alrededor del grupo) … Pero vamos… ¿Es que estamos en Carnavales?

FÉLIX: ¿ Qué es eso de Carnavales? ¿Por qué nos miran así?

CARMELITA: Porque ustedes vienen vestidos como los personajes de los cuentos que leíamos en nuestra infancia.

CENICIENTA: Nosotros no venimos disfrazados de personajes de cuentos: nosotros SOMOS los Personajes de los Cuentos.

CÉSAR: ¡ Ahí va! ¿Cómo han llegado hasta aquí?

FÉLIX: Pues en patera.

BONGÓ: Lo mismo que yo.

CARMELITA: Los Héroes de los Cuentos atraviesan el territorio que existe entre el País de la Fantasía y la imaginación de los humanos en unas PATERAS MÁGICAS, que son los libros… Pero ustedes (les va tocando uno a uno)… son reales.

FÉLIX: La patera mágica en la que hemos llegado en persona ha sido construida gracias a un hechizo del Hada

  (El Hada hace una simpática mueca de saludo)

 

CAPERUCITA: Ya no podemos vivir en el País de la Fantasía.

HADA: Desde hace unos años, el País de la Fantasía ha sido invadido por los Ciberhéroes, como los marcianos.

CAPERUCITA:… Los alienígenas.

FÉLIX: Androides clónicos…

HADA:… Sin contar los robots.., que los hay de todo tipo.

FÉLIX: No os creáis que llevan la vida tranquila que hacemos nosotros… ¡Qué va!… Nos han invadido gracias a los cohetes espaciales y a sus sofisticadas armas destructivas…

CENICIENTA: Se pasan todo el tiempo disparando pistolas atómicas.

TODOS: ¡Pum, Pum, Pum!

HADA: Son muy agresivos : Todo su afán es dominar.

CAPERUCITA: Les da lo mismo dominar el país, que el mundo.., que la galaxia.

FÉLIX: … Usan la violencia. Mucha violencia.

TODOS: ¡Pum, Pum, Pum! ¡Taca,taca,taca!

CAPERUCITA: Estos personajes son los que han invadido el País de la Fantasía, arrasándolo todo.

HADA: … Con furia extraterrestre, que es peor que la de aquí… No se pueden imaginar el destrozo que hicieron en el castillo de la Bella Durmiente…

CENICIENTA: … Como parecía que no había nadie, se han quedado a vivir allí.

FÉLIX: … ¡Quisieron abrir la puerta de su dormitorio con un rayo láser…!

HADA: Menos mal que esa puerta es mágica y solamente la podrá abrir la canción del Príncipe.

CARMELINA: Y vos, que sos Hada ,¿no pudiste impedirlo?

HADA: ¡Huy!… Gracias a mi varita, he podido mantenerlos un poco a distancia. Pero mis poderes son muy pequeños, comparados con los suyos. Por cierto (buscando), ¿dónde la tengo?

  (El Hada busca la varita y no la encuentra. Se apura mucho.)

  (En este momento el carillón de un reloj cercano toca nueve campanadas y se abre la puerta que da a la oficina. Aparece el Conserje, que permanecerá sentado en un escritorio ante la puerta de acceso al despacho al margen de las conversaciones de los buscadores de trabajo. Puede leer, escribir o mirar. En algunos momentos sale de la sala de espera. Para él, los trabajadores son números simplemente. La oficina puede estar situada detrás de bastidores y, solo cuando convenga a la acción se podrá oír lo que allí ocurre.

 

 

 

 

CONSERJE: Buenos días.

TODOS: Buenos días.

CONSERJE: Puede pasar el primero.

CÉSAR: ¡Qué rabia!… Ahora que tenía una conversación entretenida, me toca entrar a mí… Hasta luego! (Entra en la Oficina)

CARMELITA: (A los personajes de los cuentos) Pero vamos a ver: habrá una razón seria por la que todos hayan dejado su hermoso país para venir acá. En el País de la Fantasía no se limita el número de residentes.

FÉLIX: Naturalmente que nuestro Mundo acepta con cariño nuevos habitantes… con los que siempre hemos convivido amistosamente… Como Harri Potter, que acaba de llegar y es delicioso… Pero desde la invasión cibernética, los tradicionales nos sentimos desplazados. ¿Le parece poco grave que los niños ya no nos necesiten?

CAPERUCITA: Los niños de ahora prefieren los videojuegos a leer nuestras aventuras.

FÉLIX: … Y, con tanto videojuego y tanta tele y tanto ordenador… no tienen tiempo de jugar…

CENICIENTA: …y no desarrollan su fantasía…

FÉLIX:… Ya no les gustan nuestras historias…

HADA: …porque dicen que están pasadas de moda…

TODOS: ¡Por eso queremos un trabajo moderno!

FÉLIX: Para que nos puedan comprender.

BONGÓ: O sea que, vosotros sois unos exiliados en el tiempo, o cosa así.

CAPERUCITA: (A Bongó) ¿Tú eres real, o fantástico, como nosotros?

CENICIENTA: ¿También vives en los cuentos?

BONGÓ: Yo soy un inmigrante tristemente real. Mi vida puede parecer un cuento, pero aún no ha conseguido su final feliz.

HADA: (Que continúa buscando la varita por todos los rincones y objetos del escenario) ¿Dónde habré dejado mi varita? ( A Bongó) ¿A ti también te han ocurrido aventuras?

BONGÓ: Me han ocurrido grandes y terribles aventuras: En mi país llevamos mucho años sufriendo una cruel guerra entre las dos tribus más poderosas.

CAPERUCITA: …¡Ya!… Los buenos y los malos…

BONGÓ:… En mi niñez pasé mucho miedo, porque mi tribu era la perdedora, y peligraba mi vida…

CENICIENTA: … Tu tribu es la de los buenos…

BONGÓ: Ahora es mi tribu la que manda y la que mata…

HADA: … Entonces.., tu tribu es la de los malos…

BONGÓ:… y lo que peligra… es mi dignidad.

FÉLIX: ¡Qué cosa más extraña!… En la Tierra es difícil saber quiénes son los buenos y quiénes los malos.

HADA: En los cuentos, eso está clarísimo.

CARMELITA: (A Bongó) ¿No sentís rencor?

BONGÓ: El rencor no hace olvidar el dolor, sólo sirve para empeorar las cosas.

HADA: ¿No deseas vengarte?

BONGÓ: La venganza consiste en añadir un mal a otro mal… Me ha decepcionado mi tribu porque está cometiendo las mismas atrocidades que ella había sufrido antes.

HADA: Es hermoso encontrar un ser humano sin odio habiéndolo pasado tan mal.

CÉSAR: En tu tribu habrá personas sensatas como tú, que harán valer la razón.

BONGÓ: A los líderes no les gusta escuchar la voz de la conciencia y eliminan a sus mismos hermanos cuando estos les hacen ver sus errores… Por eso he tenido que huir… En mi patria soy un proscrito… y aquí un ilegal… Sobro en todas partes.

HADA: Tu vida es ejemplar como la historia de un héroe… Te mereces que un juglar cante tu romance.

FÉLIX: ¡Anda, Hada.., calla! que los juglares ya están pasados de moda… Sigue buscando la varita, anda.

HADA: …Es verdad. ¿No la habrás escondido tú?

FÉLIX: ¡Anda ya!

CARMELITA: (A Bongó) No te preocupés. Yo te llevaré a la oficina de asilo político. Confiá en mí…. Personas como vos no solamente no sobran, sino que faltan en la Tierra.

FÉLIX: (A Carmelita) Oye, tú que sabes tanto: ¿Habrá trabajo también para nosotros en este país?

CARMELITA: Pero, ¿por qué tenés tanto empeño en vivir en la Tierra? (Al Gato con Botas) ¿Vas a seguir haciendo travesuras para que viva bien el tontorrón de tu amo, el Marqués de Carabás?

FÉLIX: No, mujer… Yo puedo buscar un trabajo como representante de artistas.., o relaciones públicas… que se me dan estupendamente, como sabrás…

CARMELINA: Bueno… bueno… Y vos, (a Caperucita) ¿también decidiste dejar de vivir en los Cuentos, para tener problemas acá…?

CAPERUCITA: …Después de los problemas que tuve en el bosque, ya todos los demás me parecerán de mentirijillas.

CARMELITA: No sé.., no sé… A mí me gustaba mucho tu historia, Caperucita… sobre todo cuando ibas por el camino largo recogiendo flores.

CAPERUCITA: ¡Sí, claro!… muy bonito… y también te lo pasarías muy bien cuando me quiso comer el Lobo, después de tragarse a mi abuelita, ¿Verdad?

CARMELITA: … Era muy emocionante.., se me ponían los pelos de punta… Por cierto: ¿qué ha sido de tu abuelita?

CAPERUCITA: No veas lo que ha cambiado. Después del susto del Lobo, cuando el cazador la sacó de su barriga y se recuperó del todo, mejoró mucho. Ahora se inscribe en todos los viajes del Imserso… Estos días está pasándoselo pipa en Fuengirola… y como tiene colesterol, me ha dicho que nada de regalarle tortitas de manteca. Por eso ya no tengo ocupación.

CARMELITA: ¿Qué te gustaría hacer en estos tiempos?

CAPERUCITA:… Pues… Me he pasado una eternidad llevando la merienda.., así que podía trabajar en una pizzería o llevar comida a domicilio… pero en moto, que es lo moderno. Nosotros venimos al Mundo Real para actualizarnos. No lo olvides …

FÉLIX: …Para que los chicos nos comprendan..

  (EL Hada continúa buscando la varita entre sus ropas y los equipajes de los demás).

HADA: …Que me estoy poniendo muy nerviosa… ¿Alguien ha visto mi varita?

TODOS: No.

FÉLIX: Si creíamos que la traías tú…

CENICIENTA: Eres una despistada.

CAPERUCITA: Cualquier día pierdes el cucurucho.

FÉLIX: Ya estás muy vieja.

HADA: Ya sé que estoy muy vieja… Y que mi varita no sirve ya más que para tres hechizos: es la promesa que tuve que hacer para poder convertirme en una persona real… Pero todavía me pertenece. (Dirigiéndose al público)... ¿Alguien ha visto mi varita mágica? ¿La pueden buscar entre los asientos?

  (El público se sorprende ante esta pregunta y cada uno contesta en alta voz explicando el resultado de su búsqueda. Es un momento de desconcierto).

NIÑO DEL PÚBLICO: ¿Es ésta? (Se levanta y se la lleva al escenario)

HADA: Muchas gracias. ¡Ay, que susto me había llevado!

  Gracias, de nuevo, guapo.

NIÑO: De nada. (Hace ademán de irse)

HADA: …¡No te vayas!… Espera.

NIÑO: ¿Qué pasa?

HADA: Nada, hombre. que te quiero recompensar, por haberme devuelto mi instrumento de trabajo…

NIÑO: ¡Ah!

HADA: Piensa tres deseos, y, en cuanto solucionemos esto del empleo, me los pides. Ahora estoy un poco preocupada y no te puedo atender como te mereces.

NIÑO: No tengo prisa… Así voy pensando los tres deseos. (Se vuelve a su asiento)

  (Durante estas últimas frases han entrado una muchacha, Marina, un muchacho, Fernando y, a hurtadillas, el Lobo Feroz, que intenta esconder su larga cola tras una gabardina sin conseguirlo. Los tres se sientan y permanecen callados, observando la escena).

CARMELITA: (Dirigiéndose a Cenicienta) … Y vos, ¿quién sos?. Porque al Gato con Botas, al Hada y a Caperucita enseguida los he distinguido… pero te veo tan humildita, que no adivino tu personaje?

CENICIENTA: ¿Que no me has distinguido?, dices. ¿Entonces no se me nota que soy Cenicienta? … ¿No ves mi escoba? (Señalando) La he dejado ahí en la puerta, para no llamar la atención…

CARMELITA: ¿Sos Cenicienta? ¡Qué bueno!. Sos mucho más bella de lo que me imaginaba.

CENICIENTA: ¿Más bella? … Si los libros dicen que estoy todo el día limpiando la casa, y quitando la ceniza del horno, con la cara sucia… Hoy vengo lavada…

CARMELITA: Por eso. Me parecés hermosa con esa ropa y la cara limpia. No me extraña que, en la fiesta, el Príncipe se enamorara de vos.

CENICIENTA: Eso del Príncipe es cosa pasada. ¿Y usted no cree que ya es hora de cambiar la escoba por la aspiradora?

CARMELITA: Por supuesto. Hay muchas modernidades y muchos adelantos en las labores del hogar… pero si cambiás de oficio, habrás de cambiar de nombre… Aunque no te imagino llamándote Vitrocerámica o Microondas…

FÉLIX: …o Robot de Cocina…

HADA:… o Aspiradora de Agua

FÉLIX : …o Detergente Limpiacristales…

  (Los actores pueden inventar otros nombres relacionados con la tecnología doméstica)

 

CAPERUCITA: ¡Qué risa! Sería cambiarte la personalidad.

CENICIENTA: Eso es lo que quiero yo. Que en vez de aparecer como una chica medio tonta y resignada , pueda ser diferente y convertirme en una mujer preparada, capaz de cantarle las cuarenta a mi madrastra.

HADA: ¡Que me estás saliendo respondona!… Así no te va a querer el Príncipe, niña…

CENICIENTA: Ni falta que me hace. Tú sabes mejor que nadie que me llevaste a palacio para sacarme de la explotación de mi familia… Cuando la cultura me haga libre, no necesitaré de tus magias.

HADA: (Llorando) Así me agradeces todo lo que hice por ti…

CENICIENTA: (Intentando consolarla)…Que no, Hada mía, que te quiero mucho… Perdóname… Pero aquellos eran otros tiempos… ¿No te das cuenta?

HADA: Claro que me doy cuenta, hija… Si yo también quiero evolucionar… pero es que el pasado… pesa tanto…

  (Por medio de la mímica, Cenicienta continúa consolando al Hada un poco más, mientras hablas otros personajes)

CARMELITA: Pesa tanto, Hada, que jamás podrás abandonar del todo el País de la Fantasía.

HADA: ¿No?

FÉLIX: ¿Y yo he organizado todo este montaje de la patera para escapar de allí?

CARMELITA: El pasado de los Héroes de los Cuentos es patrimonio de la Humanidad: pertenece a cada persona que lea sus aventuras.

HADA: Yo no quiero vivir solamente en la fantasía de los lectores. ¡Quiero ser real!

CARMELITA: Y lo serás… Pero, para mí.., siempre serás el Hada que convirtió la calabaza en carroza de oro.

HADA: (Presumiendo) ¡Qué bien me salió aquel hechizo! ¡Qué tiempos…!

CAPERUCITA: (Suspirando)…¡No podré repartir comida montada en una moto….!

CENICIENTA: (Compungidísima) Entonces: ¿Estoy condenada a la escoba de por vida?

CARMELITA: (A Cenicienta) El futuro lo habrás de fabricar cada día. Tendrás que decidir entre la vulgaridad de barrer la ceniza o la ilusión de calzarte los zapatos de cristal.

HADA: Pero, a lo que íbamos: ¿Nosotros podemos estar allí y aquí a la vez?

CARMELITA: Naturalmente. Ustedes ya no son responsables de su pasado en el País de la Fantasía, aunque continúen viviendo virtualmente en él: pero el futuro, en el Mundo Real, se abre ante todos lleno de posibilidades.

FÉLIX: O sea, que tendremos doble nacionalidad. ¡Mira, que bien!

CAPERUCITA… Ya caigo: habitaremos en el País de la Fantasía, mientras haya un abuelo que le cuente nuestra historia a su nieto.

CARMELITA: O se la lea.

CENUCIENTA: O se proyecte en el cine.

FÉLIX:… Pero, a la vez, podemos quedarnos en el Mundo Real, para aprender a ser modernos.

CÉSAR: (Saliendo del despacho). No me ha resuelto mucho. Dice la señorita que me apunte a un cursillo de informática que organiza el sindicato. Sólo así me podré quitar esta espina del desempleo.

CARMELITA: Ya se lo dije yo…

CONSERJE: El siguiente, por favor.

CARMELITA: (Al conserje) Ya voy. (Dirigiéndose al grupo) En cuanto hable con la entrevistadora, vuelvo con ustedes. Es muy enriquecedora esta conversación. (A Bongó) Esperáme, que tenemos que solucionar su problema. (Mutis).

 

BONGÓ: La esperaré.

 

CÉSAR: Yo también me voy. Adiós.

TODOS: Adiós.

FÉLIX: Vamos a sentarnos que, con lo charlatana que es, esto va para largo.

  (Se sientan de manera cómica, cambiándose de asiento, volviéndose a levantar… y Caperucita, en este trasiego se sitúa junto al Lobo Feroz. Al verle da un grito y se desmaya).

CAPERUCITA: ¡¡¡AAAAYYY!!!… ¡Es él!… ¡Es él!…

  (En este momento hay que conseguir que los actores echen mano de sus recursos personales y actúen con la misma naturalidad con que lo harían si, realmente, alguien se hubiera desmayado. Debe haber una secuencia de frases espontáneas).

 

CENICIENTA: (Dirigiéndose al Lobo Feroz) ¿Qué haces tú aquí? ¿Quién te ha dicho que veníamos?

HADA: Contigo no contábamos… ¿De dónde sales tú?

FÉLIX: Deja de preguntas y cuidemos a Caperucita. (Gritando)

  ¡Un médico! ¡Necesitamos un médico urgentemente!

CONSERJE: …No le dejan a uno ni leer el periódico… A ver… ¿qué pasa?

CENICIENTA: Es que nuestra amiga se ha mareado.

CONSERJE: Ayudadme a llevarla a los lavabos. Eso se soluciona con un poco de agua fría.

  (Sacan a Caperucita del escenario entre el Hada y Cenicienta. El Conserje va con ellas. Félix se dirige muy enfadado hacia el Lobo Feroz).

 

FÉLIX: Pero… ¿qué te he dicho? .., ¿que entres ahora que está Caperucita, o que te esperes a que hayamos terminado los demás?

LUPO: … Es que en la calle me miraba todo el mundo porque no puedo esconder la cola. Por eso me camuflé y me quedé calladito.

FÉLIX: Sí… ya ha sido mala suerte que Caperucita se sentara junto a ti… No sabes lo mal que lo pasó desde que te comiste a su abuelita: ha tenido que hacer una terapia sicológica para superar el miedo que te tiene.

LUPO: Aquello ya está olvidado.

FÉLIX: Esperemos. Vamos a ver qué le ocurre… y procura ser muy amable con ella, si no quieres fastidiarlo todo.

LUPO: ¿Y qué puedo hacer yo para que Caperucita me perdone?

FÉLIX: De momento, vamos a ver cómo se encuentra… (Salen el Gato con Botas y el Lobo Feroz).

CONSERJE: (Entrando) Me pone malo que la gente olvide sus cosas. Tengo ya un almacén de objetos perdidos, que nadie se molesta en reclamar.

  (Coge, enfadado, la escoba y la cestita que, con las prisas del desmayo, se habían dejado nuestras amigas Cenicienta y Caperucita respectivamente)

. Quedan en escena Bongó, Fernando y Marina. Como malísima que es, entra la Bruja Coruja mirando con recelo a todas partes. Va vestida de bruja convencional: cucurucho, grandes uñas, nariz encorvada y un poco de joroba. Lleva una cesta semejante a la de Caperucita y su escoba mágica es igual a la de Cenicienta. (La escoba puede estar sujeta a algún cochecito de juguete que se mueva a distancia para que pueda hacer «brujerías» cuando nos convenga).

 

NARRADOR o VOZ EN OFF:: La Bruja Coruja lleva ya mucho tiempo viviendo en el Mundo Real y sus malas artes han conseguido que pase desapercibida para todas aquellas personas que han perdido la facultad de soñar… o sea, para la mayoría de los mortales. La gente sin fantasía ve a la Bruja como una chica normal que se traslada en su moto, en vez de hacerlo en la escoba y, en lugar de la cesta con las pócimas venenosas, creen que lleva una mochila.

  Los chicos que están viendo la representación, como todavía saben soñar porque son imaginativos y leen cuentos alguna vez, aunque los alternen con los videojuegos, no se van a dejar engañar y la van a ver con toda su fealdad.

 

  (Cuando llega Coruja se escucha un ruido semejante al de una moto aparcando. Al pararse, se baja de la escoba y la deja en un rincón como si de tal vehículo se tratase… el mismo rincón donde Cenicienta había dejado anteriormente su humilde escobita. La Bruja se dirige a Marina, Fernando y Bongó, que sigue leyendo su periódico).

BRUJA: ¡Hola, chicos!.. Qué?… ¿Lleváis mucho tiempo esperando?

FERNANDO: Regular.

MARINA: No demasiado, pero hay mucha gente antes que nosotros, que están ahí afuera, en los lavabos.

BRUJA: (Quiere hacerse la simpática y entablar conversación)…Y qué… buscando trabajo, ¿no?

FERNANDO: Eso nos gustaría.

MARINA: Está difícil el asunto del trabajo.

FERNANDO: Yo ya llevo tres distintos este mes.

MARINA: No fastidies. A mí no me sale más que cuidar niños. Ya me gustaría cambiar esta vez.

BRUJA:… ¡Huy!… si vosotros quisierais…

BONGÓ: ¿Trabajar?

BRUJA: Trabajar… eso es de pobres… Lo importante no es trabajar, sino tener dinero…

  (En este momento entra en escena Carmelita que ha terminado la entrevista y vuelve para hablar con Bongó. Carmelita es una mujer realista, pero como poeta, también es capaz de soñar y de utilizar la fantasía, por lo que ve a Coruja tal y como es, o sea,… bruja y fea. Se queda escuchando).

 

CARMELITA: (Entrando) Ya conseguí trabajo. (A Bongó) Ahora vamos a la oficina de inmigración, que es por la que debía haber empezado usted. (Se para y escucha la conversación).

MARINA: (A la Bruja) ¿Se puede tener dinero sin trabajar?…

FERNANDO: …Como no sea atracando un Banco…

BRUJA: (Muy ladina)... ¡Qué cosas tienes!… Hay otros procedimientos…Se puede jugar a la lotería…

MARINA: ¡Si no me toca nunca…!

BRUJA: …Te puedes presentar a un concurso de televisión…

FERNANDO: Ya. Como Operación Triunfo.

BRUJA: Se puede… Se puede… traficar con droga…

FERNANDO: Pero…¿qué dices?

CARMELITA; (Indignada porque acaba de reconocer a la Bruja Coruja) ¡Cómo que se puede traficar!… ¿Qué hacés vos aquí, Bruja malvada, queriendo envolver con malas artes a estas personas honradas y decentes?

MARINA: Que no es una bruja, que la conocemos todos en el barrio…

FERNANDO: Se llama Coruja, y es medio ligue de un amigo mío… (A la Bruja) ¿Verdad Coru?

  (La Bruja Coruja, mientras los demás hablan de ella, intenta esconderse como puede)

CARMELITA: ¿Pero es que no la reconocés? … ¿No ves lo horrible que es?

BRUJA: ¿Horrible yo?… Pero si soy su mejor amiga.

BONGÓ: Muy amiga no serás. cuando nos querías enrollar con la droga.

BRUJA: ¿Droga? … si sólo os iba a dejar esta cajetilla de tabaco, para que pasarais más agradablemente la espera…(Saca el tabaco de la cesta y deja ésta en un rincón).

 

BONGÓ: Aquí está prohibido fumar.

MARINA: ¿Es que el tabaco, no es droga?

FERNANDO: Y bien que lo es. Lo que pasa es que… como es una droga legal, ni le damos importancia.

MARINA: Mira, maja: vas a largarte inmediatamente de aquí, o llamo al conserje.

BRUJA: ¿Y quién eres tú para echarme? (Guardando el tabaco en la cesta)

FERNANDO: Lo mismo que los demás: gente sana.

MARINA: ¡Vete!, que no queremos líos.

  (La pérfida Coruja se escapa corriendo sin acordarse de recoger sus bártulos. Así que, en el escenario deben quedar, bien visibles, la cesta de las pócimas y la escoba brujil.

 

BONGÓ: ¡Qué curioso!… Las brujas de mi país son muy diferentes de las europeas… no llevan escoba… Y eso que he tardado mucho en reconocerla…

FERNANDO: ¡Qué mal rollo!… Mi amigo no se lo va a creer.

MARINA: Yo no acabo de entender que sea una bruja de verdad. A mí me parece tan normal.

FERNANDO: Algo de verdad habrá porque se ha largado corriendo…

BONGÓ: ¿Pero no le habéis visto la escoba en que venía montada?

MARINA: ¿Qué escoba?… Si ha venido en esa moto, que está ahí…

CARMELINA:… ¿Vos viste alguna vez aparcar una moto en un segundo piso?… ¿Eh?

MARINA: ¡Anda…! Pues ahora que lo dices… ( Se dirige a la escoba, la toca y exclama asustada)

  ¿Es una escoba de bruja!

CARMELITA: Vos, hija, no tenés imaginación… pero estás en la Luna… ¿Te das cuenta? …Esta bruja es la traficante que destroza a los jóvenes a través de la droga…

BONGÓ: ¡Ay, muchacha!… solamente es capaz de ver la realidad el que tiene el don de la fantasía… ¡Vayamos a atrapar a esa Bruja malvada!

FERNANDO: ¡Huy, como la coja…! (Sale corriendo)

MARINA: ¡Santo cielo! ¡Y yo sin percatarme! ¡Vamos por ella!

  (Música de atrapar malos)

(Salen todos corriendo tras la bruja)                                TELÓN

                                           ACTO II

  Al abrirse de nuevo el telón, se escuchan la música con la que comenzó el primer acto. Caperucita, ya recuperada del desmayo, aún no se ha sobrepuesto de la visión del Lobo Feroz, con el que no esperaba encontrarse y de quien conserva los peores recuerdos.

 

CENICIENTA: (Entrando y dirigiéndose al Lobo Feroz, muy enfadada) ¿Con qué permiso has venido?

FÉLIX: (Adelantándose) Con el mío.

CENICIENTA: ¿Con el tuyo? ¿ Y quién eres tú para traer a un delincuente como éste?

FÉLIX: Lupo ya no es un delincuente. Hace tiempo que está rehabilitado.

  (Entra Caperucita, dando voces, seguida del resto de personas que la habían acompañado excepto el Conserje).

CAPERUCITA: ¡ Me engañó!… Después de comerse a mi pobre abuela, se metió en su cama y quiso comerme a mí…! ¡No quiero verle!

HADA: Tranquilízate, mujer.., que aquello pasó hace mucho tiempo…

FÉLIX: Ven aquí, bonita… Escucha… El Lobo Feroz, ya no es lo que era. Después de lo de tu abuelita, se llevó tal lección que no volvió a comer carne humana.

CAPERUCITA: …Pero se comió a los Siete Cabritillos…

FÉLIX: Eso fue mucho antes.

CENICIENTA: …Y se quiso merendar a los Tres Cerditos.

LUPO: …Pero es que yo soy carnívoro… aunque ahora estoy aprendiendo a comer bellotas… Me he hecho vegetariano

CAPERUCITA: Tú siempre comerás carne… No me fío de ti… eres malo…

HADA: Caperucita, no seas intransigente. Si Lobo Feroz nos asegura que no va a atacar a las personas, debemos darle un margen de confianza.

FÉLIX: Yo mismo fui un animal salvaje hace muchos años, y el Hombre me domesticó. Es cierto que me gusta la carne, pero también he aprendido a comer lentejas : Todo es cuestión de educación.

CAPERUCITA: …Bueno… Te voy a dar un voto de confianza, como dice el Hada… (mirándola) Lo hago por ti… ¿eh?… (Al Lobo) Para probar que has aprendido a comer de todo, vamos a compartir las tortitas de manteca que suelo llevarle a mi abuelita.

CENICIENTA: Las del colesterol.

CAPERUCITA: (Riéndose) Eso.

LUPO: Ya verás cómo me gustan.

  (Caperucita coge la cesta que ha dejado la Bruja y se pone a buscar en su interior)

CAPERUCITA: (Buscando) ¿Qué es esto? (Sacando una botella) ¿Quién ha cambiado mi tarrito de miel por una botella de whisky?

  (Todos se miran sorprendidos)

CONSERJE: ¿A quién le toca ahora?. Puede pasar enseguida.

FÉLIX: (Olvidando el contenido de la cesta) ¡Ya nos toca a nosotros!… ¡Qué apuro… nunca nos hemos visto en otra! … ¿quién quiere ser el primero?…Vete tú, Hada.

HADA: No. Yo no. Que pase Cenicienta.

CENICIENTA: Ni mucho menos… Le toca a Caperucita.

CAPERUCITA: ¿Que entre yo?… ¡Qué miedo!… ¿ Y qué tengo que decir?

LUPO: Para que veas, niña tonta, que no soy tan malo, voy a entrar yo el primero a que me hagan la entrevista.

   (El Lobo Feroz pasa al despacho contiguo que está oculto tras el telón, de tal manera que esta secuencia no se ve sino que se oye aunque, si se dispone de un buen escenario, se puede representar por medio de sombras. La acción visible continúa en la sala de espera, pero toda ella está vinculada a la conversación que transciende por la pared. Los personajes de la sala de espera, aunque gesticulen, deben estar callados y hablar solamente cuando se requiera.)

ENTREVISTADORA: Su nombre, por favor.

LUPO: Canis Lupus.

ENTREVISTADORA: ¿Mayor de edad?

LUPO: Por supuesto.

ENTREVISTADORA: ¿Qué trabajos ha realizado en los últimos años?

LUPO: Vivía en el bosque. Procuraba mantener el equilibrio ecológico en la fauna de mi entorno.

  (En la sala de espera, todo el mundo está en posición de escuchar lo que se habla en el despacho y las intervenciones son simultáneas a la conversación tras bastidores. Debe darse a la situación la mayor comicidad posible).

CAPERUCITA: Qué astuto. ¿Os habéis dado cuenta de la manera tan elegante de decir que no dejaba un bicho viviente a su alrededor?

HADA: Caperucita, no seas rencorosa. Aunque lo de tu abuelita fuera muy grave, es necesaria la presencia de los depredadores, que forman parte del ciclo de la Naturaleza.

FÉLIX: ¡Callad!

ENTREVISTADORA: …Vamos a ver… Aquí, en el ordenador tengo varios trabajos para usted: Socorrista de un Camping, Ayudante de un Zoológico… o tal vez, si le gustan los niños, podríamos intentar que fuera Conserje de un Colegio.

LUPO: ¡Eso!… ¡Conserje de un Colegio!.

ENTREVISTADORA: ¿Le interesa? Vamos a llamar por teléfono a ver si continúa vacante ese puesto.

  (La conversación siguiente, tiene que realizarse utilizando el nombre del colegio donde se representa la dramatización y la voz auténtica del director debe estar grabada en magnetofón)

ENTREVISTADORA: ¿Colegio «Lope de Vega»? (Por ejemplo)

TELÉFONO: Sí. ¿Qué desea?

ENTREVISTADORA: Llamo desde la Oficina de Empleo y aquí figuran ustedes como necesitando un conserje.

TELÉFONO: Efectivamente: uno de nuestros conserjes está enfermo.

ENTREVISTADORA: Tenemos un individuo llamado Canis Lupus, que dice entenderse muy bien con los niños.

LUPO: (Relamiéndose de gusto)... Pregunte si están tiernecitos…

 

  (En el escenario)

CAPERUCITA: ¿No os decía yo?… Éste sigue igual…

ENTREVISTADORA: (Al Lobo Feroz) ¿Tiernecitos? … A usted qué le importa eso… si no se los va a comer.

LUPO: ¡Qué tonto!… son manías mías de otras épocas… Sólo quiero saber qué edad tienen esos niños.

CENICIENTA: Va a hacer un estropicio… Ya lo veréis.

FÉLIX: ¡Calla, pesada!

ENTREVISTEDORA: (Al teléfono) ¿Me puede decir la edad de los niños de ese colegio, por favor?

TELÉFONO: De dos a doce años. (Por ejemplo)

LUPO: …Buenas edades… Me interesa el trabajo. ¿Cuándo puedo empezar?

CAPERUCITA: ¡Ay, madre…! ¡No quiero ni pensar lo que puede ocurrir!

FÉLIX: ¡Que calléis!… No me estoy enterando de nada…

HADA: …Es la primera vez que veo un gato sordo…

ENTREVISTADORA: Dice el señor Lupo que le interesa el trabajo; que cuándo puede empezar.

TELÉFONO: Mañana mismo.

ENTREVISTADORA: De acuerdo: mañana a las nueve estará allí.

  (Al Lobo Feroz) Ya ha visto usted que en esta oficina somos muy eficaces. Ahora necesita presentar su documentación y llenar este impreso.

LUPO: ¿Documentación? ¿Qué es eso de documentación?… En el País de la Fantasía no necesitamos esas cosas…

FÉLIX: ¡La documentación!

HADA: (A la vez, lo mismo que Caperucita y Cenicienta) ¡Las cartas de presentación!

CAPERUCITA: ¡El carnet!

CENICIENTA: ¡Los papeles, que decía aquel señor!

 

  (Mientras termina la conversación entre el Lobo Feroz y la entrevistadora, nuestros amigos «fantásticos» están presos de miedo, dando vueltas por el escenario, con gran aflicción).

ENTREVISTADORA: No estamos en el País de la Fantasía: este es el Mundo Real y aquí todas las personas deben estar documentadas.

LUPO: ¿Qué voy a hacer ahora?

ENTREVISTADORA: ¿No me dijo al principio que estaba acostumbrado a vivir en el bosque? Le sugiero que acepte el puesto de ayudante de controlador de incendios forestales, que es muy importante. Para ese trabajo no se necesitan papeles inmediatamente… En cuanto los haya conseguido, me los trae… Esta es la dirección de la oficina de ICONA. ¿Quiere que se la anote?

LUPO: Sí, por favor.

ENTREVISTADORA: (Cambiando de tono) Si hay más personas en la sala de espera, haga el favor de decirles que son las once y los empleados tenemos media hora de descanso para tomar el bocadillo. Adiós. Buenos días.

LUPO: Adiós. Muchas gracias.

  (Los habitantes del País de la Fantasía, se vuelven a sentar en sus sillas, como si no se hubieran enterado de nada, cuando vuelve el Lobo Feroz).

LUPO: (Apareciendo, muy compungido) ¿Sabéis lo que nos pasa?…

TODOS: ¡Que somos unos indocumentados!

LUPO: Aquí, parece ser que toda la gente tiene papeles y documentos que acrediten su personalidad.

FÉLIX: ¿ Qué hacemos ahora?

HADA: ¿Cómo que qué hacemos ahora? Esto lo soluciona mi varita en un santiamén.

LUPO: Pero… sin prisa… Que es la hora del bocadillo. (A Caperucita) ¿No tenías unas tortitas riquísimas para quitar el hambre de media mañana?

FÉLIX: (Irónico) ¡Quién lo iba a decir…!

CENICIENTA: (Más irónica todavía)...¡El Lobo Feroz, pidiendo tortitas de manteca…! …¡Qué cambio, madre!

CAPERUCITA: (Buscando en la cesta de la Bruja) …Las tenía… Pero no las encuentro… Estas cosas no me pertenecen…

 

FÉLIX: ¿Qué ocurre?… Seguro que algún gracioso se ha llevado la merienda.

CAPERUCITA: Esta no debe ser mi cesta… Lo que hay aquí es muy raro.

LUPO: ¿Qué hay?

CAPERUCITA: …Pues esto está lleno de bolsitas de plástico con una especie de polvos de talco … y una cajetilla llena de cigarros… y pastillas o caramelos… No sé… Además del alcohol…

  (Se acercan los demás y husmean en la cesta con aportaciones personales)

 

HADA: ¡¡¡Marihuana!!!

FÉLIX: ¡¡¡Cocaína!!!

LUPO: ¡¡¡Éxtasis!!!

CENICIENTA: ¿Droga?

CAPERUCITA: (Con la botella en la mano) ¿También el alcohol es una droga? ¡No me digas! …Mi abuelita se toma las tortas con una copita de anís.

HADA: Una copita de anís, de vez en cuando, hasta es buena para hacer la digestión… Pero una después de otra y después de otra, te convierte en una alcohólica.

LUPO: … Yo conocí a muchos chavales y chavalas   toxicómanos deshechos por la droga y el alcohol, cuando estuve en el centro de rehabilitación… ¡Daban una pena… tan majos… y tan desgraciados..!

CAPERUCITA: … Pero así se pondrían cuando ya sufrían adicción… pero por una vez… no pasará nada… Digo yo…

CENICIENTA: Yo no he visto nunca la droga… ¿Me dejas mirarla?

CAPERUCITA: Sí, mujer… mira…mira. (Cenicienta se asoma, muy curiosa a la cesta).

CENICIENTA: Oye, Gato con Botas: …Y, ahora que podemos… ¿por qué no probamos una miajita… a ver cómo es esa alucinación tan rica que dicen que produce?

FÉLIX; (Irritadísimo) ¿¿¿Cómo???… ¿Tú?… ¿Tú, Cenicienta, que tuviste la vida más triste de todos los cuentos.., y supiste soñar mientras limpiabas los fogones de tu madrastra.., y fuiste capaz de vivir la ilusión de bailar con el Príncipe sobre tus zapatos de cristal…? ¿Tú vas a echar a perder la verdadera fantasía, que nace de la imaginación, y que enriquece el alma, por un sucedáneo a base de droga, que sólo sirve para enfermar tu cuerpo y tu mente?

HADA: No, Cenicienta. Las personas imaginativas, optimistas, seguras, alegres… somos capaces de disfrutar de la felicidad o de imaginárnosla cuando la vida se nos pone negra.

  (Cenicienta se echa a llorar)

LUPO: (Consolándola) No os pongáis así… La muchacha sólo quería probar nuevas sensaciones.

HADA: Ningún producto artificial puede sustituir a la felicidad originada por la amistad o el amor… que conducen a las más deliciosas sensaciones…

FÉLIX: … Que son los sueños que enriquecen el espíritu… ¿Os acordáis de mi jefe, el Marqués de Carabás?… No necesitó doparse para ser feliz y casarse con la hija del rey… Simplemente, puso en práctica las esperanzas que yo, su amigo, le iba transmitiendo.

CAPERUCITA: Entonces, ¿qué debemos hacer para no caer en la droga?

FÉLIX: Debemos hacernos fuertes, tener confianza en nosotros mismos.., apoyarnos en nuestra familia… y , sobre todo, no dejar escapar la facultad de ilusionarnos por la vida, que tienen los niños y los jóvenes.

HADA:… Y, sobre todo, sobre todo, mi querida Cenicienta, no probarla nunca. Muchas jovencitas como tú, caen en la droga simplemente por curiosidad…

LUPO: …Y otras veces, se enredan en ella por no atreverse a decir que no a algún amigo que se la ofrece… Sobre todo los chicos, se creen que son más hombres si la prueban.

HADA: …Falso amigo, diría yo… Y no olvidéis: Sin primera vez… no hay segunda… ni tercera.

  (Cenicienta se pone muy compungida y avergonzada)

FÉLIX: (Consolando a Cenicienta) No te apures, bonita. Vamos a olvidar todos este incidente… Ahora debemos deshacernos inmediatamente de la cesta porque me parece que está llegando el Conserje… y, como nos pille con este alijo se nos va a caer el pelo.

HADA: Disimulad, que está llegando…

FÉLIX: ¡Callad, por favor!… Como se entere, sí que la hemos armado.

CAPERUCITA: ¡Ay, madre, ¿qué hacemos ahora?.. sin papeles y con esta cesta que no es la mía… ¡Qué horror!… Alguien me ha dado el cambiazo… Ahora me acusarán de traficante…¡Ay!

  (Llega el Conserje y todos ponen cara de no haber roto un plato).

 

  (El Hada, que a veces es un poco atolondrada, da un manotazo a la cesta y todo su contenido se desparrama por el suelo).

 

TODOS: ¡Ay!

LUPO: ¿Pero qué haces?… .

HADA: Perdón… Ha sido sin querer.

LUPO: Parece que estás alelada.

FÉLIX: No discutáis, y vamos a recoger todo.

CONSERJE: ¿Qué jaleo es ese?

CAPERUCITA: Nada.., nada.., que se me ha caído el bolso. Enseguida lo recojo. (Todos se apresuran a recoger los productos que se han caído)

CONSERJE: No me dejéis ni un papel por el suelo. Voy a buscar una escoba.

FÉLIX: …Papeles… ¡qué más quisiéramos nosotros!

HADA: ¡Hay que limpiar esto inmediatamente!… Tú, amigo Félix, tranquilo, que de los papeles me encargo yo.

CENICIENTA: ¿Dónde está mi escoba?

  (Al pronunciar Cenicienta la palabra «escoba» ésta, que pertenece a la Bruja malvada, se pone a barrer sola por el escenario dejando estupefactos a actores y público. Para ello se puede montar sobre un juguete que se mueva con mando a distancia. Esta secuencia debe estar acompañada por una música mágica y deliciosamente maligna. Cenicienta quiere coger la escoba, que se le escapa, creando una situación cómica, cuando llega Carmelita, arrastrando a la Bruja Coruja).

CARMELITA: (A la Bruja) ¡Recoge tu dichosa escoba y andáte de una vez al País de la Fantasía, de donde no debías haber salido…!

BRUJA: (Entrando arrastrada por Carmelita. Se queda asombrada al ver allí a sus compañeros Fantásticos). ¡Huy!… ¿Qué hacéis vosotros aquí?

FÉLIX: ¿Cómo que qué hacemos nosotros aquí? … ¿Cómo has llegado tú?

LUPO: … Yo os aseguro que fui el único polizón de la Patera Mágica… Conmigo no ha venido.

BRUJA: (Chuleando un poquito)... ¿Pero qué os habéis creído?.. ¿Que yo necesitaba una agencia de viajes promocionada por este fanfarrón del Gato con Botas..? ¡Quiá..! Yo llevo muchos años en la Tierra.

FÉLIX: Pues no te habíamos echado de menos…

HADA: ¿Y para qué necesitabas venir?… Tú te llevabas bien con los invasores cibernéticos… Eres tan pérfida como ellos…

BRUJA: Ellos me enseñaron a modernizarme, y enseguida me di cuenta de que aquellas pócimas que fabricaba con mandrágora, hígado de araña viuda y extracto de lágrima de cocodrilo, solo servían para convertir en cuervo a algún príncipe despistado…

CAPERUCITA: ¿Te parece poca maldad?

BRUJA: Ahora soy la reina del terror… Nadie me supera en el mundo… Ja, ja, ja..!

FÉLIX: Pero si tus trucos están ya desfasados… porque no se te ocurrirá, a estas alturas, convertir en cuervo a un príncipe rubio o dormir cien años a una princesa…

BRUJA: Claro que no… Esos eran juegos de novata… ¡Huy ahora..!

CENICIENTA: ¿Has inventado alguna pócima más dañina?

BRUJA: La peor de todas: la DROGA. Pero no la he descubierto yo. Es muy vieja…

FÉLIX: Claro que lo es. Ya Ulises se vio con problemas cuando arribó en la isla de los lotófagos, llena de hierbas que producían alucinaciones … Fijáos si tiene años.

CARMELITA:… lo que ocurre es que en la antigüedad no se comercializaba

LUPO: No sé para qué la quieres… ¿No tenías bastante con tus encantamientos y tus filtros para hacer mal de ojo a los niños y adolescentes.

BRUJA: Los niños y las adolescentes y los jóvenes de este país son hermosos como príncipes e ingenuos como princesas… Los envuelvo en mis malas artes y les regalo la droga las primeras veces… Cuando ya no se pueden escapar… je, je,… me suplican que se la venda.., se arrastran ante mí… igual que los sapos de los cuentos… ji, ji… ¿Conocéis mayor perversidad?… jo, jo…

HADA: Nunca pude imaginar maldad tan enorme.

CAPERUCITA: Pero tienen que ser muy tontos para no ver que eres una bruja fea y repulsiva.

BRUJA: ¡Ah, ja,ja!.. Es que yo aparezco ante ellos como una colega que les comprende y, como no tienen imaginación, ni ven más allá de sus narices, se lo tragan todo… je,je…

LUPO: … Eres pérfida… yo era un ingenuo cuando andaba comiendo cabritillos por el bosque… se me veía venir a la primera.

BRUJA: Las brujas somos otra cosa más… más sofisticada, vamos… Nosotras sabemos camuflarnos… ji, ji…

CENICIENTA: ¿Y cómo te camuflas?… Ahora estás hecha un desastre… Yo te veo vieja y asquerosa…

BRUJA: Eso tú… y todas aquellas personas que aún conservan la flor de la ilusión.., como los chavales que nos están viendo, que tienen confianza en las personas que les aman… y son felices… ¡Qué rabia..! …A la gente optimista y con fantasía… no la puedo engañar tan fácilmente… Pero a los demás… a los deprimidos, los acomplejados, los aburridos, los desesperados… los envuelvo en mis redes… y los veo sufrir… que es lo que a mí me gusta… Je, je, je… Ellos no ven que soy su enemiga: me ven guapa y agradable…

HADA: ¿Y qué beneficio sacas de ver sufrir a la gente?

BRUJA: Soy mala remala… y veo sufrir a los jóvenes… y a sus padres… y a sus familias… Jo, jo, jo… ¿Hay algo más delicioso? ¿Hay algo más delicioso que ver a un muchacho descerebrado… o a una chavala retorcida por el «mono»?… Ji, ji, ji… ¡Qué gozada!

CARMELITA: (Dirigiéndose a los habitantes del País de la Fantasía) ¿Pero ustedes pueden consentir que semejante personaje se quede para hacer daño a los habitantes de la Tierra?

FÉLIX: ¡Ni mucho menos!

CENICIENTA: (Llorando) Yo soy capaz de volver a los Cuentos con mi escoba y mi ceniza, para que esta vieja se marche también de aquí.

LUPO:Félix, ¿te puedo decir un recado al oído?

FÉLIX: ¿Muy secreto?

LUPO: (Acercándose a Félix)… Qué ocurriría si, por última vez…¡Te juro que por última vez!… se me olvida que me he vuelto vegetariano… y me la como..?

FÉLIX: Debe estar durísima…

HADA: ¿Qué es eso de comerse a nadie? ¿Es que creéis que no os he oído? … Yo la convierto en sapo ahora mismo… y que se vaya al arroyo a comer mosquitos… ¡Hale!

FÉLIX: ¿Olvidas, querida Hada, que para salir de nuestra Tierra Fantástica, tuviste que prometer que solamente utilizarías tres veces el poder de tu varita mágica…? La primera vez la usaste para sacarnos de allí… La segunda se la has prometido a la persona que ha encontrado la varita, cuando la perdiste aquí mismo… quieres conseguirnos los papeles de residencia… y encantar a la Bruja Coruja…

LUPO: Si no cuento mal, son cuatro encantamientos.

HADA: ¡Ay!… Pues sí…

CAPERUCITA: Alguien tiene que renunciar a su ilusión….

CARMELITA: No se preocupen, amigos fantásticos, el pibe que ha encontrado la varita, tiene cara de niño feliz y, seguramente, no tendrá inconveniente en renunciar a su privilegio. (Dirigiéndose al público) ¿Quieres subir, precioso, y decirnos si preferís pedir tus deseos, o que se queden con nosotros todos estos personajes, menos la Bruja?

NIÑO: (Subiendo al escenario) Yo quiero que se cumplan mis tres deseos… Y tengo derecho… Me lo has prometido, Hada.

TODOS; (Mirándose desolados) ¡¡¡ Ah !!!   ¡¡¡ Oh !!!

CARMELITA: ¿No te interesa cambiar las tres gracias por un buen ordenador?

NIÑO: Ya tengo.

CARMELITA:… o por unas zapatillas deportivas de marca?

NIÑO: Ya tengo.

CARMELITA: … o por un teléfono móvil de última generación?

NIÑO: (Sacando el suyo) ¿Cómo éste?

  (Se pueden hacer otras sugerencias de actualidad)

CENICIENTA: …o por un viaje a Disneylandia?

CAPERUCITA; (Al Lobo Feroz) … Es tozudo… ¿Eh?

NIÑO: ¡Qué va!… Allí todo es falso… Ésta es un Hada auténtica… ¡Quiero ver cómo funciona una varita mágica de verdad!

HADA: Bueno… Qué le vamos a hacer… Hay que saber perder…

CARMELITA: ¿Vos estás seguro de que no podés prescindir de los tres deseos?

NIÑO: ¡Tengo derecho! ¡Yo encontré la varita mágica!

LUPO: …Nos haría tanta ilusión que renunciaras…

NIÑO: ¡No voy a renunciar!… Santa Rita, Rita… lo que se da no se quita!

HADA: (Muy digna) No perdamos más tiempo, monín… ¿Cuáles son tus tres deseos? Puedes estar seguro de que cumpliré con honor la palabra que te di.

NIÑO: (Colocándose, muy cursi, en medio del escenario) El primero, que esa malvada Bruja, que está haciendo tanto daño por culpa de la droga, desaparezca definitivamente.

TODOS: ¡¡¡ Hurra !!!

NIÑO: El segundo, que todos los inmigrantes, que han luchado para mejorar su vida, sean legalizados y tengan su documentación en regla…

TODOS: ¡¡¡Bien!!!

NIÑO: … Y el tercero… que los habitantes del País de la Fantasía no nos abandonéis a los niños de la Tierra, porque no hay nada más hermoso que vivir todas las vidas de los Héroes de los Cuentos.

TODOS: ¡¡¡VIVA!!!

HADA: Comenzaré por tu primer deseo. (El Hada toca a la Bruja con su varita mágica y ésta se queda paralizada en una postura cómicamente inverosímil)

NIÑO: ¿Qué pasa? ¿No la ibas a convertir en sapo? ¿Es que se ha encasquillado la varita?

HADA: Yo creo que está perdiendo energía. Voy a cargarla. (El Hada frota rítmicamente la varita sobre la manga de su vestido, siguiendo el compás de un solo de violín. Silencio absoluto).

  Ya está.

NIÑO: Aprovéchala ahora que todavía la tienes, porque en la Tierra, no se arreglan las cosas con varitas mágicas.

(El Hada levanta su varita mágica a los acordes de una música orquestal y va tocando a todos y cada uno de los presentes en el escenario, de tal manera, que, al tocarlos, les aparece en la mano un documento. Pueden entrar en escena otros personajes con vestimenta típica de los países de donde proceden los inmigrantes habituales. Con su papeles en alto, hacen un baile rodeando a la Bruja, que queda acorralada. Se acerca el Hada, la toca con la varita … y se convierte en un repugnante sapo, en medio del grupo. Prosigue el baile y cae el

                                             TELÓN

TODOS: ¡¡¡Ah!!!

NIÑO: El segundo, que todos los inmigrantes, que han luchado para mejorar su vida, sean legalizados y tengan su documentación en regla…

TODOS: ¡¡¡Bien!!!

NIÑO: … Y el tercero… que los habitantes del País de la Fantasía no nos abandonéis a los niños de la Tierra, porque no hay nada más hermoso que vivir todas las vidas de los Héroes de los Cuentos.

TODOS: ¡Vaya…! (Se miran muy sorprendidos)

HADA: Las dos primeras gracias no tienen dificultad. pero, con la tercera, me queda una duda:¿Qué es lo que realmente quieres, que nos volvamos al País de la Fantasía y continuemos siendo unas antiguallas, o que nos quedemos en el Mundo Real y sigamos el rollo de los chavales de ahora.

NIÑO: …Pues… las dos cosas.

HADA: ¿Cómo , las dos cosas?

CARMELITA: Es que ustedes no pueden abandonar jamás del País de la Fantasía.

FÉLIX:¿ Y yo he organizado todo este montaje de la patera para escapar de allí?

CARMELITA: Los Héroes de los Cuentos atraviesan el territorio que existe entre el País de la Fantasía y la imaginación de los humanos en unas PATERAS MÁGICAS, que son los libros.

HADA: Yo no quiero vivir solamente en la fantasía de los lectores. ¡Quiero ser real!

CARMELITA: Y lo serás. Pero tu pasado es patrimonio de la Humanidad, pertenece a cada persona que lea tus aventuras..

NIÑO: Para mi, siempre serás el Hada que convirtió la calabaza en carroza de oro.

HADA: (Presumiendo) ¡Qué bien me salió aquel hechizo! ¡Qué tiempos…!

CAPERUCITA: (Suspirando)…¡No podré repartir comida montada en una moto….!

CENICIENTA: (Compungidísima) Entonces:¿Estoy condenada a la escoba de por vida?

CARMELITA: (A Cenicienta) El futuro lo habrás de fabricar cada día. Tendrás que decidir entre la vulgaridad de barrer la ceniza o la ilusión de calzarte los zapatos de cristal.

LOBO: Pero, a lo que íbamos: ¿Nosotros podemos estar allí y aquí a la vez?

CARMELITA: Naturalmente. Ustedes ya no son responsables de su pasado en el País de la Fantasía, aunque continúen viviendo virtualmente en él: pero el futuro, en el Mundo Real se abre ante ustedes lleno de posibilidades.

FÉLIX: O sea, que tendremos doble nacionalidad. ¡Mira, que bien!

CARMELITA: Hada, nunca podrás desprenderte de tu pasado, que es patrimonio de la Humanidad y pertenece a cada persona que lea tus aventuras.

CÉSAR: (Saliendo del despacho). No me ha resuelto mucho. Dice la señorita que me apunte a un cursillo de informática que organiza el sindicato. Solo así me podré quitar esta espina del desempleo.

CARMELITA: Ya se lo dije yo…

CONSERJE: El siguiente, por favor.

CARMELITA: (Al conserje) Ya voy. (Dirigiéndose al grupo) En cuanto hable con la señorita, vuelvo con ustedes. Es muy enriquecedora esta conversación. (expectante (Mutis).

BONGÓ: La esperaré.

CÉSAR: Yo también me voy. Adiós.

TODOS: Adiós.

FÉLIX: Vamos a sentarnos, que con lo charlatana que es, esto va para largo.

  (Se sientan de manera cómica, cambiándose de asiento, volviéndose a levantar… y Caperucita, en este trasiego se sitúa junto al Lobo Feroz. Al verle da un grito y se desmaya).

CAPERUCITA: ¡¡¡AAAAYYY!!!… ¡Es él!… ¡Es él!…

  (En este momento hay que conseguir que los actores echen mano de sus recursos personales y actúen con la misma naturalidad con que lo harían si, realmente, alguien se hubiera desmayado. Debe haber una secuencia de frases espontáneas).

CENICIENTA: (Dirigiéndose al Lobo Feroz) ¿Qué haces tú aquí? ¿Quién te ha dicho que veníamos?

HADA: Contigo no contábamos… ¿De dónde sales tú?

FÉLIX: Deja de preguntas y cuidemos a Caperucita. (Gritando)

  ¡Un médico! ¡Necesitamos un médico urgentemente!

CONSERJE: …No le dejan a uno ni leer el periódico… A ver… ¿qué pasa?

CENICIENTA: Es que nuestra amiga se ha mareado.

CONSERJE: Ayudadme a sacarla a los lavabos. Eso se soluciona con un poco de agua fría.

  (Sacan a Caperucita entre el Hada y Cenicienta. El Conserje va con ellas. Hay mucho revuelo en la sala. También puede salir alguno de los parados que no pertenezcan al País de la Fantasía. Félix se dirige muy enfadado hacia el Lobo Feroz). 

FÉLIX: Pero… ¿qué te he dicho? .., que entres ahora que está Caperucita, o que te esperes a que hayamos terminado los demás?

LUPO: … Es que en la calle me miraba todo el mundo porque no puedo esconder la cola. Por eso me camuflé y me quedé calladito.

FÉLIX: Sí… ya ha sido mala suerte que Caperucita se sentara junto a ti… No sabes lo mal que lo pasó desde que te comiste a su abuelita: ha tenido que hacer una terapia sicológica para superar el miedo que te tiene.

LUPO: Aquello ya pasó.

FÉLIX: Esperemos. Vamos a ver que le ocurre… y procura ser muy amable con ella, si no quieres fastidiarlo todo.

LUPO: ¿Y qué puedo hacer yo para que Caperucita me perdone?

FÉLIX: De momento, vamos a a ver como se encuentra… (Salen el Gato con Botas y el Lobo Feroz).

CONSERJE: (Entrando) Me pone malo que la gente olvide sus cosas. Tengo ya un almacén de objetos perdidos, que nadie se molesta en reclamar. (Coge, enfadado, la escoba y la cestita que, con las prisas del desmayo, se habían dejado nuestras amigas Cenicienta y Caperucita respectivamente)

  Quedan en escena Bongó, Fernando y Marina. Como malísima que es, entra la Bruja Coruja mirando con recelo a todas partes. Va vestida de bruja convencional: cucurucho, grandes uñas, nariz encorvada y un poco de joroba. Lleva una cesta semejante a la de Caperucita y su escoba mágica es igual a la de Cenicienta. (La escoba puede estar sujeta a algún cochecito de juguete que se mueva a distancia para que pueda hacer «brujerías» cuando nos convenga).

NARRADOR o VOZ EN OFF:: La Bruja Coruja lleva ya mucho tiempo viviendo en el Mundo Real y sus malas artes han conseguido que pase desapercibida para todas aquellas personas que han perdido la facultad de soñar… o sea, para la mayoría de los mortales. La gente sin fantasía ve a la Bruja como una chica normal que se monta en su moto, en vez de hacerlo en la escoba y, en vez de la cesta con las pócimas venenosas, se creen que lleva una mochila.

  Los niños que están viendo la representación, como todavía saben soñar porque son imaginativos y leen cuentos alguna vez, aunque los alternen con los videojuegos, no se van a dejar engañar y la van a ver con toda su fealdad.

  Cuando Coruja llega se escucha un ruido semejante al de una moto aparcando. Al pararse, se baja de la escoba y la deja en un rincón como si de tal vehículo se tratase… el mismo rincón donde Cenicienta había dejado anteriormente su humilde escobita. La Bruja se dirige a Marina, Fernando y Bongó, que sigue leyendo su periódico.

BRUJA: ¡Hola, chicos!.. Qué?… ¿Lleváis mucho tiempo esperando?

FERNANDO: Regular.

MARINA: No demasiado, pero hay mucha gente antes que nosotros, que están ahí afuera, en los lavabos.

BRUJA: (Quiere hacerse la simpática y entablar conversación)…Y qué… buscando trabajo, ¿no?

FERNANDO: Eso nos gustaría.

MARINA: Está difícil el asunto del trabajo.

FERNANDO: Yo ya llevo tres distintos este mes.

MARINA: No fastidies. A mí no me sale más que cuidar niños. Ya me gustaría cambiar esta vez.

BRUJA:… ¡Huy… si vosotros quisierais…

BONGÓ: ¿Trabajar?

BRUJA: Trabajar… eso es de pobres… Lo importante no es trabajar, sino tener dinero…

   (En este momento entra en escena Carmelita que ha ha terminado la entrevista y vuelve para hablar con Bongó. Carmelita es una mujer realista, pero como poeta, también es capaz de soñar y de utilizarla fantasía, por lo que ve a Coruja tal y como es, o sea,… bruja y fea. Se queda escuchando).

CARMELITA: (Entrando) Ya conseguí trabajo. (A Bongó) Ahora vamos a la oficina de inmigración, que es por la que debía haber empezado usted. (Se para y escucha la conversación).

MARINA: (A la Bruja) ¿Se puede tener dinero sin trabajar?…

FERNANDO: …Como no sea atracando un Banco…

BRUJA: (Muy ladina)... ¡Qué cosas tienes!… Hay otros procedimientos… Se puede… Se puede… traficar con droga…

FERNANDO: Pero…¿qué dices?

CARMELITA; (Indignada porque acaba de reconocer a la Bruja Coruja) ¡Cómo que se puede traficar!… ¿Qué hacés vos aquí, Bruja malvada, queriendo envolver con sus malas artes a estas personas honradas y decentes?

MARINA: Que no es una bruja, que la conocemos todos en el barrio…

FERNANDO: Se llama Curuja, y es medio ligue de un amigo mío… (A la Bruja) ¿Verdad Coru?

  (La Bruja Coruja, mientras los demás hablan de ella, intenta esconderse como puede)

CARMELITA: ¿Pero es que no la reconocés? … ¿No ves lo horrible que es?

BRUJA: ¿Horrible yo?… Pero si soy su mejor amiga.

BONGÓ: Muy amiga no serás. cuando nos querías proporcionar droga.

BRUJA: ¿Droga? … si solo os iba a dejar esta cajetilla de tabaco, para que pasarais más agradablemente la espera…(Saca el tabaco de la cesta).

BONGÓ: Aquí está prohibido fumar.

MARINA: ¿Es que el tabaco, no es droga?

FERNANDO: Y bien que lo es. Lo que pasa es que… como es una droga legal, ni le damos importancia.

CARMELITA: Mira, maja: vas a largarte inmediatamente de aquí, o llamo al conserje.

BRUJA: ¿Y quién eres tú para echarme? (Guardando el tabaco en la cesta)

FERNANDO: Lo mismo que los demás: gente sana.

MARINA: ¡Vete!, que no queremos líos.

  (La pérfida Coruja , se escapa corriendo sin acordarse de recoger sus bártulos. Así que, en el escenario deben quedar, bien visibles, la cesta de las pócimas y la escoba brujil.

BONGÓ: ¡Qué curioso!… Las brujas de mi país son muy diferentes de las europeas… no llevan escoba… Y eso que he tardado mucho en reconocerla… porque hay muchas brujas por aquí, que se camuflan como si fueran señoras honorables.

FERNANDO: ¡Qué mal rollo!… Mi amigo no se lo va a creer.

MARINA: Yo no acabo de entender que sea una bruja de verdad. A mí me parece tan normal.

FERNANDO: Algo de verdad habrá porque se ha largado corriendo…

BONGÓ: ¿Pero no le habéis visto la escoba en la que venía montada?

MARINA: ¿Qué escoba?… Si ha venido en esa moto, que está ahí…

CARMELINA:… ¿Vos viste alguna vez aparcar una moto en un segundo piso?… ¿Eh?

MARINA: ¡Anda…! Pues ahora que lo dices…

CARMELITA: Vos, hija, no tenés imaginación… pero estás en la Luna… ¿Te das cuenta? …Esta bruja es la traficante que destroza a los jóvenes a través de la droga…

BONGÓ: ¡Ay, muchacha!… solamente es capaz de ver la realidad el que tiene el don de la fantasía… ¡Vayamos a atrapar a esa Bruja malvada!

FERNANDO: ¡Huy, como la coja…! (Sale corriendo)

MARINA: Yo no estoy segura de que sea bruja, porque me parece muy normal. Pero es una delincuente… ¡Vamos por ella!

  (Música de atrapar malos)

  (Carmelita y Bongó, mucho más convencidos que Marina de la capacidad maléfica de Coruja, salen corriendo tras ella. Marina, lo piensa mejor y va también dejando el escenario vacío mientras va cayendo el 

                                                 TELÓN

                                                                              ACTO II

 

  Al abrirse de nuevo el telón, se escuchan los acordes con los que comenzó el primer acto. Caperucita, ya recuperada del desmayo, aún no se ha sobrepuesto de la visión del Lobo Feroz, con el que no esperaba encontrarse y de quien conserva los peores recuerdos

CENICIENTA: (Entrando y dirigiéndose al Lobo Feroz, muy enfadada) ¿Con qué permiso has venido?

FÉLIX: (Adelantándose) Con el mío.

CENICIENTA: ¿Con el tuyo? ¿ Y quién eres tú para traer a un delincuente como éste?

FÉLIX: Lupo ya no es un delincuente. Hace tiempo que está rehabilitado.

  (Entra Caperucita, dando voces, seguida del resto de personas que la habían acompañado excepto el Conserje).

CAPERUCITA: ¡ Me engañó!… Después de comerse a mi pobre abuela, se metió en su cama y quiso comerme a mi…! ¡No quiero verle!

HADA: Tranquilízate, mujer.., que aquello pasó hace mucho tiempo…

FÉLIX: Ven aquí, bonita… Escucha… El Lobo Feroz, ya no es lo que era. Después de lo de tu abuelita, se llevó tal lección que no volvió a comer carne humana.

CAPERUCITA: …Pero se comió a los Siete Cabritillos…

FÉLIX: Eso fue mucho antes.

CENICIENTA: …Y se quiso merendar a los Tres Cerditos.

LUPO: …Pero es que yo soy carnívoro… aunque ahora estoy aprendiendo a comer bellotas… Me he hecho vegetariano

CAPERUCITA: Tú siempre comerás carne… No me fío de ti… eres malo…

HADA: Caperucita, no seas intransigente. Si Lobo Feroz nos asegura que no va a atacar a las personas, debemos darle un margen de confianza.

FÉLIX: Yo mismo fui un animal salvaje hace muchos años, y el Hombre me domesticó. Es cierto que me gusta la carne, pero también he aprendido a comer lentejas : Todo es cuestión de educación.

CAPERUCITA: …Bueno… Te voy a dar un voto de confianza, como dice el Hada… (mirándola) Lo hago por ti… ¿eh?… (Al Lobo) Para probar que has aprendido a comer de todo, vamos a compartir las tortitas de manteca que suelo llevarle a mi abuelita.

CENICIENTA: Las del colesterol.

CAPERUCITA: (Riéndose) Eso.

LUPO: Ya verás como me gustan.

   (Caperucita coge la cesta que ha dejado la Bruja y se pone a buscar en su interior)

CAPERUCITA: (Buscando) ¿Qué es esto? (Sacando una botella) ¿Quién ha cambiado mi tarrito de miel por una botella de whisky?

  (Todos se miran sorprendidos)

CONSERJE: ¿A quién le toca ahora?. Puede pasar enseguida.

FÉLIX: (Olvidando el contenido de la cesta) ¡Ya nos toca a nosotros!… ¡Qué apuro… nunca nos hemos visto en otra! … ¿quién quiere ser el primero?…Vete tú, Hada.

HADA: No. Yo no. Que pase Cenicienta.

CENICIENTA: Ni mucho menos… Le toca a Caperucita.

CAPERUCITA: ¿Que entre yo?… ¡Qué miedo!… ¿ Y qué tengo que decir?

LUPO: Para que veas, niña tonta, que no soy tan malo, voy a entrar yo el primero a que me hagan la entrevista.

  (El Lobo Feroz pasa al despacho contiguo que está oculto tras el telón de fondo, de tal manera que esta secuencia no se ve sino que se oye. La acción continúa en la sala de espera, pero toda ella está vinculada a la conversación que transciende por la pared. Los personajes de la sala de espera, aunque gesticulen, deben estar callados y hablar solamente cuando se requiera.)

ENTREVISTADORA: Su nombre, por favor.

LUPO: Canis Lupus.

ENTREVISTADORA: ¿Mayor de edad?

LUPO: Por supuesto.

ENTREVISTADORA: ¿Que trabajos ha realizado en los últimos años?

LUPO: Vivía en el bosque. Procuraba mantener el equilibrio ecológico en la fauna de mi entorno.

  (En la sala de espera, todo el mundo está en posición de escuchar lo que se habla en el despacho y las intervenciones son simultáneas a la conversación tras bastidores. Debe darse a la situación la mayor comicidad posible).

CAPERUCITA: Qué astuto. ¿Os habéis dado cuenta de la manera tan elegante de decir que no dejaba un bicho viviente a su alrededor?

HADA: Caperucita, no seas rencorosa. Aunque lo de tu abuelita fuera muy grave, es necesaria la presencia de los depredadores, que forman parte del ciclo de la Naturaleza.

FÉLIX: ¡Callad!

ENTREVISTADORA: …Vamos a ver… Aquí, en el ordenador tengo varios trabajos para usted: Socorrista de un Camping, Ayudante de un Zoológico… o , tal vez, si le gustan los niños, podríamos intentar que fuera Conserje de un Colegio.

LUPO: ¡Eso!… ¡Conserje de un Colegio!.

ENTREVISTADORA: ¿Le interesa? Vamos a llamar por teléfono a ver si continúa vacante ese puesto.

  (La conversación siguiente, tiene que realizarse utilizando el nombre del colegio donde se representa la dramatización y la voz auténtica del director, debe estar grabada en magnetofón)

ENTREVISTADORA: ¿Colegio Público Birjinetxe?

TELÉFONO: Sí. ¿Qué desea?

ENTREVISTADORA: Llamo desde la Oficina de Empleo y aquí figuran ustedes como necesitando un conserje.

TELÉFONO: Efectivamente: uno de nuestros conserjes está enfermo.

ENTREVISTADORA: Tenemos un individuo llamado Canis Lupus, que dice entenderse muy bien con los niños.

LUPO: (Relamiéndose de gusto)... Pregunte si están tiernecitos…

  (En el escenario)

CAPERUCITA: ¿No os decía yo?… Éste sigue igual…

ENTREVISTADORA: (Al Lobo Feroz) ¿Tiernecitos? … A usted que le importa eso… si no se los va a comer.

LUPO: ¡Qué tonto!… son manías mías de otras épocas… Solo quiero saber qué edad tienen esos niños.

CENICIENTA: Va a hacer un estropicio… Ya lo veréis.

FÉLIX: ¡Calla, pesada!

ENTREVISTEDORA: (Al teléfono) ¿Me puede decir la edad de los niños de ese colegio, por favor?

TELÉFONO: De dos a doce años.

LUPO: …Buenas edades… Me interesa el trabajo. ¿Cuándo puedo empezar?

CAPERUCITA: ¡Ay, madre…! ¡No quiero ni pensar lo que puede ocurrir!

FÉLIX: ¡Que calléis!… No me estoy enterando de nada…

HADA: …Es la primera vez que veo un gato sordo…

ENTREVISTADORA: Dice el señor Lupo que le interesa el trabajo; que cuándo puede empezar.

TELÉFONO: Mañana mismo.

ENTREVISTADORA: De acuerdo: mañana a las nueve estará allí.

  (Al Lobo Feroz) Ya ha visto usted que en esta oficina somos muy eficaces. Ahora necesita presentar su documentación y llenar este impreso.

LUPO: ¿Documentación? ¿Qué es eso de documentación?… En el País de la Fantasía no necesitamos esas cosas…

FÉLIX: ¡La documentación!

HADA: (A la vez, lo mismo que Caperucita y Cenicienta) ¡Las cartas de presentación!

CAPERUCITA: ¡El carnet!

CENICIENTA: ¡Los papeles, que decía aquel señor!

  (Mientras termina la conversación entre el Lobo Feroz y la entrevistadora, nuestros amigos fantásticos están presa de miedo, dando vueltas por el escenario, con gran aflicción).

ENTREVISTADORA: No estamos en el País de la Fantasía: este es el Mundo Real y aquí todas las personas deben estar documentadas.

LUPO: ¿Qué voy a hacer ahora?

ENTREVISTADORA: ¿No me dijo al principio que estaba acostumbrado a vivir en el bosque? Le sugiero que acepte el puesto de ayudante de controlador de incendios forestales, que es muy importante. Para ese trabajo, no se necesitan papeles inmediatamente… En cuanto los haya conseguido, me los trae…

  (Cambiando de tono) Si hay más personas en la sala de espera, haga el favor de decirles que son las once y los empleados tenemos media hora de descanso para tomar el bocadillo. Adiós. Buenos días.

LUPO: Adiós. Muchas gracias.

  (Los habitantes del País de la Fantasía, se vuelven a sentar en sus sillas, como si no se hubieran enterado de nada, cuando vuelve el Lobo Feroz).

LUPO: (Apareciendo, muy compungido) ¿Sabéis lo que nos pasa?…

TODOS: ¡Que somos unos indocumentados!

LUPO: Aquí, parece ser, que toda la gente tiene papeles y documentos que acrediten su personalidad.

FÉLIX: ¿ Qué hacemos ahora?

HADA: ¿Cómo que qué hacemos ahora? Esto lo soluciona mi varita en un santiamén.

LUPO: Pero.., sin prisa… Que es la hora del bocadillo. (A Caperucita) ¿No tenías unas tortitas riquísimas para quitar el hambre de media mañana?

FÉLIX: (Irónico) ¡Quién lo iba a decir…!

CENICIENTA: (Más irónica todavía)...¡El Lobo Feroz, pidiendo tortitas de manteca…! …¡Qué cambio, madre!

CAPERUCITA: (Buscando en la cesta de la Bruja) …Las tenía… Pero no las encuentro… Estas cosas no me pertenecen…

FÉLIX: ¿Qué ocurre?… Seguro que algún gracioso se ha llevado la merienda.

CAPERUCITA: Esta no debe ser mi cesta… Aquí lo que hay es muy raro.

LUPO: ¿Qué hay?

CAPERUCITA: …Pues esto está lleno de bolsitas de plástico con una especie de polvos de talco … y una cajetilla llena de cigarros… y pastillas o caramelos… No sé… Además del alcohol…

  (Se acercan los demás y husmean en la cesta)

HADA: ¡¡¡Marihuana!!!

FÉLIX: ¡¡¡Cocaína!!!

LUPO: ¡¡¡Éxtasis!!!

CENICIENTA: ¿Droga?

CAPERUCITA:(Con la botella en la mano) ¿También el alcohol es una droga? ¡No me digas! …Mi abuelita se toma las tortitas con una copita de anís.

HADA: Una copita de anís, de vez en cuando, hasta es buena para hacer la digestión… Pero una después de otra y después de otra, te convierte en una alcohólica.

LUPO: … Yo conocí a muchos chavales y chavalas   toxicómanos deshechos por la droga y el alcohol, cuando estuve en el centro de rehabilitación… ¡Daban una pena… tan majos… y tan desgraciados..!

CAPERUCITA: … Pero así se pondrían cuando ya sufrían adicción… pero por una vez… no pasará nada… Digo yo…

CENICIENTA: Yo no he visto nunca la droga… ¿Me dejas mirarla?

CAPERUCITA: Sí, mujer.., mira..,mira. (Cenicienta se asoma, muy curiosa a la cesta).

CENICIENTA: Oye, Gato con Botas: …Y, ahora que podemos… ¿por qué no probamos una miajita… a ver cómo es esa alucinación tan rica dicen que produce?

FÉLIX; (Irritadísimo) ¡¡¡Cómo???… ¿Tú?… ¿Tú, Cenicienta, que tuviste la vida más triste de todos los cuentos.., y supiste soñar mientras limpiabas los fogones de tu madrastra.., y fuiste capaz de vivir la ilusión de bailar con el Príncipe sobre tus zapatos de cristal…? ¿Tú vas a echar a perder la verdadera fantasía, que nace de la imaginación, y que enriquece el alma.., por un sucedáneo a base de droga, que solo sirve para enfermar tu cuerpo y tu mente?

HADA: No, Cenicienta. Las personas imaginativas, optimistas, seguras, alegres… somos capaces de disfrutar de la felicidad o de imaginárnosla cuando la vida se nos pone negra.

  (Cenicienta se echa a llorar)

LUPO: (Consolándola) No os pongáis así… La muchacha solo quería probar nuevas sensaciones.

HADA: Ningún producto artificial puede sustituir a la felicidad originada por la amistad o el amor… que conducen a las más deliciosas sensaciones…

FÉLIX: … Que son los sueños que enriquecen el espíritu… ¿Os acordáis de mi jefe, el Marqués de Carabás?… No necesitó doparse para ser feliz y casarse con la hija del rey… Simplemente, puso en práctica las esperanzas que yo, su amigo, le iba transmitiendo.

CAPERUCITA: Entonces, ¿qué debemos hacer para no caer en la droga?

FÉLIX: Debemos hacernos fuertes, tener confianza en nosotros mismos.., apoyarnos en nuestra familia… y , sobre todo, no dejar escapar la facultad de ilusionarnos por la vida, que tienen los niños y los jóvenes.

HADA:… Y, sobre todo.., sobre todo, mi querida Cenicienta , no probarla nunca… Muchas jovencitas como tú, caen en la droga simplemente por curiosidad…

LUPO: …Y otras veces, se enredan en ella por no atreverse a decir que no a algún amigo que se la ofrece… Sobre todo los chicos, se creen que son más hombres si la prueban.

HADA: …Falso amigo, diría yo… Y no olvidéis: Sin primera vez… no hay segundas…

  (Cenicienta se pone muy compungida y avergonzada)

FÉLIX: (Consolando a Cenicienta) No te apures, bonita. Vamos a olvidar todos este incidente… Ahora debemos deshacernos inmediatamente de la cesta porque me parece que está llegando el Conserje… y, como nos pille con este alijo se nos va a caer el pelo.

HADA: Disimulad, que está llegando…

FÉLIX: ¡Callad, por favor!… Como se entere, si que la hemos armado.

CAPERUCITA: ¡Ay, madre, ¿qué hacemos ahora?.. sin papeles y con esta cesta que no es la mía… ¡Qué horror!… Alguien me ha dado el cambiazo… Ahora me acusarán de traficante…¡Ay!

  (Llega el Conserje y todos ponen cara de no haber roto un plato).

  (El Hada que, a veces es un poco atolondrada, da un manotazo a la cesta y todo su contenido se desparrama por el suelo).

TODOS: ¡Ay!

FÉLIX: ¿Pero qué haces?… Estás atontada.

HADA: Es verdad… Perdón.

LUPO: No discutáis, y vamos a recoger todo.

CONSERJE: ¿Qué jaleo es ese?

CAPERUCITA: Nada.., nada.., que se me ha caído el bolso. Enseguida lo recojo. (Todos se apresuran a recoger la basura)

CONSERJE: No me dejéis ni un papel por el suelo. Voy a buscar una escoba.

FÉLIX: …Papeles… ¡qué más quisiéramos nosotros!

HADA: ¡Hay que limpiar esto inmediatamente!… Tú, amigo Gato con Botas, tranquilo, que de los papeles me encargo yo.

CENICIENTA: ¿Dónde está mi escoba?

  (Al pronunciar Cenicienta la palabra «escoba» ésta, que pertenece a la Bruja malvada, se pone a barrer sola por el escenario dejando estupefactos a actores y público. Esta secuencia debe estar acompañada por una música mágica y deliciosamente maligna. Cenicienta quiere coger la escoba, que se le escapa, creando una situación cómica, cuando llega Carmelita, arrastrando a la Bruja Coruja).

CARMELITA: (A la Bruja) ¡Recoge tu dichosa escoba y andáte de una vez al País de la Fantasía, de donde no debías haber salido…!

BRUJA: (Entrando arrastrada por Carmelita. Se queda asombrada al ver allí a sus compañeros Fantásticos). ¡Huy!… ¿Qué hacéis vosotros aquí?

FÉLIX: ¿Cómo que qué hacemos nosotros aquí? … ¿Cómo has llegado tú?

LUPO: … Yo os aseguro que fui el único polizón de la Patera Mágica… Conmigo no ha venido.

BRUJA: (Chuleando un poquito)... ¿Pero qué os habéis creído?.. ¿Que yo necesitaba una agencia de viajes promocionada por este fanfarrón del Gato con Botas..? ¡Quia… Yo llevo muchos años en el Mundo Real.

FÉLIX: Pues no te habíamos echado de menos…

HADA: ¿Y para qué necesitabas venir?… Tú te llevabas bien con los invasores cibernéticos… Eres tan pérfida como ellos…

BRUJA: Ellos me enseñaron a modernizarme.., y enseguida me di cuenta de que aquellas pócimas que fabricaba con mandrágora, hígado de araña viuda y extracto de lágrima de cocodrilo, solo servían para convertir en cuervo a algún príncipe despistado…

CAPERUCITA: ¿Te parece poca maldad?

BRUJA: Ahora soy la reina del terror… Nadie me supera en el mundo… Ja, ja, ja..!

FÉLIX: Pero si tus trucos están ya desfasados… porque no se te ocurrirá, a estas alturas convertir en cuervo a un príncipe rubio o dormir cien años a una princesa…

BRUJA: Claro que no… Esos eran juegos de novata… ¡Huy! ahora…

CENICIENTA: ¿Has inventado alguna pócima más dañina?

BRUJA: La peor de todas: la DROGA. Pero no la he descubierto yo. Es muy vieja…

FÉLIX: Claro que lo es. Ya Ulises se vio con problemas cuando arribó en la isla de los lotófagos, llena de hierbas que producían alucinaciones … Fijaos si tiene años.

CARMELITA:… lo que ocurre es que en la antigüedad no se comercializaba

LUPO: No sé para qué la quieres… ¿No tenías bastante con tus encantamientos y tus filtros para hacer mal de ojo a los niños y adolescentes.

BRUJA: Los niños y las adolescentes y los jóvenes de estes país son hermosos como príncipes e ingenuos como princesas… Les envuelvo en mis malas artes y les regalo la droga las primeras veces… Cuando ya no se pueden escapar… je, je,… me suplican que se la venda.., se arrastran ante mí… igual que los sapos de los cuentos… ji, ji… ¿Conocéis mayor perversidad?..jo,jo…

HADA: Nunca pude imaginar maldad tan enorme.

CAPERUCITA: Pero tienen que ser muy tontos para no ver que eres una bruja fea y repulsiva.

BRUJA: ¡Ah, ja,ja!.. Es que yo aparezco ante ellos como una colega que les comprende y, como no tienen imaginación, ni ven más allá de sus narices, se lo tragan todo… je,je…

LUPO: … Eres pérfida… yo era un ingenuo cuando andaba comiendo cabritillos por el bosque… se me veía venir a la primera.

BRUJA: Las brujas somos otra cosa.., más.., más sofisticada, vamos… Nosotras sabemos camuflarnos… ji, ji…

CENICIENTA: ¿Y cómo te camuflas?… Ahora estás hecha un desastre… Yo te veo vieja y asquerosa…

BRUJA: Eso tú… y todas todas aquellas personas que aún conservan la flor de la ilusión.., como los niños que nos están viendo, que tienen confianza en las personas que les aman… y son felices… ¡Qué rabia..! …A la gente optimista y con fantasía… no la puedo engañar tan fácilmente… Pero a los demás… a los deprimidos, los acomplejados, los aburridos, los desesperados… los envuelvo en mis pócimas… y les veo sufrir… que es lo que a mí me gusta… Je, je, je… Ellos no ven que soy su enemiga: me ven guapa y agradable…

HADA: ¿Y qué beneficio sacas de ver sufrir a la gente?

BRUJA: Soy mala remala… y veo sufrir a los jóvenes… y a sus padres… y a sus familias… Jo,jo, jo… ¿Hay algo más delicioso?

CARMELITA: (Dirigiéndose a los habitantes del País de la Fantasía) ¿Pero ustedes pueden consentir que semejante personaje se quede para hacer daño a los habitantes de la Tierra?

FÉLIX: ¡Ni mucho menos!

CENICIENTA: (Llorando) Yo soy capaz de volver a los Cuentos con mi escoba y mi ceniza, para que esta vieja se marche también de aquí.

LUPO: Gato, ¿te puedo decir un recado al oído?

FÉLIX: ¿Muy secreto?

LUPO: (Acercándose a Félix)… Qué ocurriría si, por última vez…¡Te juro que por última vez!… se me olvida que me he vuelto vegetariano… y me la como…

FÉLIX: Debe estar durísima…

HADA: ¿Qué es eso de comerse a nadie. ¿Es que creéis que no os he oído? … Yo la convierto en sapo ahora mismo… y que se vaya al arroyo a comer mosquitos… ¡Hale!

FÉLIX: ¿Olvidas, querida Hada, que para salir de nuestra Tierra Fantástica, tuviste que prometer que solamente utilizarías tres veces el poder de tu varita mágica…? La primera vez la usaste para sacarnos de allí… La segunda se la has prometido a la persona que ha encontrado la varita, cuando la perdiste aquí en el teatro, … quieres conseguirnos los papeles de residencia… y encantar a la Bruja Coruja…

LUPO: Si no cuento mal, son cuatro encantamientos.

HADA: ¡Ay!… Pues sí…

CAPERUCITA: Alguien tiene que renunciar a su ilusión….

CARMELITA: No se preocupen, amigos fantásticos, el niño que ha encontrado la varita, tiene cara de niño feliz y, seguramente, no tendrá inconveniente en renunciar a su privilegio. (Dirigiéndose al público) ¿Quieres subir, precioso, y decirnos si preferís pedir tus deseos, o que se queden con nosotros todos estos personajes, menos la Bruja?

NIÑO: (Subiendo al escenario) Yo quiero que se cumplan mis tres deseos… Y tengo derecho… Me lo has prometido, Hada.

TODOS; (Mirándose desolados) ¡¡¡ Ah !!!   ¡¡¡ Oh !!!

CARMELITA: ¿No te interesa cambiar las tres gracias por un buen ordenador?

NIÑO: Ya tengo.

CARMELITA:… o por unas zapatillas deportivas de marca?

NIÑO: Ya tengo.

CENICIENTA: …o por un viaje a Disneylandia?

CAPERUCITA; (Al Lobo Feroz) … Es tozudo… ¿Eh?

NIÑO: ¡Qué va!… Allí todo es falso… Esta es un Hada auténtica… ¡Quiero ver como funciona una varita mágica de verdad!

HADA: Bueno… Que le vamos a hacer… Hay que saber perder…

CARMELITA: ¿Estás seguro de que no podés prescindir de los tres deseos?

NIÑO: ¡Tengo derecho! ¡Yo encontré la varita mágica!

LUPO: …Nos haría tanta ilusión que renunciaras…

NIÑO: ¡No voy a renunciar!… Santa Rita, Rita… lo que se da no se quita!

HADA: No perdamos más tiempo, monín… ¿Cuáles son tus tres deseos? Puedes estar seguro de que cumpliré con honor la palabra que te di.

NIÑO: (Colocándose, muy cursi, en medio del escenario) El primero, que esa malvada Bruja, que está haciendo tanto daño por culpa de la droga, desaparezca definitivamente.

TODOS: ¡Vaya…! (Se miran muy sorprendidos)

HADA: Las dos primeras gracias no tienen dificultad. pero, con la tercera, me queda una duda:¿Qué es lo que realmente quieres, que nos volvamos al País de la Fantasía y continuemos siendo unas antiguallas, o que nos quedemos en el Mundo Real y sigamos el rollo de los chavales de ahora.

NIÑO: …Pues… las dos cosas.

HADA: ¿Cómo , las dos cosas?

CARMELITA: Es que ustedes no pueden abandonar jamás del País de la Fantasía.

FÉLIX:¿ Y yo he organizado todo este montaje de la patera para escapar de allí?

CARMELITA: Los Héroes de los Cuentos atraviesan el territorio que existe entre el País de la Fantasía y la imaginación de los humanos en unas PATERAS MÁGICAS, que son los libros.

HADA: Yo no quiero vivir solamente en la fantasía de los lectores. ¡Quiero ser real!

CARMELITA: Y lo serás. Pero tu pasado es patrimonio de la Humanidad, pertenece a cada persona que lea tus aventuras..

NIÑO: Para mi, siempre serás el Hada que convirtió la calabaza en carroza de oro.

HADA: (Presumiendo) ¡Qué bien me salió aquel hechizo! ¡Qué tiempos…!

CAPERUCITA: (Suspirando)…¡No podré repartir comida montada en una moto….!

CENICIENTA: (Compungidísima) Entonces:¿Estoy condenada a la escoba de por vida?

CARMELITA: (A Cenicienta) El futuro lo habrás de fabricar cada día. Tendrás que decidir entre la vulgaridad de barrer la ceniza o la ilusión de calzarte los zapatos de cristal.

LOBO: Pero, a lo que íbamos: ¿Nosotros podemos estar allí y aquí a la vez?

CARMELITA: Naturalmente. Ustedes ya no son responsables de su pasado en el País de la Fantasía, aunque continúen viviendo virtualmente en él: pero el futuro, en el Mundo Real se abre ante ustedes lleno de posibilidades.

FÉLIX: O sea, que tendremos doble nacionalidad. ¡Mira, que bien!

NIÑO: ¡Qué suertudos!

LOBO:… Ya caigo: habitaremos en el País de la Fantasía, mientras haya un abuelo que le cuente nuestra historia a su nieto.

CARMELITA: O se la lea.

FÉLIX:… Pero, a la vez, podemos quedarnos en el Mundo Real, para aprender a ser modernos.

BRUJA: (Bajito y escurriéndose tras los bastidores) A mí me interesa también tener doble nacionalidad… y como no me escape, me deportan a los cuentos.

  (Se quiere escapar)

LOBO: (Atajándola) ¡Alto ahí, bruja malvada!. Tú no te vas tan fácilmente…

  (Todos los personajes hacen corro a la Bruja Coruja y se meten con ella)

CENICIENTA: ¡Tienes que recluirte en el pasado, con las leyendas!.

CAPERUCITA: ¡Aquí no te queremos!.

TODOS: Eso. ¡Vete al pasado! ¡Vuelve a los cuentos a hacer tus maldades!(Aquí, cada uno se despacha como quiere, diciéndole improperios a la Bruja)

NIÑO: (Al Hada) No dejes que la echen ellos, Hada. Utiliza tu varita de una vez.

HADA: Venga. (El Hada toca con su varita a la Bruja, que se queda paralizada en una postura comicamente inverosímil)

NIÑO: ¿Qué pasa? ¿No la ibas a convertir en sapo? ¿Es que se ha encasquillado?

HADA: (Mirando a su varita) Yo creo que está perdiendo energía.

CENICIENTA: Mira, Hada: deja, de momento así a la Bruja, y soluciona nuestro problema de los pasaportes cuanto antes.

NIÑO: Aprovéchala bien, ahora que la tienes, porque en la Tierra, no se arreglan las cosas con varitas mágicas.

HADA: ¡Eso! 

  (El Hada levanta su varita mágica a los acorde de una música marchosa y va tocando a todos y cada uno de los presentes en el escenario, de tal manera, que, al tocarles, les aparece en la mano un documento. Pueden entrar en otros personajes con vestimenta típica de los paises de donde proceden los inmigrantes habituales. Con su papeles en alto, hacen un baile rodeando a la Bruja, que queda acorralada. Se acerca el Hada, la toca con la varita mágica … y se convierte en un repugnante sapo, en medio del grupo. Prosigue el baile y cae el

 

 

                                   TELÓN

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CAPERUCITA: Y si es un veneno… ¿por qué la toma la gente?

FÉLIX: Es un veneno engañoso: cuando lo tomas, al principio te crees que eres feliz porque te sientes muy a gusto…

CENICIENTA: ¿Como cuando estás soñando?

HADA: Eso… Pero cuando pasa el efecto, no te encuentras como antes de haberla tomado. No.

LUPO: Cuando pasa el efecto, uno se encuentra muy mal… y solo desea volver a tomar más droga.

HADA:…Y más.., y más… Cada vez más …

CAPERUCITA: ¿Eso es «engancharse»?

FÉLIX: Efectivamente… Y los pobres drogodependientes dejan de trabajar, se ponen enfermos… y solamente viven para tomar otra dosis con la que vuelvan a creerse que son felices.

 

MARINA: Que no… Que es esa chica que viene todos los días con la moto a dar caramelos a los niños…

CARMELITA: ¡Caramelos a los niños? … (Coruja hace ademán de huir) ¡No te me escapes, desgraciada…! (Agarrando a la Bruja por el gorro y los pelos)… ¡Solo falta que se te ocurra dar uno solo de esos caramelos contaminados de droga a los niños!… ¡Que un niño es sagrado, ¿eh?

BRUJA: …Es que a mí me gustan mucho los niños…

CARMELINA: … Sí… como le gustaban Hansel y Gretel… para comérselos… ¿Verdad? (Sigue zarandeándola hasta que se le cae el gorro a la Bruja … y aparece una enorme y brillante calva, que la deja avergonzada).

 

(Si la actuación se realiza ante un público muy infantil se puede incorporar el fragmento interactivo siguiente)

 

CARMELITA: Menos mal que los niños de este colegio saben perfectamente que no hay que coger nada de personas desconocidas.

BRUJA: …Pu…pues a alguno ya le gustan…ya .

CARMELINA: (Dirigiéndose al público) ¿Alguno de ustedes ha visto por aquí a esta Bruja espantosa regalando caramelos?

PÚBLICO: ¡¡¡NO!!!

CARMELITA:… ¿Y, si viene camuflada y os regala algo, se lo vais a coger?

PÚBLICO: ¡¡¡NO!!!

CARMELINA: ¿Deben los niños irse con desconocidos o aceptar sus regalos?

PÚBLICO: ¡¡¡NO!!!

CARMELITA: Ya te decía yo que en Birjinetxe no se te ha perdido nada, malvada y alevosa bruja… Mas te vale escapar corriendo, porque como llame al Hada, que está ahí dentro, te destruirá inmediatamente.

(Fin del fragmento para público infantil)

 

 

FÉLIX: Están medio atontados creyendo que viven en una galaxia donde hay que matar a los enemigos.

CÉSAR: ¿ Y quienes son sus enemigos?

HADA: Cualquiera que les lleva la contraria… Los niños de ahora no saben aguantar una reprimenda… Cuando sus padres o sus profesores les riñen, piensan que no les quieren…

CENICIENTA: ¡Ellos qué sabrán de reprimendas!… ¡Si hubieran conocido a mi madrastra…!

FÉLIX: Esa, esa sí que sabía reñir…y maltratar… y no como ahora…

CARMELITA: Nunca hemos tenido una infancia a la que se le dan tantas contemplaciones… ¡Huy, en mis tiempos!

BONGÓ:… Y en estos tiempos, amiga… Aún quedan muchos niños maltratados y vendidos como esclavos… En mi tierra…

CÉSAR: Es verdad. En el Tercer Mundo los niños están explotados, mientras que aquí…

CARMELITA: Los pibes de aquí tienen su cuarto lleno de cachivaches… nosotros solo teníamos cuentos…

 

Javier Hernández

Vocal asesor de Comunicación

Recoletos 28

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         EL MISTERIOSO CAMBIO

 

     DE LAS TORTITAS DE MANTECA

 

 

                                   TEATRO DE AULA

                                                     Petra-Jesús Blanco Rubio

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                          Petra-Jesús Blanco Rubio

 

 

 

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LA PATERA MÁGICA

 

 

 

 

 

TEATRO DE AULA

 

 

 

Petra-Jesús Blanco Rubio

 

                    

LA PATERA MÁGICA

 

INTRODUCCIÓN

El Teatro de Aula es una estrategia pedagógica a través de la cual se fomenta la educación en valores, no tanto porque éstos se sugieran en la obra dramática sino porque el contexto teatral se utiliza para conseguir que los alumnos adquieran actitudes positivas en todos los campos.

Si ya cualquier dramatización escolar es educativa, el Teatro de Aula sirve para abordar ese problema, un poco diluido en los proyectos educativos, que se ha dado en llamar transversalidad. Independientemente del tema de la obra que se está trabajando, en el Teatro de Aula se van a vivir situaciones que se plantean en el texto y otras, infinitamente más profundas, que van a surgir entre los compañeros, que necesariamente han de limitar sus apetencias en función de las necesidades del grupo.

Dado el cúmulo de áreas de información que agobian a los estudiantes y que, aunque se intenten convertir en activas, la urgencia de contemplar todo el programa, trastoca la calidad por la cantidad de materia, hacen falta en el horario unos momentos dedicados a animar y entusiasmar al alumnado, que de esta manera sobrellevará mejor el curso.

El Teatro de Aula que es global, multidisciplinar, coral, tolerante, creativo, disciplinado, integrador y, sobre todo, divertido, es intrínsecamente la transversalidad viva. La experiencia de veinte años utilizándolo lo corrobora distinguiendo un antes y un después en el colectivo que lo ha realizado.

«LA PATERA MÁGICA» es una dramatización pensada para ser desarrollada con alumnos desde 6º de E. Primaria hasta primeros cursos de la E.S.O. y el grado de adaptación del curso a la obra depende del grado de madurez del mismo y de sus circunstancias.

El tema de la droga, que se aborda en todos los colegios, es profundamente delicado por lo que incluirlo en una representación escénica puede ser motivo de polémica. En la mayoría de los centros escolares se encuentran alumnos que viven en sus propias familias desde el tráfico de estupefacientes hasta el dolor más profundo de la toxicomanía y cualquier alusión poco matizada puede herir sensibilidades.

Con esta obra se dramatiza para desdramatizar, sin creer que por ello se diluya el mensaje que enviamos. Queremos que éste sea positivo y, en ningún momento, pretendemos atacar a las personas que han tenido la desgracia de caer en la drogodependencia sino ayudarlas a superarla. Deliberadamente ninguno de los personajes humanos tiene relación con la droga. Incluso la jovencita, que padece tentaciones de probarla, es la buena de Cenicienta para que nadie se de por aludido.

Como en otras dramatizaciones escritas para Teatro de Aula se abordan otros temas educativos que suelen ser constantes en las programaciones de cualquier centro tales como la inmigración, la convivencia, la adicción a los divertimentos audiovisuales, la necesidad de la lectura, etc. Cada profesor puede seleccionar aquellos que considere oportunos para intensificar su estudio a través de investigación, debates, películas u otras técnicas educativas.

 

 

 

LA PATERA MÁGICA

 

(Dramatización para Teatro de Aula)

 

 

 

PERSONAJES

 

 

Carmelita

César

Bongó

                         Félix, el Gato con Botas

Hada

Caperucita Roja

Cenicienta

Conserje

Niño del Público

Lupo, el Lobo Feroz

Fernando

Marina

Bruja Coruja

Entrevistadora

En esta dramatización nos encontramos con tres tipos de personajes. Por una parte aparecen seres que proceden del País de la Fantasía aunque sean de diferentes categorías como humanos (Caperucita y Cenicienta), animales (el Gato con Botas y el Lobo Feroz) y completamente mágicos como el Hada y la Bruja Coruja. Cada uno de ellos se comporta de acuerdo con el rol tradicional, de todos conocido.

 

FÉLIX, El GATO CON BOTAS es un ser sumamente inteligente y astuto, con gran dosis de sabiduría acumulada, capaz de resolver los problemas y de dar consejos oportunos. Está seguro de sí mismo y espera conseguir una buena situación en el Mundo Real dirigiendo una empresa de Relaciones Públicas. Después de lograr que el hijo del molinero se convirtiera en Marqués de Carabás y llegara a emparentar con el mismísimo rey, está convencido de poder lanzar al estrellato a cualquier artista mediocre que se deje apadrinar por él. Es el organizador de la expedición que ha salido en una Patera Mágica del País de la Fantasía con un grupo de amigos a los que se siente en la obligación de ayudar.

LUPO, El LOBO FEROZ, ha sufrido una insólita transformación a raíz del incidente del bosque, tras comerse a la abuela de Caperucita: acudió a un centro de rehabilitación y está a punto de conseguir comer bellotas y tortitas de manteca. Aún tiene que desprenderse de algunos malos hábitos, pero está en camino de poder convivir con todos aquellos seres a los que antes acosaba y por los que, aún ahora, es temido y denostado y a los que debe demostrar continuamente su nueva situación gastronómica. También es viejo, y por lo mismo, sabio. En algunos momentos sumará sus consejos a los del Gato con Botas. El Lobo Feroz es nuestro personaje entrañable y pretende dar ánimos a los escolares que padecen un rol negativo y enviarles un mensaje de esperanza: Nadie debe ser malo eternamente. Siempre se puede comenzar una nueva vida.

El HADA sí que está un poco desfasada. Tiene un gran corazón y todo su afán consiste en resolver problemas a fuerza de varita mágica. Se quedó bastante acomplejada al observar a los Ciberhéroes conseguir casi tantas maravillas como ella utilizando un rayo láser o percatarse de que los invasores tenían poderes para viajar a través del tiempo o desintegrarse y reaparecer en otro planeta. Le parece ingenua su hazaña, tan sorprendente en su tiempo, de convertir en carroza   una vulgar calabaza. También ha vivido mucho y conoce a fondo el alma humana. Sabe de sus problemas y sus anhelos que procura satisfacer, lo que no le impide ser un poco despistadilla y atolondrada en ocasiones, hasta el punto de perder la varita en la que radican sus ya obsoletos poderes. Es consciente de que, en el Mundo Real, ha de desprenderse de ella definitivamente y está abrumada pensando que solo le quedan tres actuaciones . Aún no sabe cómo resolverá su vida mortal. Tal vez pueda ser una excelente trabajadora social. Experiencia no le falta.

 

CAPERUCITA ROJA ha perdido su trabajo porque la abuelita, después de que el cazador la sacara de la barriga del Lobo Feroz, se integró en un grupo de la Tercera Edad , abandonó la casita del bosque tan lejana y se ha mudado a un apartamento cerca de un club de jubilados; allí juega a las cartas y hace excursiones en las que los vejetes se divierten cantando canciones pasadas de moda. Además, al bosque lo han convertido en Parque Nacional y está terminantemente prohibido coger margaritas en los bordes de la vereda, y mucho menos cazar mariposas o lagartijas en peligro de extinción. Caperucita piensa que el reparto a domicilio, que es lo que a ella se le da bien, se puede mejorar con una moto. Conducir una moto es su gran secreta ilusión. ¡Ay si la hubiera tenido en aquel fatídico día!… Seguramente hubiera llegado antes que el Lobo… Tendrá que sacarse carnet de conducir.

 

CENICIENTA estaba hasta las narices de tanto limpiar la cocina de leña del carcamal de su madrastra, sabiendo que se habían inventado las eléctricas. (Para colmo, piensa que los niños de ahora, ni saben qué es la ceniza, y solo conocen el fuego gracias a las hogueras de san Juan). Sus hermanastras seguían sin echarle una mano. Lo que más le fastidiaba era tener que hacer la limpieza con aquella escoba de retama, tardando tantísimo, sin sacar un minuto para divertirse, mientras en el Mundo Real se usan aspiradoras y lavavajillas muy rápidos y con los que sobra tiempo para participar en actividades feministas, que es lo que ella desea. Así que, en cuanto se ha enterado de que se estaba organizando la Patera Mágica, le ha pedido al Gato con Botas que la incluya en el pasaje. No tiene ningún interés en casarse con un príncipe, convirtiéndose en sumisa y delicada esposa. Quiere estudiar para conseguir un trabajo que la independice. Se sabe capaz de comerse el mundo, porque es inteligente y gentil; y cuando se calza los zapatos de cristal, que aún conserva, se encuentra muy atractiva..

 

LA BRUJA CORUJA sigue tan pérfida como siempre. En los Cuentos hacía mal de ojo y preparaba brebajes para envenenar a la gente o convertía a los príncipes en sapos, cosa asquerosísima, pero que a ella le divertía mucho, no entendemos por qué. Cuando el País de la Fantasía fue invadido por los Ciberhéroes, Coruja hizo muy buenas migas con los peores, dándose cuenta entonces, de lo primarias que eran sus prácticas. Hizo cursillos de actualización y aprendió marketing e ingeniería financiera. Se puso en contacto con el cártel de Medellín y, mientras ella les enseñaba a manipular la coca para convertirla cada vez en más dañina, ellos llevaban las ganancias a paraísos fiscales. Superada esta fase, amplió sus conocimientos de química e ideó las drogas de diseño, que son lo último en maldad, con las que se consigue descerebrar del todo individuo. Aunque tiene una red de colaboradores considerable, no deja que nadie la sustituya a la hora de engañar a los jóvenes incautos y acude ella, en persona, disfrazada de colega, para envolverlos en sus redes alucinógenas. Dice llamarse Coru, para despistar. Actúa siempre con gran astucia porque, a pesar de sus artes, no ha conseguido un camuflaje perfecto: le ocurre como a aquel emperador que se vistió de la nada y al que sólo vio desnudo un niño que era inocente. A Coruja la ven actualizada los desilusionados, los apáticos, los desesperados, los acomplejados, los que no son capaces de soñar ni de poner ilusión en su vida. En cambio, las personas felices, seguras, optimistas, y con fantasía la ven mala y fea, con las uñas largas y verrugas en la nariz. A éstos no los puede engañar Coruja y se librarán de su maleficio.

Coruja representa a esa persona que induce al adolescente a mantener su primer contacto con la droga, segura de que se convertirá en adicto no tardando mucho.

Los personajes no fantásticos que aparecen en nuestra obra están divididos en dos grupos: los empleados de la Oficina (Conserje y Entrevistadora) y los buscadores de trabajo. Todos son buenas personas , pero su situación es muy diferente haciéndose más patentes los problemas de los sinempleo.

La avalancha de inmigrantes de los últimos tiempos hace que el número de éstos prevalezca sobre los desempleados autóctonos. En el texto no son muy numerosos, pero si hacemos Teatro de Aula, en el que deben participar absolutamente todos los alumnos, se pueden multiplicar algunos personajes y repartir su discurso entre varios actores. En este caso, cambiaremos, por ejemplo, frases con acento y expresión argentinas, utilizadas por Carmelita, por las equivalentes pronunciadas con acento de los países del Este u otro lugar que tenga vinculación con la comunidad educativa en la que trabajemos.

 

CARMELITA es el ser humano clave en nuestro mensaje. Es capaz de ver la realidad porque tiene el don de la fantasía. Su mundo interior está repleto de proyectos, de ilusiones, de actitudes positivas. Tuvo que salir de su país por peleona; porque no admitía las injusticias que se cometían con otras gentes. En la sala de espera animará a Bongó y se comprometerá a arreglarle su situación ilegal. Su sensibilidad le hace percibir la presencia de la Bruja, a la que los demás confunden con una amable jovencita, y luchará con ella para evitar que corrompa a la juventud. Para Carmelita los problemas de la Humanidad son sus propios problemas.

(Carmelita se expresa en «argentino», por lo que los vocablos específicos de este habla se escriben en negrita)

 

CÉSAR es un típico anodino honorable padre de familia. Toda su vida la ha pasado trabajando para que su mujer y sus hijos vivan lo mejor posible, con la única compensación de ver en la tele los partidos de fútbol. El tren de la tecnología le ha pillado desprevenido y saldrá de la Oficina con un impreso para matricularse en un curso de informática. Hará los deberes en el ordenador de su hija.

BONGÓ no acepta que le llamen subsahariano ni inmigrante de color siendo ambas cosas, y mucho menos afroamericano porque él no es de América. No tiene complejos ni se siente ofendido cuando alguien le llama negro: lo es y está contento con ello. Tampoco necesita recordarlo en la conversación. Los blancos, piensa, jamás hablan del color de su piel para justificar una situación ¿por qué ha de decirlo él? Bongó arrastra una vida llena de huidas, de destierros y de campamentos de refugiados capaz de enloquecer a cualquiera que no tenga esperanza. La misma situación que convierte a otras personas en retorcidas, le ha hecho analizar la condición humana que no cambia con el color de la piel y lo ha convertido en un filósofo. Su integridad está a prueba de penalidades y poder. Posee una riqueza espiritual tan grande que, es capaz de intuir la maldad de Coruja , aunque ésta no tenga las características físicas de las brujas de su cultura africana. Se merece que la clase haga un debate acerca de sus circunstancias, muy actuales, tristemente.

 

FERNANDO es un muchacho representativo de la remesa juvenil pasota y apática que puede ser víctima de cualquier desaprensivo que tenga talento para utilizarle. Se pasó la escolaridad con la Nintendo en vez de hacer los deberes, con lo que su base cultural es mínima. Le dio a la litrona cuando hacía novillos en el Instituto y, ahora, ve con envidia cómo sus antiguos compañeros, de los que él se burlaba, andan terminando la carrera o tienen un buen oficio. Le gusta vestir con ropa de marca y pasar por la discoteca los fines de semana. Es buena gente y goza de amigos excelentes por los que daría la vida si fuese necesario. Con la familia apenas habla. Apenas se conocen. En casa sólo gruñe. Necesita trabajo para comprarse una moto. No lee jamás. Toda su cultura proviene de la televisión y no se molesta en poner a funcionar la fantasía, así que está perennemente aburrido. Es ingenuo e incapaz de reconocer la maldad y la identidad de la Bruja, que se hace pasar por su amiga. No es extraño que Coruja tenga en él uno de sus posibles mejores clientes.

MARINA nunca fue muy inteligente, pero su madre se empeñó en que terminara una carrera universitaria, porque ella no iba a ser menos que sus amigas. Se ha pasado la vida estudiando, con un esfuerzo superior a sus capacidades, sin permitirse el lujo de leer una novela o acudir a una fiesta. Es trabajadora y tenaz. A fuerza de septiembres consiguió la licenciatura y, cuando se vio con el título en la mano, se dio cuenta de que había pasado muchos años sin quemar las etapas vitales que hacen madurar a las personas, enfrascada en aprender algo que a ella no le interesaba. No tiene la menor esperanza de ejercer una profesión relacionada con sus conocimientos. Pero no desespera y sabe que su constancia y su seriedad le harán encontrar un trabajo que merezca la pena. De momento sólo encuentra colocación de niñera. Pero, quién sabe, a lo mejor, en el contacto con los niños adquiere ese punto de fantasía que le hace falta para tener éxito.

El CONSERJE es el típico funcionario que cumple con su deber estrictamente. Es decir: sin pasarse, pero correcto. Está contento con su trabajo que, si bien es monótono, le permite estudiar en la UNED. Ya llega a Tercero de Historia.

El NIÑO repelente que encuentra la varita mágica forma parte del reparto de la obra, aunque , a primera vista, parezca que es un espectador más. Se comporta como lo deben hacer los niños inteligentes: con mucha más madurez que gran parte de los adultos.

 

Esta dramatización está dirigida para utilizarse como estrategia pedagógica a través del Teatro de Aula, por lo que se convierte, de este modo, en un texto abierto que admite toda clase de añadidos. Antes de repartir papeles hay que leerla, debatirla e introducirse en ella. El profesor tiene que motivar a los alumnos para que, cada uno cree su propio personaje, para analizar la problemática que le parezca más oportuna. Puede decantarse, si la circunstancia lo exige, por el grupo de los inmigrantes o los parados nacionales, teniendo siempre en cuenta la edad y el nivel de la clase. No hay que tener prisa.

 

                    

 

 

 

 

                    

                        

 

 

 

LA PATERA MÁGICA

 

ACTO I

 

  Toda la obra transcurre en la sala de espera de una Oficina de Empleo, en tiempo real. Al abrirse el telón aparecen sentadas varias personas. Aún falta un rato para que se abra el despacho, pero han ido pronto para conseguir un mejor trabajo. Algunos tienen el periódico en la mano y leen anuncios de ofertas. En la sala no deja de entrar y salir gente. Unos leen, otros hablan bajito. A veces se sientan, a veces se levantan; hacen corrillos, se cambian de sitio.., porque la espera siempre es aburrida por una parte y expectante por otra: ¿Cómo saldré de esta decisiva entrevista que puede cambiar mi vida?, piensan todos los sinempleo que se dan cita en esta oficina tan singular. Solamente hablan alto aquellos personajes que nos interesan en cada momento. Antes de levantarse el telón se comienza a escuchar música de esperanza, que continuará unos minutos hasta que el público se sitúe y comience el diálogo.

CÉSAR: (Paseando) ¡Cuidado que se hace larga la espera! Ayer, me quedé sin pasar al despacho y hoy he querido llegar el primero.

CARMELITA: (Con acento sudamericano) ¿Y vos querés trabajar enseguida?

BONGÓ: ¿Ya tienen papeles en regla?

CÉSAR: (A Bongó). Por supuesto. (A Carmelita).Necesito cualquier oficio que sirva para mantener a mi familia. Mi empresa ha cerrado y me he quedado en la calle con 45 años. Con esta edad no me contratan en ningún sitio.

CARMELITA: Pero ¿qué sabés hacer?

CÉSAR: Saber, saber.., sé delineación. A ello me he dedicado toda la vida. Pero un ordenador hace el mismo trabajo que yo y no necesita aumento de sueldo, ¿entiendes? De cuatro que trabajábamos allí, tres nos hemos ido a la calle. ¿Y, sabes quién es el que se ha quedado?… pues el listillo que estudió informática.

CARMELITA: De listillo, con retintín, nada: él fue el único que tuvo visión de futuro. No te vendría mal un cursillo para actualizarte.

CÉSAR: ¿Estás segura? ¿Tú crees que a mí me van a entrar esas modernidades?… Mi hija, sin embargo, lo tiene chupado… Y tú, ¿qué trabajo esperas?

CARMELITA: Yo no estoy en condiciones de elegir: Puedo limpiar escaleras, dar clases, atender ancianos o arreglar jardines.

CÉSAR: Pero qué es lo que sabes hacer?

BONGÓ: ( Dirigiéndose al grupo)¿Tiene usted papeles?

CARMELITA: (A Bongó) Claro. (A César) Soy pintora y profesora de Arte en una Universidad de mi país, del que he tenido que escapar: tengo asilo político. (A Bongó) y vos ¿tenés papeles?

BONGÓ: Pues no. Soy un ilegal. Espero que en esta oficina de Cáritas me den los papeles que necesito.

CÉSAR: Esta no es una oficina de Cáritas. Es una oficina de empleo. Aquí ya hay que tener toda la documentación en regla para que te den trabajo.

BONGÓ: (Preocupado) Entonces… ¿qué hago yo aquí?

CÉSAR: Perder el tiempo. Y, si me apura, que le metan en la cárcel.

CARMELITA: (Dirigiéndose a César) No le asustes, hombre. (A Bongó, con amabilidad) ¿Y cómo llegó usted acá?

BONGÓ: En patera, como todos.

CARMELITA: Yo vine en avión.

CÉSAR: …A ver quién es el majo que atraviesa el Atlántico en patera…

CARMELITA: (Sonriendo, con picardía) Colón lo hizo…

CÉSAR:… más o menos…

BONGÓ: …Al llegar a Tarifa, nos estaba esperando la policía para devolvernos a África… me eché al agua, y, cuando encontré tierra… me escondí. Yo no puedo volver a mi país.

CÉSAR: ¿Por qué? ¿Piensas que el Primer Mundo es un paraíso?… Mírame a mí, que soy de aquí y tampoco tengo trabajo.

  (Se oye mucho barullo entre bastidores, por lo que Carmelita y César cortan la conversación para escuchar. Bongó también escucha. Al cabo de unos segundos aparece la cabeza del Gato con Botas, o sea, Félix, como se llaman genéricamente todos los gatos.)

FÉLIX: (Muy bajito) ¿Es ésta la Oficina de Empleo?

CÉSAR: ¿Qué dice?

FÉLIX: (Más alto) …Que si es ésta la Oficina de Empleo.

BONGÓ: ¿Tiene usted papeles?

CARMELITA: (Sin hacer caso a Bongó y dirigiéndose a Félix) Sí. Pase usted.

FÉLIX:…Es que… no vengo solo.

CÉSAR: No importa: si los demás vienen a buscar trabajo, que se pongan también a la cola.

  (El Gato con Botas hace señas para que entren los demás y van apareciendo Caperucita, Hada y Cenicienta. César y Carmelita se quedan perplejos al ver semejantes personajes y se piensan que es una broma. Mientras van entrando nuestros protagonistas, se escucha música alegre, porque ellos, todo hay que decirlo, llegan a este País muy entusiasmados y llenos de ilusión).

CÉSAR; (Dando vueltas alrededor del grupo) … Pero vamos… ¿Es que estamos en Carnavales?

FÉLIX: ¿ Qué es eso de Carnavales? ¿Por qué nos miran así?

CARMELITA: Porque ustedes vienen vestidos como los personajes de los cuentos que leíamos en nuestra infancia.

CENICIENTA: Nosotros no venimos disfrazados de personajes de cuentos: nosotros SOMOS los Personajes de los Cuentos.

CÉSAR: ¡ Ahí va! ¿Cómo han llegado hasta aquí?

FÉLIX: Pues en patera.

BONGÓ: Lo mismo que yo.

CARMELITA: Los Héroes de los Cuentos atraviesan el territorio que existe entre el País de la Fantasía y la imaginación de los humanos en unas PATERAS MÁGICAS, que son los libros… Pero ustedes (les va tocando uno a uno)… son reales.

FÉLIX: La patera mágica en la que hemos llegado en persona ha sido construida gracias a un hechizo del Hada

  (El Hada hace una simpática mueca de saludo)

 

CAPERUCITA: Ya no podemos vivir en el País de la Fantasía.

HADA: Desde hace unos años, el País de la Fantasía ha sido invadido por los Ciberhéroes, como los marcianos.

CAPERUCITA:… Los alienígenas.

FÉLIX: Androides clónicos…

HADA:… Sin contar los robots.., que los hay de todo tipo.

FÉLIX: No os creáis que llevan la vida tranquila que hacemos nosotros… ¡Qué va!… Nos han invadido gracias a los cohetes espaciales y a sus sofisticadas armas destructivas…

CENICIENTA: Se pasan todo el tiempo disparando pistolas atómicas.

TODOS: ¡Pum, Pum, Pum!

HADA: Son muy agresivos : Todo su afán es dominar.

CAPERUCITA: Les da lo mismo dominar el país, que el mundo.., que la galaxia.

FÉLIX: … Usan la violencia. Mucha violencia.

TODOS: ¡Pum, Pum, Pum! ¡Taca,taca,taca!

CAPERUCITA: Estos personajes son los que han invadido el País de la Fantasía, arrasándolo todo.

HADA: … Con furia extraterrestre, que es peor que la de aquí… No se pueden imaginar el destrozo que hicieron en el castillo de la Bella Durmiente…

CENICIENTA: … Como parecía que no había nadie, se han quedado a vivir allí.

FÉLIX: … ¡Quisieron abrir la puerta de su dormitorio con un rayo láser…!

HADA: Menos mal que esa puerta es mágica y solamente la podrá abrir la canción del Príncipe.

CARMELINA: Y vos, que sos Hada ,¿no pudiste impedirlo?

HADA: ¡Huy!… Gracias a mi varita, he podido mantenerlos un poco a distancia. Pero mis poderes son muy pequeños, comparados con los suyos. Por cierto (buscando), ¿dónde la tengo?

  (El Hada busca la varita y no la encuentra. Se apura mucho.)

  (En este momento el carillón de un reloj cercano toca nueve campanadas y se abre la puerta que da a la oficina. Aparece el Conserje, que permanecerá sentado en un escritorio ante la puerta de acceso al despacho al margen de las conversaciones de los buscadores de trabajo. Puede leer, escribir o mirar. En algunos momentos sale de la sala de espera. Para él, los trabajadores son números simplemente. La oficina puede estar situada detrás de bastidores y, solo cuando convenga a la acción se podrá oír lo que allí ocurre.

 

 

 

 

CONSERJE: Buenos días.

TODOS: Buenos días.

CONSERJE: Puede pasar el primero.

CÉSAR: ¡Qué rabia!… Ahora que tenía una conversación entretenida, me toca entrar a mí… Hasta luego! (Entra en la Oficina)

CARMELITA: (A los personajes de los cuentos) Pero vamos a ver: habrá una razón seria por la que todos hayan dejado su hermoso país para venir acá. En el País de la Fantasía no se limita el número de residentes.

FÉLIX: Naturalmente que nuestro Mundo acepta con cariño nuevos habitantes… con los que siempre hemos convivido amistosamente… Como Harri Potter, que acaba de llegar y es delicioso… Pero desde la invasión cibernética, los tradicionales nos sentimos desplazados. ¿Le parece poco grave que los niños ya no nos necesiten?

CAPERUCITA: Los niños de ahora prefieren los videojuegos a leer nuestras aventuras.

FÉLIX: … Y, con tanto videojuego y tanta tele y tanto ordenador… no tienen tiempo de jugar…

CENICIENTA: …y no desarrollan su fantasía…

FÉLIX:… Ya no les gustan nuestras historias…

HADA: …porque dicen que están pasadas de moda…

TODOS: ¡Por eso queremos un trabajo moderno!

FÉLIX: Para que nos puedan comprender.

BONGÓ: O sea que, vosotros sois unos exiliados en el tiempo, o cosa así.

CAPERUCITA: (A Bongó) ¿Tú eres real, o fantástico, como nosotros?

CENICIENTA: ¿También vives en los cuentos?

BONGÓ: Yo soy un inmigrante tristemente real. Mi vida puede parecer un cuento, pero aún no ha conseguido su final feliz.

HADA: (Que continúa buscando la varita por todos los rincones y objetos del escenario) ¿Dónde habré dejado mi varita? ( A Bongó) ¿A ti también te han ocurrido aventuras?

BONGÓ: Me han ocurrido grandes y terribles aventuras: En mi país llevamos mucho años sufriendo una cruel guerra entre las dos tribus más poderosas.

CAPERUCITA: …¡Ya!… Los buenos y los malos…

BONGÓ:… En mi niñez pasé mucho miedo, porque mi tribu era la perdedora, y peligraba mi vida…

CENICIENTA: … Tu tribu es la de los buenos…

BONGÓ: Ahora es mi tribu la que manda y la que mata…

HADA: … Entonces.., tu tribu es la de los malos…

BONGÓ:… y lo que peligra… es mi dignidad.

FÉLIX: ¡Qué cosa más extraña!… En la Tierra es difícil saber quiénes son los buenos y quiénes los malos.

HADA: En los cuentos, eso está clarísimo.

CARMELITA: (A Bongó) ¿No sentís rencor?

BONGÓ: El rencor no hace olvidar el dolor, sólo sirve para empeorar las cosas.

HADA: ¿No deseas vengarte?

BONGÓ: La venganza consiste en añadir un mal a otro mal… Me ha decepcionado mi tribu porque está cometiendo las mismas atrocidades que ella había sufrido antes.

HADA: Es hermoso encontrar un ser humano sin odio habiéndolo pasado tan mal.

CÉSAR: En tu tribu habrá personas sensatas como tú, que harán valer la razón.

BONGÓ: A los líderes no les gusta escuchar la voz de la conciencia y eliminan a sus mismos hermanos cuando estos les hacen ver sus errores… Por eso he tenido que huir… En mi patria soy un proscrito… y aquí un ilegal… Sobro en todas partes.

HADA: Tu vida es ejemplar como la historia de un héroe… Te mereces que un juglar cante tu romance.

FÉLIX: ¡Anda, Hada.., calla! que los juglares ya están pasados de moda… Sigue buscando la varita, anda.

HADA: …Es verdad. ¿No la habrás escondido tú?

FÉLIX: ¡Anda ya!

CARMELITA: (A Bongó) No te preocupés. Yo te llevaré a la oficina de asilo político. Confiá en mí…. Personas como vos no solamente no sobran, sino que faltan en la Tierra.

FÉLIX: (A Carmelita) Oye, tú que sabes tanto: ¿Habrá trabajo también para nosotros en este país?

CARMELITA: Pero, ¿por qué tenés tanto empeño en vivir en la Tierra? (Al Gato con Botas) ¿Vas a seguir haciendo travesuras para que viva bien el tontorrón de tu amo, el Marqués de Carabás?

FÉLIX: No, mujer… Yo puedo buscar un trabajo como representante de artistas.., o relaciones públicas… que se me dan estupendamente, como sabrás…

CARMELINA: Bueno… bueno… Y vos, (a Caperucita) ¿también decidiste dejar de vivir en los Cuentos, para tener problemas acá…?

CAPERUCITA: …Después de los problemas que tuve en el bosque, ya todos los demás me parecerán de mentirijillas.

CARMELITA: No sé.., no sé… A mí me gustaba mucho tu historia, Caperucita… sobre todo cuando ibas por el camino largo recogiendo flores.

CAPERUCITA: ¡Sí, claro!… muy bonito… y también te lo pasarías muy bien cuando me quiso comer el Lobo, después de tragarse a mi abuelita, ¿Verdad?

CARMELITA: … Era muy emocionante.., se me ponían los pelos de punta… Por cierto: ¿qué ha sido de tu abuelita?

CAPERUCITA: No veas lo que ha cambiado. Después del susto del Lobo, cuando el cazador la sacó de su barriga y se recuperó del todo, mejoró mucho. Ahora se inscribe en todos los viajes del Imserso… Estos días está pasándoselo pipa en Fuengirola… y como tiene colesterol, me ha dicho que nada de regalarle tortitas de manteca. Por eso ya no tengo ocupación.

CARMELITA: ¿Qué te gustaría hacer en estos tiempos?

CAPERUCITA:… Pues… Me he pasado una eternidad llevando la merienda.., así que podía trabajar en una pizzería o llevar comida a domicilio… pero en moto, que es lo moderno. Nosotros venimos al Mundo Real para actualizarnos. No lo olvides …

FÉLIX: …Para que los chicos nos comprendan..

  (EL Hada continúa buscando la varita entre sus ropas y los equipajes de los demás).

HADA: …Que me estoy poniendo muy nerviosa… ¿Alguien ha visto mi varita?

TODOS: No.

FÉLIX: Si creíamos que la traías tú…

CENICIENTA: Eres una despistada.

CAPERUCITA: Cualquier día pierdes el cucurucho.

FÉLIX: Ya estás muy vieja.

HADA: Ya sé que estoy muy vieja… Y que mi varita no sirve ya más que para tres hechizos: es la promesa que tuve que hacer para poder convertirme en una persona real… Pero todavía me pertenece. (Dirigiéndose al público)... ¿Alguien ha visto mi varita mágica? ¿La pueden buscar entre los asientos?

  (El público se sorprende ante esta pregunta y cada uno contesta en alta voz explicando el resultado de su búsqueda. Es un momento de desconcierto).

NIÑO DEL PÚBLICO: ¿Es ésta? (Se levanta y se la lleva al escenario)

HADA: Muchas gracias. ¡Ay, que susto me había llevado!

  Gracias, de nuevo, guapo.

NIÑO: De nada. (Hace ademán de irse)

HADA: …¡No te vayas!… Espera.

NIÑO: ¿Qué pasa?

HADA: Nada, hombre. que te quiero recompensar, por haberme devuelto mi instrumento de trabajo…

NIÑO: ¡Ah!

HADA: Piensa tres deseos, y, en cuanto solucionemos esto del empleo, me los pides. Ahora estoy un poco preocupada y no te puedo atender como te mereces.

NIÑO: No tengo prisa… Así voy pensando los tres deseos. (Se vuelve a su asiento)

  (Durante estas últimas frases han entrado una muchacha, Marina, un muchacho, Fernando y, a hurtadillas, el Lobo Feroz, que intenta esconder su larga cola tras una gabardina sin conseguirlo. Los tres se sientan y permanecen callados, observando la escena).

CARMELITA: (Dirigiéndose a Cenicienta) … Y vos, ¿quién sos?. Porque al Gato con Botas, al Hada y a Caperucita enseguida los he distinguido… pero te veo tan humildita, que no adivino tu personaje?

CENICIENTA: ¿Que no me has distinguido?, dices. ¿Entonces no se me nota que soy Cenicienta? … ¿No ves mi escoba? (Señalando) La he dejado ahí en la puerta, para no llamar la atención…

CARMELITA: ¿Sos Cenicienta? ¡Qué bueno!. Sos mucho más bella de lo que me imaginaba.

CENICIENTA: ¿Más bella? … Si los libros dicen que estoy todo el día limpiando la casa, y quitando la ceniza del horno, con la cara sucia… Hoy vengo lavada…

CARMELITA: Por eso. Me parecés hermosa con esa ropa y la cara limpia. No me extraña que, en la fiesta, el Príncipe se enamorara de vos.

CENICIENTA: Eso del Príncipe es cosa pasada. ¿Y usted no cree que ya es hora de cambiar la escoba por la aspiradora?

CARMELITA: Por supuesto. Hay muchas modernidades y muchos adelantos en las labores del hogar… pero si cambiás de oficio, habrás de cambiar de nombre… Aunque no te imagino llamándote Vitrocerámica o Microondas…

FÉLIX: …o Robot de Cocina…

HADA:… o Aspiradora de Agua

FÉLIX : …o Detergente Limpiacristales…

  (Los actores pueden inventar otros nombres relacionados con la tecnología doméstica)

 

CAPERUCITA: ¡Qué risa! Sería cambiarte la personalidad.

CENICIENTA: Eso es lo que quiero yo. Que en vez de aparecer como una chica medio tonta y resignada , pueda ser diferente y convertirme en una mujer preparada, capaz de cantarle las cuarenta a mi madrastra.

HADA: ¡Que me estás saliendo respondona!… Así no te va a querer el Príncipe, niña…

CENICIENTA: Ni falta que me hace. Tú sabes mejor que nadie que me llevaste a palacio para sacarme de la explotación de mi familia… Cuando la cultura me haga libre, no necesitaré de tus magias.

HADA: (Llorando) Así me agradeces todo lo que hice por ti…

CENICIENTA: (Intentando consolarla)…Que no, Hada mía, que te quiero mucho… Perdóname… Pero aquellos eran otros tiempos… ¿No te das cuenta?

HADA: Claro que me doy cuenta, hija… Si yo también quiero evolucionar… pero es que el pasado… pesa tanto…

  (Por medio de la mímica, Cenicienta continúa consolando al Hada un poco más, mientras hablas otros personajes)

CARMELITA: Pesa tanto, Hada, que jamás podrás abandonar del todo el País de la Fantasía.

HADA: ¿No?

FÉLIX: ¿Y yo he organizado todo este montaje de la patera para escapar de allí?

CARMELITA: El pasado de los Héroes de los Cuentos es patrimonio de la Humanidad: pertenece a cada persona que lea sus aventuras.

HADA: Yo no quiero vivir solamente en la fantasía de los lectores. ¡Quiero ser real!

CARMELITA: Y lo serás… Pero, para mí.., siempre serás el Hada que convirtió la calabaza en carroza de oro.

HADA: (Presumiendo) ¡Qué bien me salió aquel hechizo! ¡Qué tiempos…!

CAPERUCITA: (Suspirando)…¡No podré repartir comida montada en una moto….!

CENICIENTA: (Compungidísima) Entonces: ¿Estoy condenada a la escoba de por vida?

CARMELITA: (A Cenicienta) El futuro lo habrás de fabricar cada día. Tendrás que decidir entre la vulgaridad de barrer la ceniza o la ilusión de calzarte los zapatos de cristal.

HADA: Pero, a lo que íbamos: ¿Nosotros podemos estar allí y aquí a la vez?

CARMELITA: Naturalmente. Ustedes ya no son responsables de su pasado en el País de la Fantasía, aunque continúen viviendo virtualmente en él: pero el futuro, en el Mundo Real, se abre ante todos lleno de posibilidades.

FÉLIX: O sea, que tendremos doble nacionalidad. ¡Mira, que bien!

CAPERUCITA… Ya caigo: habitaremos en el País de la Fantasía, mientras haya un abuelo que le cuente nuestra historia a su nieto.

CARMELITA: O se la lea.

CENUCIENTA: O se proyecte en el cine.

FÉLIX:… Pero, a la vez, podemos quedarnos en el Mundo Real, para aprender a ser modernos.

CÉSAR: (Saliendo del despacho). No me ha resuelto mucho. Dice la señorita que me apunte a un cursillo de informática que organiza el sindicato. Sólo así me podré quitar esta espina del desempleo.

CARMELITA: Ya se lo dije yo…

CONSERJE: El siguiente, por favor.

CARMELITA: (Al conserje) Ya voy. (Dirigiéndose al grupo) En cuanto hable con la entrevistadora, vuelvo con ustedes. Es muy enriquecedora esta conversación. (A Bongó) Esperáme, que tenemos que solucionar su problema. (Mutis).

 

BONGÓ: La esperaré.

 

CÉSAR: Yo también me voy. Adiós.

TODOS: Adiós.

FÉLIX: Vamos a sentarnos que, con lo charlatana que es, esto va para largo.

  (Se sientan de manera cómica, cambiándose de asiento, volviéndose a levantar… y Caperucita, en este trasiego se sitúa junto al Lobo Feroz. Al verle da un grito y se desmaya).

CAPERUCITA: ¡¡¡AAAAYYY!!!… ¡Es él!… ¡Es él!…

  (En este momento hay que conseguir que los actores echen mano de sus recursos personales y actúen con la misma naturalidad con que lo harían si, realmente, alguien se hubiera desmayado. Debe haber una secuencia de frases espontáneas).

 

CENICIENTA: (Dirigiéndose al Lobo Feroz) ¿Qué haces tú aquí? ¿Quién te ha dicho que veníamos?

HADA: Contigo no contábamos… ¿De dónde sales tú?

FÉLIX: Deja de preguntas y cuidemos a Caperucita. (Gritando)

  ¡Un médico! ¡Necesitamos un médico urgentemente!

CONSERJE: …No le dejan a uno ni leer el periódico… A ver… ¿qué pasa?

CENICIENTA: Es que nuestra amiga se ha mareado.

CONSERJE: Ayudadme a llevarla a los lavabos. Eso se soluciona con un poco de agua fría.

  (Sacan a Caperucita del escenario entre el Hada y Cenicienta. El Conserje va con ellas. Félix se dirige muy enfadado hacia el Lobo Feroz).

 

FÉLIX: Pero… ¿qué te he dicho? .., ¿que entres ahora que está Caperucita, o que te esperes a que hayamos terminado los demás?

LUPO: … Es que en la calle me miraba todo el mundo porque no puedo esconder la cola. Por eso me camuflé y me quedé calladito.

FÉLIX: Sí… ya ha sido mala suerte que Caperucita se sentara junto a ti… No sabes lo mal que lo pasó desde que te comiste a su abuelita: ha tenido que hacer una terapia sicológica para superar el miedo que te tiene.

LUPO: Aquello ya está olvidado.

FÉLIX: Esperemos. Vamos a ver qué le ocurre… y procura ser muy amable con ella, si no quieres fastidiarlo todo.

LUPO: ¿Y qué puedo hacer yo para que Caperucita me perdone?

FÉLIX: De momento, vamos a ver cómo se encuentra… (Salen el Gato con Botas y el Lobo Feroz).

CONSERJE: (Entrando) Me pone malo que la gente olvide sus cosas. Tengo ya un almacén de objetos perdidos, que nadie se molesta en reclamar.

  (Coge, enfadado, la escoba y la cestita que, con las prisas del desmayo, se habían dejado nuestras amigas Cenicienta y Caperucita respectivamente)

. Quedan en escena Bongó, Fernando y Marina. Como malísima que es, entra la Bruja Coruja mirando con recelo a todas partes. Va vestida de bruja convencional: cucurucho, grandes uñas, nariz encorvada y un poco de joroba. Lleva una cesta semejante a la de Caperucita y su escoba mágica es igual a la de Cenicienta. (La escoba puede estar sujeta a algún cochecito de juguete que se mueva a distancia para que pueda hacer «brujerías» cuando nos convenga).

 

NARRADOR o VOZ EN OFF:: La Bruja Coruja lleva ya mucho tiempo viviendo en el Mundo Real y sus malas artes han conseguido que pase desapercibida para todas aquellas personas que han perdido la facultad de soñar… o sea, para la mayoría de los mortales. La gente sin fantasía ve a la Bruja como una chica normal que se traslada en su moto, en vez de hacerlo en la escoba y, en lugar de la cesta con las pócimas venenosas, creen que lleva una mochila.

  Los chicos que están viendo la representación, como todavía saben soñar porque son imaginativos y leen cuentos alguna vez, aunque los alternen con los videojuegos, no se van a dejar engañar y la van a ver con toda su fealdad.

 

  (Cuando llega Coruja se escucha un ruido semejante al de una moto aparcando. Al pararse, se baja de la escoba y la deja en un rincón como si de tal vehículo se tratase… el mismo rincón donde Cenicienta había dejado anteriormente su humilde escobita. La Bruja se dirige a Marina, Fernando y Bongó, que sigue leyendo su periódico).

BRUJA: ¡Hola, chicos!.. Qué?… ¿Lleváis mucho tiempo esperando?

FERNANDO: Regular.

MARINA: No demasiado, pero hay mucha gente antes que nosotros, que están ahí afuera, en los lavabos.

BRUJA: (Quiere hacerse la simpática y entablar conversación)…Y qué… buscando trabajo, ¿no?

FERNANDO: Eso nos gustaría.

MARINA: Está difícil el asunto del trabajo.

FERNANDO: Yo ya llevo tres distintos este mes.

MARINA: No fastidies. A mí no me sale más que cuidar niños. Ya me gustaría cambiar esta vez.

BRUJA:… ¡Huy!… si vosotros quisierais…

BONGÓ: ¿Trabajar?

BRUJA: Trabajar… eso es de pobres… Lo importante no es trabajar, sino tener dinero…

  (En este momento entra en escena Carmelita que ha terminado la entrevista y vuelve para hablar con Bongó. Carmelita es una mujer realista, pero como poeta, también es capaz de soñar y de utilizar la fantasía, por lo que ve a Coruja tal y como es, o sea,… bruja y fea. Se queda escuchando).

 

CARMELITA: (Entrando) Ya conseguí trabajo. (A Bongó) Ahora vamos a la oficina de inmigración, que es por la que debía haber empezado usted. (Se para y escucha la conversación).

MARINA: (A la Bruja) ¿Se puede tener dinero sin trabajar?…

FERNANDO: …Como no sea atracando un Banco…

BRUJA: (Muy ladina)... ¡Qué cosas tienes!… Hay otros procedimientos…Se puede jugar a la lotería…

MARINA: ¡Si no me toca nunca…!

BRUJA: …Te puedes presentar a un concurso de televisión…

FERNANDO: Ya. Como Operación Triunfo.

BRUJA: Se puede… Se puede… traficar con droga…

FERNANDO: Pero…¿qué dices?

CARMELITA; (Indignada porque acaba de reconocer a la Bruja Coruja) ¡Cómo que se puede traficar!… ¿Qué hacés vos aquí, Bruja malvada, queriendo envolver con malas artes a estas personas honradas y decentes?

MARINA: Que no es una bruja, que la conocemos todos en el barrio…

FERNANDO: Se llama Coruja, y es medio ligue de un amigo mío… (A la Bruja) ¿Verdad Coru?

  (La Bruja Coruja, mientras los demás hablan de ella, intenta esconderse como puede)

CARMELITA: ¿Pero es que no la reconocés? … ¿No ves lo horrible que es?

BRUJA: ¿Horrible yo?… Pero si soy su mejor amiga.

BONGÓ: Muy amiga no serás. cuando nos querías enrollar con la droga.

BRUJA: ¿Droga? … si sólo os iba a dejar esta cajetilla de tabaco, para que pasarais más agradablemente la espera…(Saca el tabaco de la cesta y deja ésta en un rincón).

 

BONGÓ: Aquí está prohibido fumar.

MARINA: ¿Es que el tabaco, no es droga?

FERNANDO: Y bien que lo es. Lo que pasa es que… como es una droga legal, ni le damos importancia.

MARINA: Mira, maja: vas a largarte inmediatamente de aquí, o llamo al conserje.

BRUJA: ¿Y quién eres tú para echarme? (Guardando el tabaco en la cesta)

FERNANDO: Lo mismo que los demás: gente sana.

MARINA: ¡Vete!, que no queremos líos.

  (La pérfida Coruja se escapa corriendo sin acordarse de recoger sus bártulos. Así que, en el escenario deben quedar, bien visibles, la cesta de las pócimas y la escoba brujil.

 

BONGÓ: ¡Qué curioso!… Las brujas de mi país son muy diferentes de las europeas… no llevan escoba… Y eso que he tardado mucho en reconocerla…

FERNANDO: ¡Qué mal rollo!… Mi amigo no se lo va a creer.

MARINA: Yo no acabo de entender que sea una bruja de verdad. A mí me parece tan normal.

FERNANDO: Algo de verdad habrá porque se ha largado corriendo…

BONGÓ: ¿Pero no le habéis visto la escoba en que venía montada?

MARINA: ¿Qué escoba?… Si ha venido en esa moto, que está ahí…

CARMELINA:… ¿Vos viste alguna vez aparcar una moto en un segundo piso?… ¿Eh?

MARINA: ¡Anda…! Pues ahora que lo dices… ( Se dirige a la escoba, la toca y exclama asustada)

  ¿Es una escoba de bruja!

CARMELITA: Vos, hija, no tenés imaginación… pero estás en la Luna… ¿Te das cuenta? …Esta bruja es la traficante que destroza a los jóvenes a través de la droga…

BONGÓ: ¡Ay, muchacha!… solamente es capaz de ver la realidad el que tiene el don de la fantasía… ¡Vayamos a atrapar a esa Bruja malvada!

FERNANDO: ¡Huy, como la coja…! (Sale corriendo)

MARINA: ¡Santo cielo! ¡Y yo sin percatarme! ¡Vamos por ella!

  (Música de atrapar malos)

(Salen todos corriendo tras la bruja)                                TELÓN

 

 

                                              

 

 

 

 

                                           ACTO II

 

 

 

 

 

  Al abrirse de nuevo el telón, se escuchan la música con la que comenzó el primer acto. Caperucita, ya recuperada del desmayo, aún no se ha sobrepuesto de la visión del Lobo Feroz, con el que no esperaba encontrarse y de quien conserva los peores recuerdos.

 

CENICIENTA: (Entrando y dirigiéndose al Lobo Feroz, muy enfadada) ¿Con qué permiso has venido?

FÉLIX: (Adelantándose) Con el mío.

CENICIENTA: ¿Con el tuyo? ¿ Y quién eres tú para traer a un delincuente como éste?

FÉLIX: Lupo ya no es un delincuente. Hace tiempo que está rehabilitado.

 

  (Entra Caperucita, dando voces, seguida del resto de personas que la habían acompañado excepto el Conserje).

CAPERUCITA: ¡ Me engañó!… Después de comerse a mi pobre abuela, se metió en su cama y quiso comerme a mí…! ¡No quiero verle!

HADA: Tranquilízate, mujer.., que aquello pasó hace mucho tiempo…

FÉLIX: Ven aquí, bonita… Escucha… El Lobo Feroz, ya no es lo que era. Después de lo de tu abuelita, se llevó tal lección que no volvió a comer carne humana.

CAPERUCITA: …Pero se comió a los Siete Cabritillos…

FÉLIX: Eso fue mucho antes.

CENICIENTA: …Y se quiso merendar a los Tres Cerditos.

LUPO: …Pero es que yo soy carnívoro… aunque ahora estoy aprendiendo a comer bellotas… Me he hecho vegetariano

CAPERUCITA: Tú siempre comerás carne… No me fío de ti… eres malo…

HADA: Caperucita, no seas intransigente. Si Lobo Feroz nos asegura que no va a atacar a las personas, debemos darle un margen de confianza.

FÉLIX: Yo mismo fui un animal salvaje hace muchos años, y el Hombre me domesticó. Es cierto que me gusta la carne, pero también he aprendido a comer lentejas : Todo es cuestión de educación.

CAPERUCITA: …Bueno… Te voy a dar un voto de confianza, como dice el Hada… (mirándola) Lo hago por ti… ¿eh?… (Al Lobo) Para probar que has aprendido a comer de todo, vamos a compartir las tortitas de manteca que suelo llevarle a mi abuelita.

CENICIENTA: Las del colesterol.

CAPERUCITA: (Riéndose) Eso.

LUPO: Ya verás cómo me gustan.

  (Caperucita coge la cesta que ha dejado la Bruja y se pone a buscar en su interior)

CAPERUCITA: (Buscando) ¿Qué es esto? (Sacando una botella) ¿Quién ha cambiado mi tarrito de miel por una botella de whisky?

  (Todos se miran sorprendidos)

CONSERJE: ¿A quién le toca ahora?. Puede pasar enseguida.

FÉLIX: (Olvidando el contenido de la cesta) ¡Ya nos toca a nosotros!… ¡Qué apuro… nunca nos hemos visto en otra! … ¿quién quiere ser el primero?…Vete tú, Hada.

HADA: No. Yo no. Que pase Cenicienta.

CENICIENTA: Ni mucho menos… Le toca a Caperucita.

CAPERUCITA: ¿Que entre yo?… ¡Qué miedo!… ¿ Y qué tengo que decir?

LUPO: Para que veas, niña tonta, que no soy tan malo, voy a entrar yo el primero a que me hagan la entrevista.

 

  (El Lobo Feroz pasa al despacho contiguo que está oculto tras el telón, de tal manera que esta secuencia no se ve sino que se oye aunque, si se dispone de un buen escenario, se puede representar por medio de sombras. La acción visible continúa en la sala de espera, pero toda ella está vinculada a la conversación que transciende por la pared. Los personajes de la sala de espera, aunque gesticulen, deben estar callados y hablar solamente cuando se requiera.)

ENTREVISTADORA: Su nombre, por favor.

LUPO: Canis Lupus.

ENTREVISTADORA: ¿Mayor de edad?

LUPO: Por supuesto.

ENTREVISTADORA: ¿Qué trabajos ha realizado en los últimos años?

LUPO: Vivía en el bosque. Procuraba mantener el equilibrio ecológico en la fauna de mi entorno.

  (En la sala de espera, todo el mundo está en posición de escuchar lo que se habla en el despacho y las intervenciones son simultáneas a la conversación tras bastidores. Debe darse a la situación la mayor comicidad posible).

CAPERUCITA: Qué astuto. ¿Os habéis dado cuenta de la manera tan elegante de decir que no dejaba un bicho viviente a su alrededor?

HADA: Caperucita, no seas rencorosa. Aunque lo de tu abuelita fuera muy grave, es necesaria la presencia de los depredadores, que forman parte del ciclo de la Naturaleza.

FÉLIX: ¡Callad!

ENTREVISTADORA: …Vamos a ver… Aquí, en el ordenador tengo varios trabajos para usted: Socorrista de un Camping, Ayudante de un Zoológico… o tal vez, si le gustan los niños, podríamos intentar que fuera Conserje de un Colegio.

LUPO: ¡Eso!… ¡Conserje de un Colegio!.

ENTREVISTADORA: ¿Le interesa? Vamos a llamar por teléfono a ver si continúa vacante ese puesto.

  (La conversación siguiente, tiene que realizarse utilizando el nombre del colegio donde se representa la dramatización y la voz auténtica del director debe estar grabada en magnetofón)

ENTREVISTADORA: ¿Colegio «Lope de Vega»? (Por ejemplo)

TELÉFONO: Sí. ¿Qué desea?

ENTREVISTADORA: Llamo desde la Oficina de Empleo y aquí figuran ustedes como necesitando un conserje.

TELÉFONO: Efectivamente: uno de nuestros conserjes está enfermo.

ENTREVISTADORA: Tenemos un individuo llamado Canis Lupus, que dice entenderse muy bien con los niños.

LUPO: (Relamiéndose de gusto)... Pregunte si están tiernecitos…

 

  (En el escenario)

CAPERUCITA: ¿No os decía yo?… Éste sigue igual…

ENTREVISTADORA: (Al Lobo Feroz) ¿Tiernecitos? … A usted qué le importa eso… si no se los va a comer.

LUPO: ¡Qué tonto!… son manías mías de otras épocas… Sólo quiero saber qué edad tienen esos niños.

CENICIENTA: Va a hacer un estropicio… Ya lo veréis.

FÉLIX: ¡Calla, pesada!

ENTREVISTEDORA: (Al teléfono) ¿Me puede decir la edad de los niños de ese colegio, por favor?

TELÉFONO: De dos a doce años. (Por ejemplo)

LUPO: …Buenas edades… Me interesa el trabajo. ¿Cuándo puedo empezar?

CAPERUCITA: ¡Ay, madre…! ¡No quiero ni pensar lo que puede ocurrir!

FÉLIX: ¡Que calléis!… No me estoy enterando de nada…

HADA: …Es la primera vez que veo un gato sordo…

ENTREVISTADORA: Dice el señor Lupo que le interesa el trabajo; que cuándo puede empezar.

TELÉFONO: Mañana mismo.

ENTREVISTADORA: De acuerdo: mañana a las nueve estará allí.

  (Al Lobo Feroz) Ya ha visto usted que en esta oficina somos muy eficaces. Ahora necesita presentar su documentación y llenar este impreso.

LUPO: ¿Documentación? ¿Qué es eso de documentación?… En el País de la Fantasía no necesitamos esas cosas…

FÉLIX: ¡La documentación!

HADA: (A la vez, lo mismo que Caperucita y Cenicienta) ¡Las cartas de presentación!

CAPERUCITA: ¡El carnet!

CENICIENTA: ¡Los papeles, que decía aquel señor!

 

  (Mientras termina la conversación entre el Lobo Feroz y la entrevistadora, nuestros amigos «fantásticos» están presos de miedo, dando vueltas por el escenario, con gran aflicción).

ENTREVISTADORA: No estamos en el País de la Fantasía: este es el Mundo Real y aquí todas las personas deben estar documentadas.

LUPO: ¿Qué voy a hacer ahora?

ENTREVISTADORA: ¿No me dijo al principio que estaba acostumbrado a vivir en el bosque? Le sugiero que acepte el puesto de ayudante de controlador de incendios forestales, que es muy importante. Para ese trabajo no se necesitan papeles inmediatamente… En cuanto los haya conseguido, me los trae… Esta es la dirección de la oficina de ICONA. ¿Quiere que se la anote?

LUPO: Sí, por favor.

ENTREVISTADORA: (Cambiando de tono) Si hay más personas en la sala de espera, haga el favor de decirles que son las once y los empleados tenemos media hora de descanso para tomar el bocadillo. Adiós. Buenos días.

LUPO: Adiós. Muchas gracias.

 

  (Los habitantes del País de la Fantasía, se vuelven a sentar en sus sillas, como si no se hubieran enterado de nada, cuando vuelve el Lobo Feroz).

LUPO: (Apareciendo, muy compungido) ¿Sabéis lo que nos pasa?…

TODOS: ¡Que somos unos indocumentados!

LUPO: Aquí, parece ser que toda la gente tiene papeles y documentos que acrediten su personalidad.

FÉLIX: ¿ Qué hacemos ahora?

HADA: ¿Cómo que qué hacemos ahora? Esto lo soluciona mi varita en un santiamén.

LUPO: Pero… sin prisa… Que es la hora del bocadillo. (A Caperucita) ¿No tenías unas tortitas riquísimas para quitar el hambre de media mañana?

FÉLIX: (Irónico) ¡Quién lo iba a decir…!

CENICIENTA: (Más irónica todavía)...¡El Lobo Feroz, pidiendo tortitas de manteca…! …¡Qué cambio, madre!

CAPERUCITA: (Buscando en la cesta de la Bruja) …Las tenía… Pero no las encuentro… Estas cosas no me pertenecen…

 

FÉLIX: ¿Qué ocurre?… Seguro que algún gracioso se ha llevado la merienda.

CAPERUCITA: Esta no debe ser mi cesta… Lo que hay aquí es muy raro.

LUPO: ¿Qué hay?

CAPERUCITA: …Pues esto está lleno de bolsitas de plástico con una especie de polvos de talco … y una cajetilla llena de cigarros… y pastillas o caramelos… No sé… Además del alcohol…

  (Se acercan los demás y husmean en la cesta con aportaciones personales)

 

HADA: ¡¡¡Marihuana!!!

FÉLIX: ¡¡¡Cocaína!!!

LUPO: ¡¡¡Éxtasis!!!

CENICIENTA: ¿Droga?

CAPERUCITA: (Con la botella en la mano) ¿También el alcohol es una droga? ¡No me digas! …Mi abuelita se toma las tortas con una copita de anís.

HADA: Una copita de anís, de vez en cuando, hasta es buena para hacer la digestión… Pero una después de otra y después de otra, te convierte en una alcohólica.

LUPO: … Yo conocí a muchos chavales y chavalas   toxicómanos deshechos por la droga y el alcohol, cuando estuve en el centro de rehabilitación… ¡Daban una pena… tan majos… y tan desgraciados..!

CAPERUCITA: … Pero así se pondrían cuando ya sufrían adicción… pero por una vez… no pasará nada… Digo yo…

CENICIENTA: Yo no he visto nunca la droga… ¿Me dejas mirarla?

CAPERUCITA: Sí, mujer… mira…mira. (Cenicienta se asoma, muy curiosa a la cesta).

CENICIENTA: Oye, Gato con Botas: …Y, ahora que podemos… ¿por qué no probamos una miajita… a ver cómo es esa alucinación tan rica que dicen que produce?

FÉLIX; (Irritadísimo) ¿¿¿Cómo???… ¿Tú?… ¿Tú, Cenicienta, que tuviste la vida más triste de todos los cuentos.., y supiste soñar mientras limpiabas los fogones de tu madrastra.., y fuiste capaz de vivir la ilusión de bailar con el Príncipe sobre tus zapatos de cristal…? ¿Tú vas a echar a perder la verdadera fantasía, que nace de la imaginación, y que enriquece el alma, por un sucedáneo a base de droga, que sólo sirve para enfermar tu cuerpo y tu mente?

HADA: No, Cenicienta. Las personas imaginativas, optimistas, seguras, alegres… somos capaces de disfrutar de la felicidad o de imaginárnosla cuando la vida se nos pone negra.

  (Cenicienta se echa a llorar)

LUPO: (Consolándola) No os pongáis así… La muchacha sólo quería probar nuevas sensaciones.

HADA: Ningún producto artificial puede sustituir a la felicidad originada por la amistad o el amor… que conducen a las más deliciosas sensaciones…

FÉLIX: … Que son los sueños que enriquecen el espíritu… ¿Os acordáis de mi jefe, el Marqués de Carabás?… No necesitó doparse para ser feliz y casarse con la hija del rey… Simplemente, puso en práctica las esperanzas que yo, su amigo, le iba transmitiendo.

CAPERUCITA: Entonces, ¿qué debemos hacer para no caer en la droga?

FÉLIX: Debemos hacernos fuertes, tener confianza en nosotros mismos.., apoyarnos en nuestra familia… y , sobre todo, no dejar escapar la facultad de ilusionarnos por la vida, que tienen los niños y los jóvenes.

HADA:… Y, sobre todo, sobre todo, mi querida Cenicienta, no probarla nunca. Muchas jovencitas como tú, caen en la droga simplemente por curiosidad…

LUPO: …Y otras veces, se enredan en ella por no atreverse a decir que no a algún amigo que se la ofrece… Sobre todo los chicos, se creen que son más hombres si la prueban.

HADA: …Falso amigo, diría yo… Y no olvidéis: Sin primera vez… no hay segunda… ni tercera.

  (Cenicienta se pone muy compungida y avergonzada)

FÉLIX: (Consolando a Cenicienta) No te apures, bonita. Vamos a olvidar todos este incidente… Ahora debemos deshacernos inmediatamente de la cesta porque me parece que está llegando el Conserje… y, como nos pille con este alijo se nos va a caer el pelo.

HADA: Disimulad, que está llegando…

FÉLIX: ¡Callad, por favor!… Como se entere, sí que la hemos armado.

CAPERUCITA: ¡Ay, madre, ¿qué hacemos ahora?.. sin papeles y con esta cesta que no es la mía… ¡Qué horror!… Alguien me ha dado el cambiazo… Ahora me acusarán de traficante…¡Ay!

  (Llega el Conserje y todos ponen cara de no haber roto un plato).

 

  (El Hada, que a veces es un poco atolondrada, da un manotazo a la cesta y todo su contenido se desparrama por el suelo).

 

TODOS: ¡Ay!

LUPO: ¿Pero qué haces?… .

HADA: Perdón… Ha sido sin querer.

LUPO: Parece que estás alelada.

FÉLIX: No discutáis, y vamos a recoger todo.

.

CONSERJE: ¿Qué jaleo es ese?

CAPERUCITA: Nada.., nada.., que se me ha caído el bolso. Enseguida lo recojo. (Todos se apresuran a recoger los productos que se han caído)

CONSERJE: No me dejéis ni un papel por el suelo. Voy a buscar una escoba.

FÉLIX: …Papeles… ¡qué más quisiéramos nosotros!

HADA: ¡Hay que limpiar esto inmediatamente!… Tú, amigo Félix, tranquilo, que de los papeles me encargo yo.

CENICIENTA: ¿Dónde está mi escoba?

 

  (Al pronunciar Cenicienta la palabra «escoba» ésta, que pertenece a la Bruja malvada, se pone a barrer sola por el escenario dejando estupefactos a actores y público. Para ello se puede montar sobre un juguete que se mueva con mando a distancia. Esta secuencia debe estar acompañada por una música mágica y deliciosamente maligna. Cenicienta quiere coger la escoba, que se le escapa, creando una situación cómica, cuando llega Carmelita, arrastrando a la Bruja Coruja).

CARMELITA: (A la Bruja) ¡Recoge tu dichosa escoba y andáte de una vez al País de la Fantasía, de donde no debías haber salido…!

BRUJA: (Entrando arrastrada por Carmelita. Se queda asombrada al ver allí a sus compañeros Fantásticos). ¡Huy!… ¿Qué hacéis vosotros aquí?

FÉLIX: ¿Cómo que qué hacemos nosotros aquí? … ¿Cómo has llegado tú?

LUPO: … Yo os aseguro que fui el único polizón de la Patera Mágica… Conmigo no ha venido.

BRUJA: (Chuleando un poquito)... ¿Pero qué os habéis creído?.. ¿Que yo necesitaba una agencia de viajes promocionada por este fanfarrón del Gato con Botas..? ¡Quiá..! Yo llevo muchos años en la Tierra.

FÉLIX: Pues no te habíamos echado de menos…

HADA: ¿Y para qué necesitabas venir?… Tú te llevabas bien con los invasores cibernéticos… Eres tan pérfida como ellos…

BRUJA: Ellos me enseñaron a modernizarme, y enseguida me di cuenta de que aquellas pócimas que fabricaba con mandrágora, hígado de araña viuda y extracto de lágrima de cocodrilo, solo servían para convertir en cuervo a algún príncipe despistado…

CAPERUCITA: ¿Te parece poca maldad?

BRUJA: Ahora soy la reina del terror… Nadie me supera en el mundo… Ja, ja, ja..!

FÉLIX: Pero si tus trucos están ya desfasados… porque no se te ocurrirá, a estas alturas, convertir en cuervo a un príncipe rubio o dormir cien años a una princesa…

BRUJA: Claro que no… Esos eran juegos de novata… ¡Huy ahora..!

CENICIENTA: ¿Has inventado alguna pócima más dañina?

BRUJA: La peor de todas: la DROGA. Pero no la he descubierto yo. Es muy vieja…

FÉLIX: Claro que lo es. Ya Ulises se vio con problemas cuando arribó en la isla de los lotófagos, llena de hierbas que producían alucinaciones … Fijáos si tiene años.

CARMELITA:… lo que ocurre es que en la antigüedad no se comercializaba

LUPO: No sé para qué la quieres… ¿No tenías bastante con tus encantamientos y tus filtros para hacer mal de ojo a los niños y adolescentes.

BRUJA: Los niños y las adolescentes y los jóvenes de este país son hermosos como príncipes e ingenuos como princesas… Los envuelvo en mis malas artes y les regalo la droga las primeras veces… Cuando ya no se pueden escapar… je, je,… me suplican que se la venda.., se arrastran ante mí… igual que los sapos de los cuentos… ji, ji… ¿Conocéis mayor perversidad?… jo, jo…

HADA: Nunca pude imaginar maldad tan enorme.

CAPERUCITA: Pero tienen que ser muy tontos para no ver que eres una bruja fea y repulsiva.

BRUJA: ¡Ah, ja,ja!.. Es que yo aparezco ante ellos como una colega que les comprende y, como no tienen imaginación, ni ven más allá de sus narices, se lo tragan todo… je,je…

LUPO: … Eres pérfida… yo era un ingenuo cuando andaba comiendo cabritillos por el bosque… se me veía venir a la primera.

BRUJA: Las brujas somos otra cosa más… más sofisticada, vamos… Nosotras sabemos camuflarnos… ji, ji…

CENICIENTA: ¿Y cómo te camuflas?… Ahora estás hecha un desastre… Yo te veo vieja y asquerosa…

BRUJA: Eso tú… y todas aquellas personas que aún conservan la flor de la ilusión.., como los chavales que nos están viendo, que tienen confianza en las personas que les aman… y son felices… ¡Qué rabia..! …A la gente optimista y con fantasía… no la puedo engañar tan fácilmente… Pero a los demás… a los deprimidos, los acomplejados, los aburridos, los desesperados… los envuelvo en mis redes… y los veo sufrir… que es lo que a mí me gusta… Je, je, je… Ellos no ven que soy su enemiga: me ven guapa y agradable…

HADA: ¿Y qué beneficio sacas de ver sufrir a la gente?

BRUJA: Soy mala remala… y veo sufrir a los jóvenes… y a sus padres… y a sus familias… Jo, jo, jo… ¿Hay algo más delicioso? ¿Hay algo más delicioso que ver a un muchacho descerebrado… o a una chavala retorcida por el «mono»?… Ji, ji, ji… ¡Qué gozada!

CARMELITA: (Dirigiéndose a los habitantes del País de la Fantasía) ¿Pero ustedes pueden consentir que semejante personaje se quede para hacer daño a los habitantes de la Tierra?

FÉLIX: ¡Ni mucho menos!

CENICIENTA: (Llorando) Yo soy capaz de volver a los Cuentos con mi escoba y mi ceniza, para que esta vieja se marche también de aquí.

LUPO:Félix, ¿te puedo decir un recado al oído?

FÉLIX: ¿Muy secreto?

LUPO: (Acercándose a Félix)… Qué ocurriría si, por última vez…¡Te juro que por última vez!… se me olvida que me he vuelto vegetariano… y me la como..?

FÉLIX: Debe estar durísima…

HADA: ¿Qué es eso de comerse a nadie? ¿Es que creéis que no os he oído? … Yo la convierto en sapo ahora mismo… y que se vaya al arroyo a comer mosquitos… ¡Hale!

FÉLIX: ¿Olvidas, querida Hada, que para salir de nuestra Tierra Fantástica, tuviste que prometer que solamente utilizarías tres veces el poder de tu varita mágica…? La primera vez la usaste para sacarnos de allí… La segunda se la has prometido a la persona que ha encontrado la varita, cuando la perdiste aquí mismo… quieres conseguirnos los papeles de residencia… y encantar a la Bruja Coruja…

LUPO: Si no cuento mal, son cuatro encantamientos.

HADA: ¡Ay!… Pues sí…

CAPERUCITA: Alguien tiene que renunciar a su ilusión….

CARMELITA: No se preocupen, amigos fantásticos, el pibe que ha encontrado la varita, tiene cara de niño feliz y, seguramente, no tendrá inconveniente en renunciar a su privilegio. (Dirigiéndose al público) ¿Quieres subir, precioso, y decirnos si preferís pedir tus deseos, o que se queden con nosotros todos estos personajes, menos la Bruja?

NIÑO: (Subiendo al escenario) Yo quiero que se cumplan mis tres deseos… Y tengo derecho… Me lo has prometido, Hada.

TODOS; (Mirándose desolados) ¡¡¡ Ah !!!   ¡¡¡ Oh !!!

CARMELITA: ¿No te interesa cambiar las tres gracias por un buen ordenador?

NIÑO: Ya tengo.

CARMELITA:… o por unas zapatillas deportivas de marca?

NIÑO: Ya tengo.

CARMELITA: … o por un teléfono móvil de última generación?

NIÑO: (Sacando el suyo) ¿Cómo éste?

  (Se pueden hacer otras sugerencias de actualidad)

 

CENICIENTA: …o por un viaje a Disneylandia?

CAPERUCITA; (Al Lobo Feroz) … Es tozudo… ¿Eh?

NIÑO: ¡Qué va!… Allí todo es falso… Ésta es un Hada auténtica… ¡Quiero ver cómo funciona una varita mágica de verdad!

HADA: Bueno… Qué le vamos a hacer… Hay que saber perder…

CARMELITA: ¿Vos estás seguro de que no podés prescindir de los tres deseos?

NIÑO: ¡Tengo derecho! ¡Yo encontré la varita mágica!

LUPO: …Nos haría tanta ilusión que renunciaras…

NIÑO: ¡No voy a renunciar!… Santa Rita, Rita… lo que se da no se quita!

HADA: (Muy digna) No perdamos más tiempo, monín… ¿Cuáles son tus tres deseos? Puedes estar seguro de que cumpliré con honor la palabra que te di.

NIÑO: (Colocándose, muy cursi, en medio del escenario) El primero, que esa malvada Bruja, que está haciendo tanto daño por culpa de la droga, desaparezca definitivamente.

TODOS: ¡¡¡ Hurra !!!

NIÑO: El segundo, que todos los inmigrantes, que han luchado para mejorar su vida, sean legalizados y tengan su documentación en regla…

TODOS: ¡¡¡Bien!!!

NIÑO: … Y el tercero… que los habitantes del País de la Fantasía no nos abandonéis a los niños de la Tierra, porque no hay nada más hermoso que vivir todas las vidas de los Héroes de los Cuentos.

TODOS: ¡¡¡VIVA!!!

HADA: Comenzaré por tu primer deseo. (El Hada toca a la Bruja con su varita mágica y ésta se queda paralizada en una postura cómicamente inverosímil)

NIÑO: ¿Qué pasa? ¿No la ibas a convertir en sapo? ¿Es que se ha encasquillado la varita?

HADA: Yo creo que está perdiendo energía. Voy a cargarla. (El Hada frota rítmicamente la varita sobre la manga de su vestido, siguiendo el compás de un solo de violín. Silencio absoluto).

  Ya está.

NIÑO: Aprovéchala ahora que todavía la tienes, porque en la Tierra, no se arreglan las cosas con varitas mágicas.

 

(El Hada levanta su varita mágica a los acordes de una música orquestal y va tocando a todos y cada uno de los presentes en el escenario, de tal manera, que, al tocarlos, les aparece en la mano un documento. Pueden entrar en escena otros personajes con vestimenta típica de los países de donde proceden los inmigrantes habituales. Con su papeles en alto, hacen un baile rodeando a la Bruja, que queda acorralada. Se acerca el Hada, la toca con la varita … y se convierte en un repugnante sapo, en medio del grupo. Prosigue el baile y cae el

                                             TELÓN

TODOS: ¡¡¡Ah!!!

NIÑO: El segundo, que todos los inmigrantes, que han luchado para mejorar su vida, sean legalizados y tengan su documentación en regla…

TODOS: ¡¡¡Bien!!!

NIÑO: … Y el tercero… que los habitantes del País de la Fantasía no nos abandonéis a los niños de la Tierra, porque no hay nada más hermoso que vivir todas las vidas de los Héroes de los Cuentos.

TODOS: ¡Vaya…! (Se miran muy sorprendidos)

HADA: Las dos primeras gracias no tienen dificultad. pero, con la tercera, me queda una duda:¿Qué es lo que realmente quieres, que nos volvamos al País de la Fantasía y continuemos siendo unas antiguallas, o que nos quedemos en el Mundo Real y sigamos el rollo de los chavales de ahora.

NIÑO: …Pues… las dos cosas.

HADA: ¿Cómo , las dos cosas?

CARMELITA: Es que ustedes no pueden abandonar jamás del País de la Fantasía.

FÉLIX:¿ Y yo he organizado todo este montaje de la patera para escapar de allí?

CARMELITA: Los Héroes de los Cuentos atraviesan el territorio que existe entre el País de la Fantasía y la imaginación de los humanos en unas PATERAS MÁGICAS, que son los libros.

HADA: Yo no quiero vivir solamente en la fantasía de los lectores. ¡Quiero ser real!

CARMELITA: Y lo serás. Pero tu pasado es patrimonio de la Humanidad, pertenece a cada persona que lea tus aventuras..

NIÑO: Para mi, siempre serás el Hada que convirtió la calabaza en carroza de oro.

HADA: (Presumiendo) ¡Qué bien me salió aquel hechizo! ¡Qué tiempos…!

CAPERUCITA: (Suspirando)…¡No podré repartir comida montada en una moto….!

CENICIENTA: (Compungidísima) Entonces:¿Estoy condenada a la escoba de por vida?

CARMELITA: (A Cenicienta) El futuro lo habrás de fabricar cada día. Tendrás que decidir entre la vulgaridad de barrer la ceniza o la ilusión de calzarte los zapatos de cristal.

LOBO: Pero, a lo que íbamos: ¿Nosotros podemos estar allí y aquí a la vez?

CARMELITA: Naturalmente. Ustedes ya no son responsables de su pasado en el País de la Fantasía, aunque continúen viviendo virtualmente en él: pero el futuro, en el Mundo Real se abre ante ustedes lleno de posibilidades.

FÉLIX: O sea, que tendremos doble nacionalidad. ¡Mira, que bien!

CARMELITA: Hada, nunca podrás desprenderte de tu pasado, que es patrimonio de la Humanidad y pertenece a cada persona que lea tus aventuras.

CÉSAR: (Saliendo del despacho). No me ha resuelto mucho. Dice la señorita que me apunte a un cursillo de informática que organiza el sindicato. Solo así me podré quitar esta espina del desempleo.

CARMELITA: Ya se lo dije yo…

CONSERJE: El siguiente, por favor.

CARMELITA: (Al conserje) Ya voy. (Dirigiéndose al grupo) En cuanto hable con la señorita, vuelvo con ustedes. Es muy enriquecedora esta conversación. (expectante (Mutis).

 

BONGÓ: La esperaré.

 

CÉSAR: Yo también me voy. Adiós.

TODOS: Adiós.

FÉLIX: Vamos a sentarnos, que con lo charlatana que es, esto va para largo.

  (Se sientan de manera cómica, cambiándose de asiento, volviéndose a levantar… y Caperucita, en este trasiego se sitúa junto al Lobo Feroz. Al verle da un grito y se desmaya).

CAPERUCITA: ¡¡¡AAAAYYY!!!… ¡Es él!… ¡Es él!…

 

  (En este momento hay que conseguir que los actores echen mano de sus recursos personales y actúen con la misma naturalidad con que lo harían si, realmente, alguien se hubiera desmayado. Debe haber una secuencia de frases espontáneas).

 

CENICIENTA: (Dirigiéndose al Lobo Feroz) ¿Qué haces tú aquí? ¿Quién te ha dicho que veníamos?

HADA: Contigo no contábamos… ¿De dónde sales tú?

FÉLIX: Deja de preguntas y cuidemos a Caperucita. (Gritando)

  ¡Un médico! ¡Necesitamos un médico urgentemente!

CONSERJE: …No le dejan a uno ni leer el periódico… A ver… ¿qué pasa?

CENICIENTA: Es que nuestra amiga se ha mareado.

CONSERJE: Ayudadme a sacarla a los lavabos. Eso se soluciona con un poco de agua fría.

 

  (Sacan a Caperucita entre el Hada y Cenicienta. El Conserje va con ellas. Hay mucho revuelo en la sala. También puede salir alguno de los parados que no pertenezcan al País de la Fantasía. Félix se dirige muy enfadado hacia el Lobo Feroz).

 

FÉLIX: Pero… ¿qué te he dicho? .., que entres ahora que está Caperucita, o que te esperes a que hayamos terminado los demás?

LUPO: … Es que en la calle me miraba todo el mundo porque no puedo esconder la cola. Por eso me camuflé y me quedé calladito.

FÉLIX: Sí… ya ha sido mala suerte que Caperucita se sentara junto a ti… No sabes lo mal que lo pasó desde que te comiste a su abuelita: ha tenido que hacer una terapia sicológica para superar el miedo que te tiene.

LUPO: Aquello ya pasó.

FÉLIX: Esperemos. Vamos a ver que le ocurre… y procura ser muy amable con ella, si no quieres fastidiarlo todo.

LUPO: ¿Y qué puedo hacer yo para que Caperucita me perdone?

FÉLIX: De momento, vamos a a ver como se encuentra… (Salen el Gato con Botas y el Lobo Feroz).

CONSERJE: (Entrando) Me pone malo que la gente olvide sus cosas. Tengo ya un almacén de objetos perdidos, que nadie se molesta en reclamar. (Coge, enfadado, la escoba y la cestita que, con las prisas del desmayo, se habían dejado nuestras amigas Cenicienta y Caperucita respectivamente)

.

  Quedan en escena Bongó, Fernando y Marina. Como malísima que es, entra la Bruja Coruja mirando con recelo a todas partes. Va vestida de bruja convencional: cucurucho, grandes uñas, nariz encorvada y un poco de joroba. Lleva una cesta semejante a la de Caperucita y su escoba mágica es igual a la de Cenicienta. (La escoba puede estar sujeta a algún cochecito de juguete que se mueva a distancia para que pueda hacer «brujerías» cuando nos convenga).

 

NARRADOR o VOZ EN OFF:: La Bruja Coruja lleva ya mucho tiempo viviendo en el Mundo Real y sus malas artes han conseguido que pase desapercibida para todas aquellas personas que han perdido la facultad de soñar… o sea, para la mayoría de los mortales. La gente sin fantasía ve a la Bruja como una chica normal que se monta en su moto, en vez de hacerlo en la escoba y, en vez de la cesta con las pócimas venenosas, se creen que lleva una mochila.

  Los niños que están viendo la representación, como todavía saben soñar porque son imaginativos y leen cuentos alguna vez, aunque los alternen con los videojuegos, no se van a dejar engañar y la van a ver con toda su fealdad.

 

  Cuando Coruja llega se escucha un ruido semejante al de una moto aparcando. Al pararse, se baja de la escoba y la deja en un rincón como si de tal vehículo se tratase… el mismo rincón donde Cenicienta había dejado anteriormente su humilde escobita. La Bruja se dirige a Marina, Fernando y Bongó, que sigue leyendo su periódico.

BRUJA: ¡Hola, chicos!.. Qué?… ¿Lleváis mucho tiempo esperando?

FERNANDO: Regular.

MARINA: No demasiado, pero hay mucha gente antes que nosotros, que están ahí afuera, en los lavabos.

BRUJA: (Quiere hacerse la simpática y entablar conversación)…Y qué… buscando trabajo, ¿no?

FERNANDO: Eso nos gustaría.

MARINA: Está difícil el asunto del trabajo.

FERNANDO: Yo ya llevo tres distintos este mes.

MARINA: No fastidies. A mí no me sale más que cuidar niños. Ya me gustaría cambiar esta vez.

BRUJA:… ¡Huy… si vosotros quisierais…

BONGÓ: ¿Trabajar?

BRUJA: Trabajar… eso es de pobres… Lo importante no es trabajar, sino tener dinero…

 

  (En este momento entra en escena Carmelita que ha ha terminado la entrevista y vuelve para hablar con Bongó. Carmelita es una mujer realista, pero como poeta, también es capaz de soñar y de utilizarla fantasía, por lo que ve a Coruja tal y como es, o sea,… bruja y fea. Se queda escuchando).

 

CARMELITA: (Entrando) Ya conseguí trabajo. (A Bongó) Ahora vamos a la oficina de inmigración, que es por la que debía haber empezado usted. (Se para y escucha la conversación).

MARINA: (A la Bruja) ¿Se puede tener dinero sin trabajar?…

FERNANDO: …Como no sea atracando un Banco…

BRUJA: (Muy ladina)... ¡Qué cosas tienes!… Hay otros procedimientos… Se puede… Se puede… traficar con droga…

FERNANDO: Pero…¿qué dices?

CARMELITA; (Indignada porque acaba de reconocer a la Bruja Coruja) ¡Cómo que se puede traficar!… ¿Qué hacés vos aquí, Bruja malvada, queriendo envolver con sus malas artes a estas personas honradas y decentes?

MARINA: Que no es una bruja, que la conocemos todos en el barrio…

FERNANDO: Se llama Curuja, y es medio ligue de un amigo mío… (A la Bruja) ¿Verdad Coru?

  (La Bruja Coruja, mientras los demás hablan de ella, intenta esconderse como puede)

CARMELITA: ¿Pero es que no la reconocés? … ¿No ves lo horrible que es?

BRUJA: ¿Horrible yo?… Pero si soy su mejor amiga.

BONGÓ: Muy amiga no serás. cuando nos querías proporcionar droga.

BRUJA: ¿Droga? … si solo os iba a dejar esta cajetilla de tabaco, para que pasarais más agradablemente la espera…(Saca el tabaco de la cesta).

 

BONGÓ: Aquí está prohibido fumar.

MARINA: ¿Es que el tabaco, no es droga?

FERNANDO: Y bien que lo es. Lo que pasa es que… como es una droga legal, ni le damos importancia.

CARMELITA: Mira, maja: vas a largarte inmediatamente de aquí, o llamo al conserje.

BRUJA: ¿Y quién eres tú para echarme? (Guardando el tabaco en la cesta)

FERNANDO: Lo mismo que los demás: gente sana.

MARINA: ¡Vete!, que no queremos líos.

  (La pérfida Coruja , se escapa corriendo sin acordarse de recoger sus bártulos. Así que, en el escenario deben quedar, bien visibles, la cesta de las pócimas y la escoba brujil.

 

BONGÓ: ¡Qué curioso!… Las brujas de mi país son muy diferentes de las europeas… no llevan escoba… Y eso que he tardado mucho en reconocerla… porque hay muchas brujas por aquí, que se camuflan como si fueran señoras honorables.

FERNANDO: ¡Qué mal rollo!… Mi amigo no se lo va a creer.

MARINA: Yo no acabo de entender que sea una bruja de verdad. A mí me parece tan normal.

FERNANDO: Algo de verdad habrá porque se ha largado corriendo…

BONGÓ: ¿Pero no le habéis visto la escoba en la que venía montada?

MARINA: ¿Qué escoba?… Si ha venido en esa moto, que está ahí…

CARMELINA:… ¿Vos viste alguna vez aparcar una moto en un segundo piso?… ¿Eh?

MARINA: ¡Anda…! Pues ahora que lo dices…

CARMELITA: Vos, hija, no tenés imaginación… pero estás en la Luna… ¿Te das cuenta? …Esta bruja es la traficante que destroza a los jóvenes a través de la droga…

BONGÓ: ¡Ay, muchacha!… solamente es capaz de ver la realidad el que tiene el don de la fantasía… ¡Vayamos a atrapar a esa Bruja malvada!

FERNANDO: ¡Huy, como la coja…! (Sale corriendo)

MARINA: Yo no estoy segura de que sea bruja, porque me parece muy normal. Pero es una delincuente… ¡Vamos por ella!

  (Música de atrapar malos)

 

  (Carmelita y Bongó, mucho más convencidos que Marina de la capacidad maléfica de Coruja, salen corriendo tras ella. Marina, lo piensa mejor y va también dejando el escenario vacío mientras va cayendo el  

 

                 

                                                 TELÓN 

 

         ACTO II

 

  Al abrirse de nuevo el telón, se escuchan los acordes con los que comenzó el primer acto. Caperucita, ya recuperada del desmayo, aún no se ha sobrepuesto de la visión del Lobo Feroz, con el que no esperaba encontrarse y de quien conserva los peores recuerdos.

 

CENICIENTA: (Entrando y dirigiéndose al Lobo Feroz, muy enfadada) ¿Con qué permiso has venido?

FÉLIX: (Adelantándose) Con el mío.

CENICIENTA: ¿Con el tuyo? ¿ Y quién eres tú para traer a un delincuente como éste?

FÉLIX: Lupo ya no es un delincuente. Hace tiempo que está rehabilitado.

 

  (Entra Caperucita, dando voces, seguida del resto de personas que la habían acompañado excepto el Conserje).

CAPERUCITA: ¡ Me engañó!… Después de comerse a mi pobre abuela, se metió en su cama y quiso comerme a mi…! ¡No quiero verle!

HADA: Tranquilízate, mujer.., que aquello pasó hace mucho tiempo…

FÉLIX: Ven aquí, bonita… Escucha… El Lobo Feroz, ya no es lo que era. Después de lo de tu abuelita, se llevó tal lección que no volvió a comer carne humana.

CAPERUCITA: …Pero se comió a los Siete Cabritillos…

FÉLIX: Eso fue mucho antes.

CENICIENTA: …Y se quiso merendar a los Tres Cerditos.

LUPO: …Pero es que yo soy carnívoro… aunque ahora estoy aprendiendo a comer bellotas… Me he hecho vegetariano

CAPERUCITA: Tú siempre comerás carne… No me fío de ti… eres malo…

HADA: Caperucita, no seas intransigente. Si Lobo Feroz nos asegura que no va a atacar a las personas, debemos darle un margen de confianza.

FÉLIX: Yo mismo fui un animal salvaje hace muchos años, y el Hombre me domesticó. Es cierto que me gusta la carne, pero también he aprendido a comer lentejas : Todo es cuestión de educación.

CAPERUCITA: …Bueno… Te voy a dar un voto de confianza, como dice el Hada… (mirándola) Lo hago por ti… ¿eh?… (Al Lobo) Para probar que has aprendido a comer de todo, vamos a compartir las tortitas de manteca que suelo llevarle a mi abuelita.

CENICIENTA: Las del colesterol.

CAPERUCITA: (Riéndose) Eso.

LUPO: Ya verás como me gustan.

 

  (Caperucita coge la cesta que ha dejado la Bruja y se pone a buscar en su interior)

CAPERUCITA: (Buscando) ¿Qué es esto? (Sacando una botella) ¿Quién ha cambiado mi tarrito de miel por una botella de whisky?

  (Todos se miran sorprendidos)

CONSERJE: ¿A quién le toca ahora?. Puede pasar enseguida.

FÉLIX: (Olvidando el contenido de la cesta) ¡Ya nos toca a nosotros!… ¡Qué apuro… nunca nos hemos visto en otra! … ¿quién quiere ser el primero?…Vete tú, Hada.

HADA: No. Yo no. Que pase Cenicienta.

CENICIENTA: Ni mucho menos… Le toca a Caperucita.

CAPERUCITA: ¿Que entre yo?… ¡Qué miedo!… ¿ Y qué tengo que decir?

LUPO: Para que veas, niña tonta, que no soy tan malo, voy a entrar yo el primero a que me hagan la entrevista.

 

  (El Lobo Feroz pasa al despacho contiguo que está oculto tras el telón de fondo, de tal manera que esta secuencia no se ve sino que se oye. La acción continúa en la sala de espera, pero toda ella está vinculada a la conversación que transciende por la pared. Los personajes de la sala de espera, aunque gesticulen, deben estar callados y hablar solamente cuando se requiera.)

ENTREVISTADORA: Su nombre, por favor.

LUPO: Canis Lupus.

ENTREVISTADORA: ¿Mayor de edad?

LUPO: Por supuesto.

ENTREVISTADORA: ¿Que trabajos ha realizado en los últimos años?

LUPO: Vivía en el bosque. Procuraba mantener el equilibrio ecológico en la fauna de mi entorno.

 

  (En la sala de espera, todo el mundo está en posición de escuchar lo que se habla en el despacho y las intervenciones son simultáneas a la conversación tras bastidores. Debe darse a la situación la mayor comicidad posible).

CAPERUCITA: Qué astuto. ¿Os habéis dado cuenta de la manera tan elegante de decir que no dejaba un bicho viviente a su alrededor?

HADA: Caperucita, no seas rencorosa. Aunque lo de tu abuelita fuera muy grave, es necesaria la presencia de los depredadores, que forman parte del ciclo de la Naturaleza.

FÉLIX: ¡Callad!

ENTREVISTADORA: …Vamos a ver… Aquí, en el ordenador tengo varios trabajos para usted: Socorrista de un Camping, Ayudante de un Zoológico… o , tal vez, si le gustan los niños, podríamos intentar que fuera Conserje de un Colegio.

LUPO: ¡Eso!… ¡Conserje de un Colegio!.

ENTREVISTADORA: ¿Le interesa? Vamos a llamar por teléfono a ver si continúa vacante ese puesto.

 

  (La conversación siguiente, tiene que realizarse utilizando el nombre del colegio donde se representa la dramatización y la voz auténtica del director, debe estar grabada en magnetofón)

ENTREVISTADORA: ¿Colegio Público Birjinetxe?

TELÉFONO: Sí. ¿Qué desea?

ENTREVISTADORA: Llamo desde la Oficina de Empleo y aquí figuran ustedes como necesitando un conserje.

TELÉFONO: Efectivamente: uno de nuestros conserjes está enfermo.

ENTREVISTADORA: Tenemos un individuo llamado Canis Lupus, que dice entenderse muy bien con los niños.

LUPO: (Relamiéndose de gusto)... Pregunte si están tiernecitos…

 

  (En el escenario)

CAPERUCITA: ¿No os decía yo?… Éste sigue igual…

ENTREVISTADORA: (Al Lobo Feroz) ¿Tiernecitos? … A usted que le importa eso… si no se los va a comer.

LUPO: ¡Qué tonto!… son manías mías de otras épocas… Solo quiero saber qué edad tienen esos niños.

CENICIENTA: Va a hacer un estropicio… Ya lo veréis.

FÉLIX: ¡Calla, pesada!

ENTREVISTEDORA: (Al teléfono) ¿Me puede decir la edad de los niños de ese colegio, por favor?

TELÉFONO: De dos a doce años.

LUPO: …Buenas edades… Me interesa el trabajo. ¿Cuándo puedo empezar?

CAPERUCITA: ¡Ay, madre…! ¡No quiero ni pensar lo que puede ocurrir!

FÉLIX: ¡Que calléis!… No me estoy enterando de nada…

HADA: …Es la primera vez que veo un gato sordo…

ENTREVISTADORA: Dice el señor Lupo que le interesa el trabajo; que cuándo puede empezar.

TELÉFONO: Mañana mismo.

ENTREVISTADORA: De acuerdo: mañana a las nueve estará allí.

  (Al Lobo Feroz) Ya ha visto usted que en esta oficina somos muy eficaces. Ahora necesita presentar su documentación y llenar este impreso.

LUPO: ¿Documentación? ¿Qué es eso de documentación?… En el País de la Fantasía no necesitamos esas cosas…

FÉLIX: ¡La documentación!

HADA: (A la vez, lo mismo que Caperucita y Cenicienta) ¡Las cartas de presentación!

CAPERUCITA: ¡El carnet!

CENICIENTA: ¡Los papeles, que decía aquel señor!

 

  (Mientras termina la conversación entre el Lobo Feroz y la entrevistadora, nuestros amigos fantásticos están presa de miedo, dando vueltas por el escenario, con gran aflicción).

ENTREVISTADORA: No estamos en el País de la Fantasía: este es el Mundo Real y aquí todas las personas deben estar documentadas.

LUPO: ¿Qué voy a hacer ahora?

ENTREVISTADORA: ¿No me dijo al principio que estaba acostumbrado a vivir en el bosque? Le sugiero que acepte el puesto de ayudante de controlador de incendios forestales, que es muy importante. Para ese trabajo, no se necesitan papeles inmediatamente… En cuanto los haya conseguido, me los trae…

  (Cambiando de tono) Si hay más personas en la sala de espera, haga el favor de decirles que son las once y los empleados tenemos media hora de descanso para tomar el bocadillo. Adiós. Buenos días.

LUPO: Adiós. Muchas gracias.

 

  (Los habitantes del País de la Fantasía, se vuelven a sentar en sus sillas, como si no se hubieran enterado de nada, cuando vuelve el Lobo Feroz).

LUPO: (Apareciendo, muy compungido) ¿Sabéis lo que nos pasa?…

TODOS: ¡Que somos unos indocumentados!

LUPO: Aquí, parece ser, que toda la gente tiene papeles y documentos que acrediten su personalidad.

FÉLIX: ¿ Qué hacemos ahora?

HADA: ¿Cómo que qué hacemos ahora? Esto lo soluciona mi varita en un santiamén.

LUPO: Pero.., sin prisa… Que es la hora del bocadillo. (A Caperucita) ¿No tenías unas tortitas riquísimas para quitar el hambre de media mañana?

FÉLIX: (Irónico) ¡Quién lo iba a decir…!

CENICIENTA: (Más irónica todavía)...¡El Lobo Feroz, pidiendo tortitas de manteca…! …¡Qué cambio, madre!

CAPERUCITA: (Buscando en la cesta de la Bruja) …Las tenía… Pero no las encuentro… Estas cosas no me pertenecen…

 

FÉLIX: ¿Qué ocurre?… Seguro que algún gracioso se ha llevado la merienda.

CAPERUCITA: Esta no debe ser mi cesta… Aquí lo que hay es muy raro.

LUPO: ¿Qué hay?

CAPERUCITA: …Pues esto está lleno de bolsitas de plástico con una especie de polvos de talco … y una cajetilla llena de cigarros… y pastillas o caramelos… No sé… Además del alcohol…

  (Se acercan los demás y husmean en la cesta)

 

HADA: ¡¡¡Marihuana!!!

FÉLIX: ¡¡¡Cocaína!!!

LUPO: ¡¡¡Éxtasis!!!

CENICIENTA: ¿Droga?

CAPERUCITA:(Con la botella en la mano) ¿También el alcohol es una droga? ¡No me digas! …Mi abuelita se toma las tortitas con una copita de anís.

HADA: Una copita de anís, de vez en cuando, hasta es buena para hacer la digestión… Pero una después de otra y después de otra, te convierte en una alcohólica.

LUPO: … Yo conocí a muchos chavales y chavalas   toxicómanos deshechos por la droga y el alcohol, cuando estuve en el centro de rehabilitación… ¡Daban una pena… tan majos… y tan desgraciados..!

CAPERUCITA: … Pero así se pondrían cuando ya sufrían adicción… pero por una vez… no pasará nada… Digo yo…

CENICIENTA: Yo no he visto nunca la droga… ¿Me dejas mirarla?

CAPERUCITA: Sí, mujer.., mira..,mira. (Cenicienta se asoma, muy curiosa a la cesta).

CENICIENTA: Oye, Gato con Botas: …Y, ahora que podemos… ¿por qué no probamos una miajita… a ver cómo es esa alucinación tan rica dicen que produce?

FÉLIX; (Irritadísimo) ¡¡¡Cómo???… ¿Tú?… ¿Tú, Cenicienta, que tuviste la vida más triste de todos los cuentos.., y supiste soñar mientras limpiabas los fogones de tu madrastra.., y fuiste capaz de vivir la ilusión de bailar con el Príncipe sobre tus zapatos de cristal…? ¿Tú vas a echar a perder la verdadera fantasía, que nace de la imaginación, y que enriquece el alma.., por un sucedáneo a base de droga, que solo sirve para enfermar tu cuerpo y tu mente?

HADA: No, Cenicienta. Las personas imaginativas, optimistas, seguras, alegres… somos capaces de disfrutar de la felicidad o de imaginárnosla cuando la vida se nos pone negra.

  (Cenicienta se echa a llorar)

LUPO: (Consolándola) No os pongáis así… La muchacha solo quería probar nuevas sensaciones.

HADA: Ningún producto artificial puede sustituir a la felicidad originada por la amistad o el amor… que conducen a las más deliciosas sensaciones…

FÉLIX: … Que son los sueños que enriquecen el espíritu… ¿Os acordáis de mi jefe, el Marqués de Carabás?… No necesitó doparse para ser feliz y casarse con la hija del rey… Simplemente, puso en práctica las esperanzas que yo, su amigo, le iba transmitiendo.

CAPERUCITA: Entonces, ¿qué debemos hacer para no caer en la droga?

FÉLIX: Debemos hacernos fuertes, tener confianza en nosotros mismos.., apoyarnos en nuestra familia… y , sobre todo, no dejar escapar la facultad de ilusionarnos por la vida, que tienen los niños y los jóvenes.

HADA:… Y, sobre todo.., sobre todo, mi querida Cenicienta , no probarla nunca… Muchas jovencitas como tú, caen en la droga simplemente por curiosidad…

LUPO: …Y otras veces, se enredan en ella por no atreverse a decir que no a algún amigo que se la ofrece… Sobre todo los chicos, se creen que son más hombres si la prueban.

HADA: …Falso amigo, diría yo… Y no olvidéis: Sin primera vez… no hay segundas…

  (Cenicienta se pone muy compungida y avergonzada)

FÉLIX: (Consolando a Cenicienta) No te apures, bonita. Vamos a olvidar todos este incidente… Ahora debemos deshacernos inmediatamente de la cesta porque me parece que está llegando el Conserje… y, como nos pille con este alijo se nos va a caer el pelo.

HADA: Disimulad, que está llegando…

FÉLIX: ¡Callad, por favor!… Como se entere, si que la hemos armado.

CAPERUCITA: ¡Ay, madre, ¿qué hacemos ahora?.. sin papeles y con esta cesta que no es la mía… ¡Qué horror!… Alguien me ha dado el cambiazo… Ahora me acusarán de traficante…¡Ay!

  (Llega el Conserje y todos ponen cara de no haber roto un plato).

 

  (El Hada que, a veces es un poco atolondrada, da un manotazo a la cesta y todo su contenido se desparrama por el suelo).

 

TODOS: ¡Ay!

FÉLIX: ¿Pero qué haces?… Estás atontada.

HADA: Es verdad… Perdón.

LUPO: No discutáis, y vamos a recoger todo

.

CONSERJE: ¿Qué jaleo es ese?

CAPERUCITA: Nada.., nada.., que se me ha caído el bolso. Enseguida lo recojo. (Todos se apresuran a recoger la basura)

CONSERJE: No me dejéis ni un papel por el suelo. Voy a buscar una escoba.

FÉLIX: …Papeles… ¡qué más quisiéramos nosotros!

HADA: ¡Hay que limpiar esto inmediatamente!… Tú, amigo Gato con Botas, tranquilo, que de los papeles me encargo yo.

CENICIENTA: ¿Dónde está mi escoba?

 

  (Al pronunciar Cenicienta la palabra «escoba» ésta, que pertenece a la Bruja malvada, se pone a barrer sola por el escenario dejando estupefactos a actores y público. Esta secuencia debe estar acompañada por una música mágica y deliciosamente maligna. Cenicienta quiere coger la escoba, que se le escapa, creando una situación cómica, cuando llega Carmelita, arrastrando a la Bruja Coruja).

CARMELITA: (A la Bruja) ¡Recoge tu dichosa escoba y andáte de una vez al País de la Fantasía, de donde no debías haber salido…!

BRUJA: (Entrando arrastrada por Carmelita. Se queda asombrada al ver allí a sus compañeros Fantásticos). ¡Huy!… ¿Qué hacéis vosotros aquí?

FÉLIX: ¿Cómo que qué hacemos nosotros aquí? … ¿Cómo has llegado tú?

LUPO: … Yo os aseguro que fui el único polizón de la Patera Mágica… Conmigo no ha venido.

BRUJA: (Chuleando un poquito)... ¿Pero qué os habéis creído?.. ¿Que yo necesitaba una agencia de viajes promocionada por este fanfarrón del Gato con Botas..? ¡Quia… Yo llevo muchos años en el Mundo Real.

FÉLIX: Pues no te habíamos echado de menos…

HADA: ¿Y para qué necesitabas venir?… Tú te llevabas bien con los invasores cibernéticos… Eres tan pérfida como ellos…

BRUJA: Ellos me enseñaron a modernizarme.., y enseguida me di cuenta de que aquellas pócimas que fabricaba con mandrágora, hígado de araña viuda y extracto de lágrima de cocodrilo, solo servían para convertir en cuervo a algún príncipe despistado…

CAPERUCITA: ¿Te parece poca maldad?

BRUJA: Ahora soy la reina del terror… Nadie me supera en el mundo… Ja, ja, ja..!

FÉLIX: Pero si tus trucos están ya desfasados… porque no se te ocurrirá, a estas alturas convertir en cuervo a un príncipe rubio o dormir cien años a una princesa…

BRUJA: Claro que no… Esos eran juegos de novata… ¡Huy! ahora…

CENICIENTA: ¿Has inventado alguna pócima más dañina?

BRUJA: La peor de todas: la DROGA. Pero no la he descubierto yo. Es muy vieja…

FÉLIX: Claro que lo es. Ya Ulises se vio con problemas cuando arribó en la isla de los lotófagos, llena de hierbas que producían alucinaciones … Fijaos si tiene años.

CARMELITA:… lo que ocurre es que en la antigüedad no se comercializaba

LUPO: No sé para qué la quieres… ¿No tenías bastante con tus encantamientos y tus filtros para hacer mal de ojo a los niños y adolescentes.

BRUJA: Los niños y las adolescentes y los jóvenes de estes país son hermosos como príncipes e ingenuos como princesas… Les envuelvo en mis malas artes y les regalo la droga las primeras veces… Cuando ya no se pueden escapar… je, je,… me suplican que se la venda.., se arrastran ante mí… igual que los sapos de los cuentos… ji, ji… ¿Conocéis mayor perversidad?..jo,jo…

HADA: Nunca pude imaginar maldad tan enorme.

CAPERUCITA: Pero tienen que ser muy tontos para no ver que eres una bruja fea y repulsiva.

BRUJA: ¡Ah, ja,ja!.. Es que yo aparezco ante ellos como una colega que les comprende y, como no tienen imaginación, ni ven más allá de sus narices, se lo tragan todo… je,je…

LUPO: … Eres pérfida… yo era un ingenuo cuando andaba comiendo cabritillos por el bosque… se me veía venir a la primera.

BRUJA: Las brujas somos otra cosa.., más.., más sofisticada, vamos… Nosotras sabemos camuflarnos… ji, ji…

CENICIENTA: ¿Y cómo te camuflas?… Ahora estás hecha un desastre… Yo te veo vieja y asquerosa…

BRUJA: Eso tú… y todas todas aquellas personas que aún conservan la flor de la ilusión.., como los niños que nos están viendo, que tienen confianza en las personas que les aman… y son felices… ¡Qué rabia..! …A la gente optimista y con fantasía… no la puedo engañar tan fácilmente… Pero a los demás… a los deprimidos, los acomplejados, los aburridos, los desesperados… los envuelvo en mis pócimas… y les veo sufrir… que es lo que a mí me gusta… Je, je, je… Ellos no ven que soy su enemiga: me ven guapa y agradable…

HADA: ¿Y qué beneficio sacas de ver sufrir a la gente?

BRUJA: Soy mala remala… y veo sufrir a los jóvenes… y a sus padres… y a sus familias… Jo,jo, jo… ¿Hay algo más delicioso?

CARMELITA: (Dirigiéndose a los habitantes del País de la Fantasía) ¿Pero ustedes pueden consentir que semejante personaje se quede para hacer daño a los habitantes de la Tierra?

FÉLIX: ¡Ni mucho menos!

CENICIENTA: (Llorando) Yo soy capaz de volver a los Cuentos con mi escoba y mi ceniza, para que esta vieja se marche también de aquí.

LUPO: Gato, ¿te puedo decir un recado al oído?

FÉLIX: ¿Muy secreto?

LUPO: (Acercándose a Félix)… Qué ocurriría si, por última vez…¡Te juro que por última vez!… se me olvida que me he vuelto vegetariano… y me la como…

FÉLIX: Debe estar durísima…

HADA: ¿Qué es eso de comerse a nadie. ¿Es que creéis que no os he oído? … Yo la convierto en sapo ahora mismo… y que se vaya al arroyo a comer mosquitos… ¡Hale!

FÉLIX: ¿Olvidas, querida Hada, que para salir de nuestra Tierra Fantástica, tuviste que prometer que solamente utilizarías tres veces el poder de tu varita mágica…? La primera vez la usaste para sacarnos de allí… La segunda se la has prometido a la persona que ha encontrado la varita, cuando la perdiste aquí en el teatro, … quieres conseguirnos los papeles de residencia… y encantar a la Bruja Coruja…

LUPO: Si no cuento mal, son cuatro encantamientos.

HADA: ¡Ay!… Pues sí…

CAPERUCITA: Alguien tiene que renunciar a su ilusión….

CARMELITA: No se preocupen, amigos fantásticos, el niño que ha encontrado la varita, tiene cara de niño feliz y, seguramente, no tendrá inconveniente en renunciar a su privilegio. (Dirigiéndose al público) ¿Quieres subir, precioso, y decirnos si preferís pedir tus deseos, o que se queden con nosotros todos estos personajes, menos la Bruja?

NIÑO: (Subiendo al escenario) Yo quiero que se cumplan mis tres deseos… Y tengo derecho… Me lo has prometido, Hada.

TODOS; (Mirándose desolados) ¡¡¡ Ah !!!   ¡¡¡ Oh !!!

CARMELITA: ¿No te interesa cambiar las tres gracias por un buen ordenador?

NIÑO: Ya tengo.

CARMELITA:… o por unas zapatillas deportivas de marca?

NIÑO: Ya tengo.

CENICIENTA: …o por un viaje a Disneylandia?

CAPERUCITA; (Al Lobo Feroz) … Es tozudo… ¿Eh?

NIÑO: ¡Qué va!… Allí todo es falso… Esta es un Hada auténtica… ¡Quiero ver como funciona una varita mágica de verdad!

HADA: Bueno… Que le vamos a hacer… Hay que saber perder…

CARMELITA: ¿Estás seguro de que no podés prescindir de los tres deseos?

NIÑO: ¡Tengo derecho! ¡Yo encontré la varita mágica!

LUPO: …Nos haría tanta ilusión que renunciaras…

NIÑO: ¡No voy a renunciar!… Santa Rita, Rita… lo que se da no se quita!

HADA: No perdamos más tiempo, monín… ¿Cuáles son tus tres deseos? Puedes estar seguro de que cumpliré con honor la palabra que te di.

NIÑO: (Colocándose, muy cursi, en medio del escenario) El primero, que esa malvada Bruja, que está haciendo tanto daño por culpa de la droga, desaparezca definitivamente.

TODOS: ¡Vaya…! (Se miran muy sorprendidos)

HADA: Las dos primeras gracias no tienen dificultad. pero, con la tercera, me queda una duda:¿Qué es lo que realmente quieres, que nos volvamos al País de la Fantasía y continuemos siendo unas antiguallas, o que nos quedemos en el Mundo Real y sigamos el rollo de los chavales de ahora.

NIÑO: …Pues… las dos cosas.

HADA: ¿Cómo , las dos cosas?

CARMELITA: Es que ustedes no pueden abandonar jamás del País de la Fantasía.

FÉLIX:¿ Y yo he organizado todo este montaje de la patera para escapar de allí?

CARMELITA: Los Héroes de los Cuentos atraviesan el territorio que existe entre el País de la Fantasía y la imaginación de los humanos en unas PATERAS MÁGICAS, que son los libros.

HADA: Yo no quiero vivir solamente en la fantasía de los lectores. ¡Quiero ser real!

CARMELITA: Y lo serás. Pero tu pasado es patrimonio de la Humanidad, pertenece a cada persona que lea tus aventuras..

NIÑO: Para mi, siempre serás el Hada que convirtió la calabaza en carroza de oro.

HADA: (Presumiendo) ¡Qué bien me salió aquel hechizo! ¡Qué tiempos…!

CAPERUCITA: (Suspirando)…¡No podré repartir comida montada en una moto….!

CENICIENTA: (Compungidísima) Entonces:¿Estoy condenada a la escoba de por vida?

CARMELITA: (A Cenicienta) El futuro lo habrás de fabricar cada día. Tendrás que decidir entre la vulgaridad de barrer la ceniza o la ilusión de calzarte los zapatos de cristal.

LOBO: Pero, a lo que íbamos: ¿Nosotros podemos estar allí y aquí a la vez?

CARMELITA: Naturalmente. Ustedes ya no son responsables de su pasado en el País de la Fantasía, aunque continúen viviendo virtualmente en él: pero el futuro, en el Mundo Real se abre ante ustedes lleno de posibilidades.

FÉLIX: O sea, que tendremos doble nacionalidad. ¡Mira, que bien!

NIÑO: ¡Qué suertudos!

LOBO:… Ya caigo: habitaremos en el País de la Fantasía, mientras haya un abuelo que le cuente nuestra historia a su nieto.

CARMELITA: O se la lea.

FÉLIX:… Pero, a la vez, podemos quedarnos en el Mundo Real, para aprender a ser modernos.

BRUJA: (Bajito y escurriéndose tras los bastidores) A mí me interesa también tener doble nacionalidad… y como no me escape, me deportan a los cuentos.

  (Se quiere escapar)

LOBO: (Atajándola) ¡Alto ahí, bruja malvada!. Tú no te vas tan fácilmente…

  (Todos los personajes hacen corro a la Bruja Coruja y se meten con ella)

CENICIENTA: ¡Tienes que recluirte en el pasado, con las leyendas!.

CAPERUCITA: ¡Aquí no te queremos!.

TODOS: Eso. ¡Vete al pasado! ¡Vuelve a los cuentos a hacer tus maldades!(Aquí, cada uno se despacha como quiere, diciéndole improperios a la Bruja)

 

NIÑO: (Al Hada) No dejes que la echen ellos, Hada. Utiliza tu varita de una vez.

HADA: Venga. (El Hada toca con su varita a la Bruja, que se queda paralizada en una postura comicamente inverosímil)

NIÑO: ¿Qué pasa? ¿No la ibas a convertir en sapo? ¿Es que se ha encasquillado?

HADA: (Mirando a su varita) Yo creo que está perdiendo energía.

CENICIENTA: Mira, Hada: deja, de momento así a la Bruja, y soluciona nuestro problema de los pasaportes cuanto antes.

NIÑO: Aprovéchala bien, ahora que la tienes, porque en la Tierra, no se arreglan las cosas con varitas mágicas.

HADA: ¡Eso!

 

 

 

  (El Hada levanta su varita mágica a los acorde de una música marchosa y va tocando a todos y cada uno de los presentes en el escenario, de tal manera, que, al tocarles, les aparece en la mano un documento. Pueden entrar en otros personajes con vestimenta típica de los paises de donde proceden los inmigrantes habituales. Con su papeles en alto, hacen un baile rodeando a la Bruja, que queda acorralada. Se acerca el Hada, la toca con la varita mágica … y se convierte en un repugnante sapo, en medio del grupo. Prosigue el baile y cae el

 

 

                                   TELÓN

CAPERUCITA: ¿Y qué es la droga para que os asustéis tanto?

HADA: La droga es un veneno que mata poco a poco.

CAPERUCITA: Y si es un veneno… ¿por qué la toma la gente?

FÉLIX: Es un veneno engañoso: cuando lo tomas, al principio te crees que eres feliz porque te sientes muy a gusto…

CENICIENTA: ¿Como cuando estás soñando?

HADA: Eso… Pero cuando pasa el efecto, no te encuentras como antes de haberla tomado. No.

LUPO: Cuando pasa el efecto, uno se encuentra muy mal… y solo desea volver a tomar más droga.

HADA:…Y más.., y más… Cada vez más …

CAPERUCITA: ¿Eso es «engancharse»?

FÉLIX: Efectivamente… Y los pobres drogodependientes dejan de trabajar, se ponen enfermos… y solamente viven para tomar otra dosis con la que vuelvan a creerse que son felices.

 

MARINA: Que no… Que es esa chica que viene todos los días con la moto a dar caramelos a los niños…

CARMELITA: ¡Caramelos a los niños? … (Coruja hace ademán de huir) ¡No te me escapes, desgraciada…! (Agarrando a la Bruja por el gorro y los pelos)… ¡Solo falta que se te ocurra dar uno solo de esos caramelos contaminados de droga a los niños!… ¡Que un niño es sagrado, ¿eh?

BRUJA: …Es que a mí me gustan mucho los niños…

CARMELINA: … Sí… como le gustaban Hansel y Gretel… para comérselos… ¿Verdad? (Sigue zarandeándola hasta que se le cae el gorro a la Bruja … y aparece una enorme y brillante calva, que la deja avergonzada).

 

(Si la actuación se realiza ante un público muy infantil se puede incorporar el fragmento interactivo siguiente)

 

CARMELITA: Menos mal que los niños de este colegio saben perfectamente que no hay que coger nada de personas desconocidas.

BRUJA: …Pu…pues a alguno ya le gustan…ya .

CARMELINA: (Dirigiéndose al público) ¿Alguno de ustedes ha visto por aquí a esta Bruja espantosa regalando caramelos?

PÚBLICO: ¡¡¡NO!!!

CARMELITA:… ¿Y, si viene camuflada y os regala algo, se lo vais a coger?

PÚBLICO: ¡¡¡NO!!!

CARMELINA: ¿Deben los niños irse con desconocidos o aceptar sus regalos?

PÚBLICO: ¡¡¡NO!!!

CARMELITA: Ya te decía yo que en Birjinetxe no se te ha perdido nada, malvada y alevosa bruja… Mas te vale escapar corriendo, porque como llame al Hada, que está ahí dentro, te destruirá inmediatamente.

(Fin del fragmento para público infantil)

 

 

FÉLIX: Están medio atontados creyendo que viven en una galaxia donde hay que matar a los enemigos.

CÉSAR: ¿ Y quienes son sus enemigos?

HADA: Cualquiera que les lleva la contraria… Los niños de ahora no saben aguantar una reprimenda… Cuando sus padres o sus profesores les riñen, piensan que no les quieren…

CENICIENTA: ¡Ellos qué sabrán de reprimendas!… ¡Si hubieran conocido a mi madrastra…!

FÉLIX: Esa, esa sí que sabía reñir…y maltratar… y no como ahora…

CARMELITA: Nunca hemos tenido una infancia a la que se le dan tantas contemplaciones… ¡Huy, en mis tiempos!

BONGÓ:… Y en estos tiempos, amiga… Aún quedan muchos niños maltratados y vendidos como esclavos… En mi tierra…

CÉSAR: Es verdad. En el Tercer Mundo los niños están explotados, mientras que aquí…

CARMELITA: Los pibes de aquí tienen su cuarto lleno de cachivaches… nosotros solo teníamos cuentos…

 

Javier Hernández

Vocal asesor de Comunicación

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