BLANCANIEVES Y LOS SIETE LIBERALITOS

                                                            INTRODUCCIÓN 

                  Esta obra se escribió en 1980 a raíz de la llegada de la democracia a España tras el régimen franquista. Fue  utilizada como  texto de Teatro de Aula en el Colegio Público Birginetxe, de Bilbao, por  tres  promociones de alumnos de 8º curso de EGB cuando estudiábamos la Ilustración y el final del Antiguo Régimen. Nunca fue representada para el público.

                Como las clases eran muy numerosas, con muchos alumnos y alumnas  y, dado que en el tema abundan los varones, con el fin de que se implicaran las chicas, había un primer acto en el que “Las Hadas” repartían sus dones a Blancanieves con alusiones a los cambios políticos que estaba experimentando la sociedad española en aquellos tiempos. Ahora resultarían fuera de lugar. Pese a ello, queremos incluirlo dado que tuvo su interés hace 30 años.

             Blancanieves es un clásico de la literatura infantil europea, y por ello,  intemporal e indestructible.

            El cuento de los hermanos Grimm ha sido objeto, por parte de los estudiosos, de múltiples análisis en los que han querido ver desde ascendencias mitológicas germánicas hasta situaciones freudianas. Su interpretación depende de circunstancias que han ido cambiando a lo largo del tiempo.

            La misma narración, sin alterar el esquema de la obra, sufre pequeñas variaciones dependiendo del lugar, la época, el narrador y el receptor del cuento.

             La gran adaptación, que está en la mente de las últimas generaciones, es la cinematográfica de Walt Disney, dulzona y machista.

            La Blancanieves de Disney no es la Blancanieves de esta obra. La nuestra es una Princesa viva, sensible… pero inteligente y decidida. Que no espera que los Enanitos le resuelvan sus problemas: es ella quien se los soluciona. Que vive hoy, lo mismo que ayer y que mañana, porque en cualquier momento de la Historia hay un lugar en el Mundo en el que el poderoso oprime al débil… y aparece Alguien dispuesto a luchar por la  libertad.

            La conquista de la  Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, ha supuesto para la Humanidad una larga y penosa carrera en la que unas veces se dan los pasos hacia adelante y otras hacia atrás.

En ocasiones, un grupo humano ha cogido carrerilla y, cuando ha creído llegar a la meta, ha tropezado con otro pelotón que corría en sentido contrario, impidiendo su triunfo.          

            El primer sprint de la Humanidad lo dio la cultura griega, allá por el siglo V  antes de Cristo: lo llamaron DEMOCRACIA y no las tenía todas consigo.

            El Siglo de Las Luces iluminó muchos cerebros que, razonando con sabiduría,  permitieron a Occidente dar un salto cualitativo en el acercamiento de las personas. La ILUSTRACION del siglo XVIII está aún vigente en sus múltiples variantes… pero  todavía quedan muchos cabos por atar.

            Las SUFRAGUISTAS INGLESAS, en el siglo XIX,entre otras, se remangaron las faldas … y dieron el gran salto final: como por ensalmo las mujeres, olvidadas por griegos e ilustrados, poquito a poco, unas veces por las buenas y otras a la fuerza, han sentado plaza en la Historia… Juntos, las mujeres y los hombres, caminamos hoy hacia el Progreso.

            Pero la Historia de la Humanidad continúa siendo un mar con olas que van y vienen. Y, mientras en unos lugares del mundo triunfan la Razón y la Libertad, en otros, a veces muy próximos, lo hacen el integrismo y la opresión.

            Nuestra Blancanieves hace un recorrido social de arriba abajo, de princesa a colega, simultáneo a otro proceso, de abajo arriba, mental y sicológico, que la transforma de superficial en pensadora, de paciente en agente de su propia evolución. Los duros golpes que le va dando la vida le abren los ojos hacia opciones distintas a las que conoció en su dorada infancia. Pero no reniega nunca de su pasado: lo utiliza como un trampolín para comprender, comparando, la nueva filosofía que le trasmiten sus ilustrados amigos. Ya que no puede borrar su «primera vida», cree que, aunque mejorables, los momentos más tristes pueden tener un punto de belleza estética que los convierta en hermosos recuerdos.

 Vive en un país que puede ser remoto o estar en la otra orilla de nuestro propio río. Su historia pudo ocurrir hace muchos años o estar pasando ahora mismo. Tanto allí como aquí, antes y ahora, han existido la maldad  de La Madrastra, el razonamiento de Los Enanitos, o la esperanza que representa El Príncipe… Y el Espejo chivato que cuenta las verdades, aunque sean desagradables.

            ¿Habrán existido también Las Hadas?

            Naturalmente. La Hadas significan la Ilusión.., los Sueños.., la Fantasía.

            Mientras existan Las Hadas… seguirá avanzando la Humanidad.

                                                                                                                                           PERSONAJES

 HADAS

BLANCANIEVES

DUEÑA

REY

REINA

PAJE

CONSTANZA

VIIRGINIA

CAZADOR

SIETE ENANITOS

ESPEJO

                                                            CUADRO I

NARRADOR: En un lejano país, hace muchos años, vivían unos reyes amados por su pueblo. Estos reyes acababan de tener una princesita y celebraban fiestas en su honor. Todo el mundo era feliz. Todos cantaban y bailaban. Hasta las Hadas, en el bosque, estaban celebrando el acontecimiento.

            (Se abre el telón. Las Hadas están bailando en un claro del bosque una danza suave y delicada como ellas mismas. En el centro del coro, la Reina de las Hadas dirige la escena. Al terminar, cuando se disgregan, les habla con dulzura.)

HADA REINA: Tenéis que elegir los dones que le hemos de conceder a esa niña que ha nacido en palacio. Desde tiempo inmemorial las Hadas de este país hemos colaborado para su buen funcionamiento, otorgando a sus reyes inteligencia, prudencia, justicia,  serenidad, amor… y otras muchas cualidades necesarias a todo gobernante, para llevar a cabo, con felicidad, esa difícil tarea de conducir un pueblo por la senda de la paz y la prosperidad. ¿Ya los habéis pensado?

TODAS: Sí, majestad.

HADA REINA: Decid. ¿Qué has pensado tú, Azul?

AZULINA: El don más trascendente para cualquier persona es el de la Inteligencia, sin duda.

LILANTE: La Bondad me parece tan importante o más que la Inteligencia. Una persona inteligente, pero mala, puede ser temible.

ROSADA: Para una princesa es fundamental atraerse al pueblo. Ha de poseer Sensibilidad para comprender los problemas de sus súbditos y Prudencia para resolverlos.

AÑILITA: Todas estas cualidades son necesarias a la hora de impartir Justicia.

ANARANJADA: Se puede ser buena, simpática e inteligente, pero si no se trabaja bien, no se llega lejos. De mí conseguirá Entusiasmo y capacidad de Trabajo.

MAGENTA: Hay mucha gente que trabaja y saca poco en limpio porque le faltan Orden y Equilibrio. Lo que llamaríamos Eficacia.

GLAUCA: …¡Y buen oído!

REINA: ¿Para la música?

GLAUCA: No, majestad. Para saber distinguir las adulaciones de los falsos amigos de las incómodas consideraciones de quienes la amen de verdad.

AMARILLENTA: Todas esas cualidades del alma habrá que meterlas en un cuerpo esbelto y gentil, ágil y delicado… tan bello que nadie pueda competir con ella.

VERDOSA: ¡Huy, huy huy!… Menos mal que aún quedo yo, que le tendré que dar una sobredosis de Sencillez y Humildad. Solo así va a ser soportable.

GLAUCA:…Esas  cualidades, se las suponíamos…

BERMEJA: No hay que suponer nada, bonita. Que por un despiste, mira lo que nos pasó con la Bella Durmiente.

HADA REINA: Me parece que quedará bien dotada. A mí ya solo me queda elegir su nombre que será bello y apacible como el de un campo nevado… Se llamará…

TODAS:  ¿Cómo se llamará?

HADA REINA: Tendrá un nombre de Paz… No hay nada más pacífico y tranquilizante que la caída  suave de los copos de nieve…

BERMEJA: …Pero la nieve cae en invierno… y hace mucho frío.

GLAUCA: Majestad.., Majestad… Esta niña tendrá el corazón limpio y puro… Su alma será transparente y blanca.

            : Blanca como la nieve.

HADA REINA: ¡Eso! ¡Ya está! ¡Se llamará BLANCANIEVES!  ¿Os gusta?

TODAS: (Hacen juegos de palabras)

            – Blanca – Nieves

            – Nieves – Blanca

            – Blanca – Fría

            – Blanca – Blanquísima.   etc.

HADA REINA: ¿Hay consenso? Pensad que el nombre que le pongamos va a programar su vida: No es lo mismo que nuestra princesita se llame Blancanieves  a que tenga que soportar toda su vida el nombre de Estropajosucio o Medicinaamarga o Polomagnética, por ejemplo.

            : O Carrocelulítica.

            : O Semaforoverde

            : O Verdesabandija,

            (Aquí las Hadas pueden desfogarse pasando lista de los innumerables  y espantosos nombres que pueblan el Registro Civil amén de otros inventados por ellas.).

HADA REINA:  ¡Basta, basta!… No le podemos hacer eso a nuestra niña. Más que un don, sería un maleficio. Prosigamos nuestra danza.

            (Vuelve a sonar la música y reanudan el baile)

TELÓN

 

                                                                                                                                                     CUADRO II

 

NARRADOR: Pasaron los años… Y un día…

Aquel país idílico se vio desolado por la muerte de su amada Reina…

 Blancanieves, que se había convertido en una preciosa adolescente, estaba triste, porque había perdido a su mamá.

            El Rey, tras llorar a su amada esposa, decidió casarse, de nuevo, para que su hija tuviera una madre y el pueblo otra Reina.

            (Se levanta el telón. Blancanieves y su Dueña se preparan, nerviosas y preocupadas, para recibir la visita de la nueva esposa del Rey.)

DUEÑA: Niña mía, debes ponerte muy guapa para recibir a tu nueva mamá.

BLANCANIEVES: ¿Tú la has visto?

DUEÑA: Sí. La vi anoche y me pareció muy hermosa.

BLANCANIEVES: ¿Me querrá?

DUEÑA: ¿Cómo no te va a querer a ti? ¡Angel mío!. ¡Que eres lo más bonito de este palacio!… Anda… Ponte este lazo… Y esto también… (La va arreglando con mucho cariño)

            Quiero que la Reina se quede satisfecha de su nueva hija.

PAJE: (Entrando) Blancanieves, Dueña: ya vienen los Reyes.

            (La Dueña y el Paje se colocan a los lados, dejando el centro de la escena para Blancanieves. Entran el Rey y la Reina.) Música.

REY: Acércate, hija. Quiero presentarte a mi esposa. (Blancanieves hace una ligera y fina reverencia, sin moverse de su sitio.)

            ¿Por qué no te acercas?

BLANCANIEVES: Es la Reina. Merece respeto. Pero no es mi mamá.

REY: Perdona, mi niña. (Se acerca a ella y la besa). He olvidado mis deberes de padre: quisiera que vieras, en mi esposa, una madre más que una reina. (Le pasa un brazo por el hombro y, de esa guisa, se acercan a la Madrastra)

            Esposa mía. Aquí te presento a mi hija. La he estado educando con los mejores profesores para que sea bondadosa y sabia, y llene de orgullo todo mi reino.

REINA: … Acércate, monina.

            (La Reina la mira despectivamente. Da una vuelta alrededor de ella y le deshace el lazo)

            No está mal. Demasiado alta para su edad. Sus cabellos brillan poco… y tiene pecas. ( Con afectación le da un beso)

            Querida: ya tienes una nueva madre. Espero que me respetes y me obedezcas como si fueras mi auténtica hija.

BLANCANIEVES: Sí señora (Reverencia)

            (Se marchan los reyes con gran ceremonia. Quedan Blancanieves y la Dueña.)

DUEÑA: ¿Habráse visto?… ¡Decir que mi niña tiene el pelo poco brillante… !…  Y que tiene pecas… ¡Estrellas es lo que tiene mi tesoro en la cara… eso… estrellas!. No te preocupes, Blancanieves: eres la niña  más bonita que conozco… y yo sí que te quiero.

 BLANCANIEVES: ¡Yo no la quiero!

DUEÑA: ¿Por qué?

 BLANCANIEVES: Es mala. ¿No te has dado cuenta de cómo me ha mirado?

 DUEÑA: Te ha mirado con extrañeza porque es la primera vez que os encontráis. Ya verás como enseguida la querrás como a tu madre.

BLANCANIEVES: Dueña mía: tú sí que me quieres… ¿Vendrás a verme a mi cuarto como antes?

DUEÑA: ¿Lo dudas, acaso? ¡Faltaría más…! Le prometí a tu madre cuidarte mientras viva… y no le fallaré.

PAJE: (Entrando) Viene la Reina. Quiere que desalojéis la habitación. ¡Vamos!

DUEÑA: ¿Cómo que desalojemos la habitación? Blancanieves siempre ha dormido aquí, cerca de la cámara de sus padres.

PAJE: A la Reina le gusta este cuarto para convertirlo en su vestidor.

DUEÑA: ¿Lo sabe el Rey?

PAJE: Lo sabe. Pero no  piensa llevarle la contraria a su esposa.

DUEÑA: Mal comenzamos.

BLANCANIEVES:  ¿Ves, Dueña?… Ya empieza a quitarme mis cosas.

¡Yo quiero seguir en mi cuarto!

DUEÑA: No te preocupes, mi amor. Siempre te ha gustado mucho la torre del Poniente.

 BLANCANIEVES: ¡No!

DUEÑA: (Conciliadora) Allí te llevaba cuando eras pequeña…  Podremos ver hermosas puestas de sol. (Comienza a recoger sus cosas.)

 BLANCANIEVES:¡Yo no quiero ver puestas de sol!… ¡Quiero mi cuarto! (Muy enfadada, sigue rezongando todo el rato)

DUEÑA: Hay que sacarle partido a las contrariedades: allí tendremos más libertad… Ya vas siendo mayor y podrás observar el entrenamiento de los caballeros, sin estar sometida al protocolo…. Viviremos a nuestro aire… (Animándola) Ya verás.

(Al paje) Paje: ¿nos ayudas a llevar estas cosas? (Recogiendo, también). …(A Blancanieves) No pongas esa cara…

BLANCANIEVES: (Enfadada) ¿Qué cara voy a poner?… (Se dispone, disgustada a coger sus cosas) ¿Me ayudas, Paje?

PAJE: Por supuesto. (Se van los tres, por la derecha, a la vez que, por la izquierda, entra la Reina con sus damas.)

REINA: Aquí, aquí. Dejad mis paquetes donde podáis. Decidme vuestros nombres, para que los vaya aprendiendo.

CONSTANZA: Yo soy Constanza, majestad. La camarera real.

REINA: Deja ahí mis cremas y perfumes.

VIRGINIA: Yo soy Virginia, la peluquera real.

REINA: Guarda mis peines en este cajoncillo.

            Idos las dos hasta que os llame de nuevo.

            (Las damas salen con gran ceremonia. Al quedarse sola, la Reina, se pone a bailar, a los acordes de una música muy alegre – puede ser rock-  y compagina la danza con las frases que siguen y los gestos correspondientes.)

            ¡Qué día, cielo santo!… ¡Cuántas presentaciones!… ¡Cuántos ministros… cuántas duquesas!… Y todos besaban mi mano y se quedaban arrobados ante mi belleza… ¿Se me habrá quitado el maquillaje? (Busca entre sus pertenencias, un poco nerviosa)

            ¿Dónde estará mi espejito?… ¿Dónde está?… ¿Dónde?… Aquí. Menos mal. Creía que esas torpes me lo habían extraviado. (Se mira con regodeo)

            -Espejito, espejito maravilloso,

             ¿Existe en el reino otro rostro más hermoso?

ESPEJO: En el Norte, el Sur, el Este y el Oeste,

                    no he podido apreciar rostro como éste.

REINA: ¿Es cierto que no hay princesa, duquesa o marquesa, en todos los confines del país, que pueda competir conmigo en belleza, en el presente y en el futuro?

ESPEJO: En el ala Poniente del castillo

                     una jovencita eclipsará tu brillo.

REINA: (Se pone nerviosa, como si le diera un patatús) ¿Una jovencita? ¿Quién? No he visto ninguna jovencita, en la fiesta, tan hermosa como yo.

ESPEJO: La jovencita es prudente

                      y se esconde de la gente.

REINA: ¿Pero dónde está? Mandaré soldados que busquen a las doncellas más hermosas para arañarlas y estropear su belleza.

ESPEJO: Aunque a Blancanieves le arañes la cara,

                     no le podrás quitar la belleza del alma.

REINA: ¿Blancanieves? ¿Esa mocosa, hija de mi esposo?… Pero si es larguirucha, desgarbada, pecosa y antipática…

ESPEJO: Eres injusta, Reina malvada.

                    Blancanieves es bella como un Hada.

REINA: Pues va a ver, esa tonta, lo que hago con su belleza… ¿Qué se ha creído?

            (Toca la campanilla y llega el paje.)

PAJE: (Entrando) Majestad…

REINA: Paje: búscame, inmediatamente, al cazador real. (Nerviosa)

            Marcha. Marcha pronto.

            (La Reina se queda sola un momento y cruza el escenario a grandes pasos, pensando, muy enfadada. Música de enfado)

            Va a ver esa mosquita muerta… si se ha creído que su belleza me va a superar… No sabe quién soy yo… Tantos años esperando ser Reina… para esto. (Puede haber aportaciones personales de la actriz)

 CAZADOR: (Entrando. Con gran reverencia)  Majestad…

REINA: ¿Cuánto ganas?, cazador.

CAZADOR: Dos ducados a la semana, majestad.

REINA: ¿Querrías tener  diez mil ducados y una casa a la orilla del río?

CAZADOR: ¿Qué he de hacer para ello?

REINA: Para empezar, guardar un secreto.

CAZADOR: Siempre os he guardado todos, mi Reina.

REINA: La misión que te ordeno hoy es diferente. Debes eliminar a una persona que puede eclipsarme: es mi enemiga. Hay que matarla.

CAZADOR: ¿Matar…? Hasta ahora, su majestad, no me había mandado cosa semejante.

REINA: … Son  diez mil ducados…

CAZADOR: ¿Quién es esa persona?

REINA: Blancanieves.

CAZADOR: ¿Blancanieves? Imposible… ella no se mete con nadie. Aún es una niña.

REINA: No tan niña. Es una víbora que planea cosas terribles contra mí.

            Debes sacarla al bosque y cuando estéis en la espesura, la has de matar con tu cuchillo. Enterrarás su cuerpo después de quitarle el corazón, que me traerás aún caliente.

CAZADOR: ¡Majestad!

REINA: Ya no son solamente los diez mil ducados y la casa a la orilla del río. Ahora, conoces mi secreto, y, si no cumples esta orden, perderás la vida.

CAZADOR: … Como vos mandéis, majestad.(Hace una reverencia y se marcha, muy asustado)

REINA: (Sola)  Ja… Ja…. Ja..   Con esto acabaré, para siempre, con mi rival… Ja.. Ja… Ja…

                                                            TELÓN

                                                            CUADRO III

NARRADOR: Por aquellos tiempos, el viento llevaba ideas liberales a los viejos reinos autoritarios. Muchas personas querían cambiar la manera de gobernar de sus reyes. Querían que todas las persona fueran iguales ante la ley… y, sobre todo, querían quitar la pena de muerte, que tanto daño hacía en el país.

            La malvada Reina, que solo pensaba en su belleza, que, con su despotismo, había condenado a muerte a Blancanieves, no sabía que el cazador era un revolucionario que luchaba por la  libertad.

            (Se abre el telón y aparece un frondoso bosque adonde llegan Blancanieves y el Cazador, charlando tranquilamente).

CAZADOR: Mira, Blancanieves. Yo te tengo a ti mucho respeto porque eres muy buena chica… Y eso de que tu madrastra me mande matarte, como si ella fuera la dueña de tu vida, no lo aguanto.

            ¿Quieres que te cuente un secreto?

BLANCANIEVES: ¿Qué secreto?

CAZADOR: Escucha: yo soy un revolucionario que estoy conspirando para cargarme la Monarquía Absoluta, y cualquier día de estos, me verás, con mis partidarios, destituir a tus padres e imponer la Constitución.

BANCANIEVES: ¿Qué es una Constitución?

CAZADOR: Verás… Una Constitución es un documento que habla de los derechos de los ciudadanos… Y el principal derecho es el derecho a la vida.

BLANCANIEVES: ¡Qué interesante! ¿ Y por qué no te gusta cómo reina mi padre… si él quiere mucho al pueblo…

CAZADOR: Blancanieves: tu padre es un rey absoluto. De acuerdo con que todo lo que hace es para el bien de sus súbditos; pero no cuenta con el pueblo para nada. No nos consulta.

BLANCANIEVES: Mi padre tiene a las Hadas que os conceden dones para que seáis felices…

CAZADOR: ¡Qué Hadas, ni qué niño muerto! A nosotros lo que nos gusta es poder opinar y construir nuestro país con nuestro trabajo… y no a base de varitas mágicas…

BLANCANIEVES: ¿Yo también puedo ayudar a construir el país?

CAZADOR: Naturalmente. Los reyes – y tú lo serás- tienen un papel muy importante en los países democráticos. Son los moderadores que mantienen el orden entre el pueblo.

BLANCANIEVES: ¿ y qué haremos con las Hadas?

CAZADOR: Las Hadas se quedarán para los niños pequeños. Para que alegren sus juegos infantiles y llenen su imaginación de fantasía.

BLANCANIEVES: … Y, si no tenemos Hadas, ¿todo lo tendréis que hacer vosotros?

CAZADOR: Todo. Para hacer las leyes tendremos un Parlamento que representará al pueblo. Elegido por el pueblo.

BLANCANIEVES: ¿Tú sabes lo cómodo que es tener unas Hadas que solucionen los problemas?  Tendréis que aprender a mandar… y eso costará mucho trabajo.

CAZADOR: Nos costará mucho trabajo, pero también sentiremos la satisfacción y el orgullo de ser los auténticos soberanos del país.

BLANCANIEVES: ¿Y le vas a contar todo esto a la Reina?

CAZADOR: ¡Qué va!… Ahora mataré un animal y le llevaré su corazón a tu madrastra, para que no sospeche nada. Luego… ya me encargaré yo de ella cuando llegue la  revolución…

BLANCANIEVES: ¿Y qué vas a hacer conmigo?

CAZADOR: Te voy a llevar a una casa en medio del bosque, donde viven unos amigos míos, muy ilustrados todos ellos. Te van a gustar. Ya lo verás.

                                                            TELÓN

                                                            CUADRO IV

NARRADOR: El cazador llevó a Blancanieves  a través de un bosque muy espeso. Escondida entre los árboles más frondosos, se encontraba una casita pequeña, aparentemente insignificante, donde vivía un  grupo de caballeros ilustrados. Estos sabios, para pasar inadvertidos, se vestían de enanitos, con grandes gorros de colores chillones y enormes barbas postizas. En la casita del bosque guardaban gruesos libros, llenos de sabiduría, en los que ellos estudiaban para sacar profundas ideas que sirvieran para elaborar la Constitución del pueblo.

(Al abrirse el telón aparece el interior de una casa. Puede ser el cuarto de estar o la cocina. Siempre que sea posible, debemos huir de cualquier parecido con los decorados de Walt Disney.)

CAZADOR: (Llamando detrás de bastidores)

              Tan… tan…

REVOLUCION: ¿Quién es?

CAZADOR: Amigos.

REVOLUCION: Contraseña.

CAZADOR: Despensa y escuela.

            (Los ilustrados abren la puerta y aparecen el Cazador con Blancanieves.)

            ¡Hola, amigos!  ¿Cómo ha ido el día? … Os traigo una invitada muy especial.

ENANITOS:  ¿Qué?

                    – ¿Qué haces?

                    – ¿Qué dices?

                      – ¿Qué hace aquí esta muchacha?

                        etc.

                        (Aportaciones personales)

ILUSTRADO: (Dando vueltas a su alrededor y mirándola de arriba a abajo)

            ¿Y… para qué necesitamos una invitada muy especial?

DEMÓCRATES: Me parece que nosotros no hemos invitado a nadie…

ESCRUTINIO: … y, mucho menos, a una mujer…

CAZADOR: Es una patriota. La persigue la Reina. Y, si no la escondemos, puede matarla.

EMÉRITO:¿Se va a quedar con nosotros?

CAZADOR: Para eso la traigo.

            (Todos los enanitos van haciendo corro alrededor de Blancanieves con cara  de desprecio)

EMÉRITO: Y tú… ¿Tú qué sabes hacer?

BLANCANIEVES: ¿Yo?… Pues… Pues… ¡yo sé bordar!

ENANITOS: … Bordar… ¡Bah!

BLANCANIEVES: Sé… sé cantar…

ENANITOS: … Cantar… ¡Bah!

BLANCANIEVES: ¡Sé pintar!

ENANITOS: … Pintar… ¡Bah!

BLANCANIEVES: ¡Sé leer!

ENANITOS: (Contentos)

                        ¡Sabe leer!

LUMEN: ¿Sabes leer inglés?

BLANCANIEVES: Por supuesto… y francés… y alemán…

DEMÓCRATES: ¡Esta chica es un tesoro!

ALBEDRÍO: ¿Serías capaz de leer las instrucciones de un ordenador?

BLANCANIEVES: Naturalmente. En  palacio tengo uno… y lo manejo muy bien.

ESCRUTINIO: (A los demás enanitos)

                         ¡Nos la quedamos! Andábamos buscando una persona capaz de poner en orden nuestras ideas y esta chica nos parece ideal.

            Por cierto: ¿cómo te llamas?

BLANCANIEVES: Blancanieves, para servirle.

EMÉRITO: Aquí no se sirve a nadie. Todos somos iguales. Cada uno tiene un trabajo, pero todos son igualmente importantes. Si falla la labor de cualquiera, por insignificante que parezca, la sociedad perdería su equilibrio.

            Nos vamos a presentar, Blancanieves.  Yo soy Emérito, el más anciano de todos.

ILUSTRADO: A mí me llaman Ilustrado, porque leo mucho.

LUMEN: Como a mí se me ocurren ideas geniales, me llaman Lumen. Este que está junto a mí es … Romántico.

ROMÁNTICO: Mi lema es el amor… Te adoro, Blancanieves (Hace una cómica reverencia)

ESCRUTINIO: A mí me gustaría poner el mundo patas arriba. Lo estudio todo, lo analizo todo, lo contabilizo todo.

No te extrañará si te digo que me llaman Escrutinio.

DEMÓCRATES: Yo represento a todos y, en su nombre, te doy la bienvenida. Se me conoce por Demócrates.

ALBEDRÍO:… Y, aunque te quedes entre nosotros, queremos que te sientas como en tu propia casa. Soy Albedrío.

BLANCANIEVES: Encantada de conoceros. Pero quiero que me contéis para qué os reunís y qué estáis haciendo tan secretamente.

EMÉRITO: Somos los representantes del pueblo y estamos elaborando una Constitución.

BLANCANIEVES: (Al Cazador)

             Esta es la Constitución que le quieres imponer al país?

CAZADOR: Las constituciones no se imponen, sino que se votan. Cuando la tengamos terminada, convocaremos al pueblo a unas elecciones y él decidirá si la aprueba o no.

LUMEN: Venga. Es la hora. Vamos a ponernos los disfraces de enanitos y a salir de casa sin levantar las sospechas de la policía.

            (Los ilustrados se colocan disfraces de enanitos, haciendo aportaciones cómicas a la situación, ayudándose unos a otros, mientras suena «La marsellesa». Blancanieves los mira callada y perpleja.)

EMÉRITO: Nos  vamos, Blancanieves. Para todo el mundo trabajamos en las minas de diamantes.

ALBEDRÍO: Nos interesa mantener el mito.

ESCRUTINIO: No se te ocurra abrirle la puerta a nadie, ni contar nada de lo que has visto y oído.

EMÉRITO: Nos meterían en la cárcel.

ROMÁNTICO: … ¿Nos dejas darte un beso de despedida?

BLANCANIEVES: ¡Claro!

(Los Enanitos se despiden, con un beso, y, a medida que salen, le van dando consejos a Blancanieves)

            -Recuerda lo de la puerta

            – Si llaman, no contestes…

            (Y otras aportaciones personales de los actores)

(Música de despedida)

                      TELÓN

                                    CUADRO V

NARRADOR: Pasaron los años.

            Blancanieves vivía feliz con los ilustrados-enanitos del bosque. Ellos le fueron enseñando las normas de la democracia y ella, en cambio, les cantaba bellas canciones pasadas de moda, cuando volvían de su jornada laboral.

            Blancanieves había vivido hasta entones sin tener conciencia de su situación en la sociedad, rodeada de cortesanos que, protegiéndola aparentemente, anulaban su personalidad  en nombre del protocolo.

            Descubrió que el palacio era una jaula de oro donde no se le permitía pensar, ni opinar… y donde nadie le hacía caso.

            En la casa del bosque no tenía muchas comodidades… Era una más trabajando y disfrutando. El respeto y la igualdad eran las bases de su convivencia.

            Blancanieves quería mantener su autonomía sin depender de sus amigos, y  buscó un trabajo que la dignificara.

            Todos vivían felices… Pero se acercaban tiempos difíciles: el padre de Blancanieves, el sabio Rey, que todo lo hacía por el pueblo, aunque no contara con el pueblo para nada, había muerto… Y, su pérfida esposa se encontraba ahora como Reina Absoluta del país.

            (Al abrirse el telón aparece en escena la cámara de la Reina, donde ella se refugia para hablar con su consejero, el Espejo Mágico. La Madrastra se está quitando, con gran regocijo, los velos negros que se había puesto para asistir al funeral de su esposo. Mientras se desviste, maquina sucios planes para el futuro.)

REINA: (Bailando por el escenario)

            ¡… Qué maravilla!… Ya se murió el Rey, mi esposo… Ya no existe Bancanieves… Ahora soy la dueña absoluta del reino… Pondré… y quitaré  ministros y alcaldes a mi antojo… El que me obedezca, tendrá honores… Quien no lo haga, será ejecutado, sin remedio… Lo tengo todo: poder y belleza… ja… ja… ja.

            Voy a recrearme con mi Espejo Mágico. (Lo busca y se sitúa en el centro de la escena)

            -Espejito, espejito maravilloso,

             ¿Existe, en el reino, otro rostro más hermoso?

ESPEJO: Blancanieves tiene el rostro más bonito

                     y vive en el bosque con los enanitos.

REINA: ¿Con los enanitos?… ¡Terror!… Entonces… no la mató el Cazador…  o sea que me engañó… ¡En cuanto le pille, lo fulmino!… Pero, de momento… ja,ja…  De momento… me encargaré personalmente de Blancanieves.

(En el Teatro de Aula, se puede ampliar esta escena haciendo que la Madrastra busque una brujas y preparen las pócimas venenosas.)                                                                                                              TELÓN

    CUADRO VI

            Esta escena se desarrolla en la casa de los enanitos. A Blancanieves le  ha desaparecido el vestido de corte que llevaba y se viste, si no modernísima, sí actual.  Blancanieves escribe en un ordenador, mientras suena música moderna. Al terminar, lee, en alta voz el texto, que pertenece, realmente, a la Constitución de 1812.)

BLANCANIEVES: «La Nación es libre e independiente y no puede ser patrimonio de ninguna familia o persona…»

            … Pero, ¡qué cosas se les ocurren a estos ilustrados!… O sea que no tiene sentido un rey, como mi madrastra, que se cree dueña y señora de todos sus súbditos. (Sigue leyendo)

            «Artículo 3º: La soberanía reside esencialmente en la Nación, y, por lo mismo, pertenece a ésta exclusivamente el derecho a establecer sus leyes fundamentales.»

            … Ahora entiendo a los enanitos cuando hablan del Parlamento, que es el lugar donde se tienen que hacer las leyes… y no poner las que se les ocurran a los reyes…, que, si son buenos, como mi padre, bien va, … pero, si son malos, como mi madrastra, todo el mundo anda de cráneo.

            (Tocan en los cristales de la ventana. )
¡Ay, madre!… Seguro que es la policía… Tengo que camuflar esto… Menos mal que lo tenemos todo previsto…

            (Coloca sobre el ordenador la caja de un televisor, se coloca un pañuelo en la cabeza, y coge el plumero. Todo esto ha de ir haciéndolo a la vez que habla por la ventana.)

            ¿Quién es?

REINA: (Desde fuera. Se la oye mal)

            ¿Hay alguien en esta casa? (Lo puede repetir varias veces)

BLANCANIEVES: Sí. ¿qué ocurre?

REINA: ¿No puede usted abrir?

BLANCANIVES: (Continúa escondiendo material subversivo)

            Ya voy. (Abre la ventana)

            ¿Qué quiere?

REINA: Hablar con usted. Hago publicidad.

BLANCANIEVES: No puedo atenderla. Tengo mucho trabajo. Además no me interesa la publicidad. La deja en el…

REINA: Es un minuto, señorita. ¿me podría dejar pasar?

BLANCANIEVES: Espere un momento.

            (Blancanieves abre, ingenuamente, la puerta y se le cuela la Reina terriblemente disfrazada. En su disfraz deben combinarse elementos antiguos, como faldamentas largas,  gafas de sol y un reloj de pulsera de plástico de color fosforito, por ejemplo. Porta un maletín de color chillón y hortera.)

REINA: Buenos días.

BLANCANIEVES: Buenos días. ¿Qué desea?

REINA: Soy la demostradora de los productos de belleza «Perfume de Primavera»… ¡Qué casa tan bonita!

BLANCANIEVES: Sí. Muy bonita. (Se da cuenta de que queda sobre la mesa un libro subversivo y lo va ocultando de forma cómica  mientras habla)

REINA: Traigo de todo: cremas de día…, de noche…,hidratantes… ¿Con quién vives, guapa?

BLANCANIEVES: Con los enanitos del bosque.

REINA: También traigo colonias… y esmalte de uñas… ¿Y… dónde están ahora esos enanitos?

BLANCANIEVES: Han ido a trabajar a las minas.

REINA: … ¡Ah!… Son mineros… Entonces tendrán mucha pasta para comprarte caprichos.

BLANCANIEVES: Yo no tengo muchos caprichos…  Y los que tengo, me los pago yo, gracias a mi trabajo.

REINA: ¡Ah!…¿Pero no estás aquí siempre aquí encerrada?

BLANCANIEVES: Ni mucho menos. Trabajo en una editorial. Soy traductora… No sé por qué se empeña en sacar todos esos frascos… No necesito nada… La belleza se consigue con una alimentación sana y variada. Comida mediterránea, vamos…

REINA: Eso está muy bien…  Con su chorrito de aceite de oliva… ¿Podemos sentarnos?… Pero no es suficiente… (Mientras habla va abriendo el maletín y colocando los productos sobre la mesa)

            Necesitas cuidarte, hijita… Con esa cara tan preciosa, debieras arreglarte más… ¿Y cuántos enanitos dices que son?

BLANCANIEVES: Siete. ¡Qué frascos más bonitos!

REINA: Tengo una crema hidratante buenísima. Pruébala. (Le unta el dorso de la mano con ella) ¿Ves qué suave se queda la piel?

            También tengo esta otra que es para el acné juvenil… Tienes unos granitos que hay que combatir. (Le aplica)

            ¿Y, en qué minas trabajan esos enanitos?

BLANCANIEVES: En las de diamantes. ¿Está usted segura de que se me quitará el acné con esta crema?

REINA: Segurísima. Ahora te voy a enseñar los perfumes. Puedes comprar alguno para los enanitos… Dices que llegan al caer el sol…

BLANCANIEVES:  Sí. Cuando comienza a anochecer.

REINA(Mirando su reloj de pulsera)  Aún falta un buen rato. Trabajan mucho… Tenemos de caballero y señora. (Saca un montón de frascos, a cual más bonitos, y los coloca, en hilera, sobre la mesa).  ¿ Y tú, cuándo trabajas?. Huele este.

BLANCANIEVES:  Tengo horario flexible. Hoy me he quedado trabajando en casa.(Aspirando)… ¡Qué delicia…!

REINA: Ahora este.

BLANCANIEVES: …¡Es fresco y delicado!

REINA:… Y… éste… Este sí que es magnífico.

BLANCANIEVES: (Oliendo el frasco)

            Muy sutil… Apenas se percibe.

REINA: Debes aspirar mucho más fuerte… y varias veces seguidas… con ganas…

(Blancanieves aspira con toda su alma, hasta que cae desmayada)

            Así… así…

            ¡Ja, ja, ja!… Ya eres mía… ¿qué te creías, tontuela?… ¿que te iba a dejar escapar?… Para eso he traído mi veneno al vapor, que es mortal… ¡Ja, ja,ja!.

            (La malvada reina recoge sus frascos y tarros con gran parsimonia, mientras se oye una música estridente.

            Me iré enseguida, que se va a poner el sol y llegarán esos farsantes… porque estoy segura de que Blancanieves me ha engañado miserablemente y lo de la mina es un camuflaje… ¡A mí me la van a dar con queso…!

            …¡Y parecía tonta cuando me casé con su padre…!

            (Sale después de cerciorarse de que Blancanieves está bien muerta. Música triste.)

            (No tardan en llegar los amigos de nuestra democrática princesa, que se asustan al verla tendida en el suelo. Al entrar en escena, se van quitando- mientras actúan-  los disfraces de enanitos y se quedan con sus ropas auténticas. Esta vez vaqueros y camisetas. Además de las frases escritas, pueden – y deben- hacer aportaciones personales.)

ENANITOS: (Hablan a la vez. Atropelladamente.)

            _¡Hola, Blancanieves!

            – ¿Todavía no has llegado?

            – ¡Mira lo que te traigo!

            – ¡Qué hambre tengo…!

            – ¿Qué pasa?

            – ¡Blancanieves!

            – ¿Qué te ocurre?

            – ¡Está en el suelo!

            – Desmayada.

            – ¡Muerta!

            – Señor…¡No!

            Etc,etc

EMÉRITO: (Acercando su oído al pecho)

            Pues respira… Hay que hacer algo… Enseguida

LUMEN: A ver tú, Ilustrado, que hiciste un cursillo de primeros auxilios en el colegio… ¿Qué tenemos que hacer?

ILUSTRADO: Primero colocarla así… tumbada… con cuidado… Luego, así… (La va reanimando)

ALBEDRÍO: Parece que espabila… ¡Qué alegría!

ROMÁNTICO: Blancanieves, mi amor, ¿qué te ha pasado?

ESCRUTINIO: ¡Menos mal!… ¡Vaya susto!

BLANCANIEVES: (Despertando) ¡Ay!… ¿Dónde estoy?

EMÉRITO: ¿Dónde vas a estar?… En casa… Con los enanitos…

ROMÁNTICO: Pero… ¿Por qué estabas desmayada?  ¿Qué te ha pasado?

BLANCANIEVES: Llegó una vendedora de productos de belleza… y me hizo oler una colonia… No recuerdo más.

ESCRUTINIO: ¿Una vendedora?… Esa es la bruja de tu madrastra, que te tiene rabia porque eres más guapa que ella… y, sobre todo… más lista.

ALBEDRÍO:… Y porque eres una mujer independiente …

ILUSTRADO:… Y una intelectual…

ESCRUTINIO:… Cosa que ella, por muy reina que sea, no  lo huele… Y lo que sí se está oliendo es que le queda poco tiempo de oprimir al pueblo.

ROMÁNTICO: ¡Ja, ja!… ¿Cómo te lo diría yo…!

EMÉRITO: De acuerdo: pero el caso es que nuestra amiga tiene un problema serio. ¿Entendido?

DEMÓCRATES: De ahora en adelante, no le abras la puerta a nadie. ¿Has oído? ¡A nadie!

ROMÁNTICO: Si es necesario, te dejamos encerrada.

BLANCANIEVES: ¡Hala!…  ¿Y qué pasa con mi trabajo? No me va a comer el lobo…

ILUSTRADO: Hay alguien más temible que el lobo. Tú misma lo has experimentado.

BLANCANIEVES: Pero tengo que trabajar… Vosotros, mucho pensar, mucho pensar, pero ninguno trae a casa un sueldo decente…

ILUSTRADO: No lo dirás por mí, que, aunque miserable, tengo un trabajo fijo en el periódico.

ESCRUTINIO: Lo dice por mí… (Con guasa)  A la señorita no le gustan las pintadas  nocturnas con las que decoro los muros de la ciudad.

LUMEN: ¡Eso es libertad de expresión!

EMÉRITO:  ¡Por favor, callad!… No es momento de discutir… Estoy seguro de que, como se entere la Reina, que te has librado de la muerte, vuelve a buscarte. No lo olvides. Eso es lo que importa ahora.

ESCRUTINIO: ¿Quién le habrá ido con el cuento?

DEMÓCRATES: Hay muchos espías sueltos. Seguro que hasta sabe lo que nos traemos entre manos.

ALBEDRÍO: Blancanieves: no es solo tu vida la que está en juego. Ni siquiera la nuestra… Es la libertad del pueblo lo que tenemos que defender

                                    (……Buscar final acto ¿baile?)

                                                                                                                                                                                   TELÓN

                                                            CUADRO VII

NARRADOR: Mientras tanto, en el palacio, la malvada reina volvía a interrogar a su espejo mágico.

            (Habitación de la Reina)

REINA: Espejito maravilloso.

            ¿Existe, en el reino, otro rostro más hermoso?

ESPEJO: Aunque la dejaste desmayada,

                    Blancanieves vive y es bella como un Hada.

REINA: ¡No puede ser…! Yo le di a oler el perfume maldito, del que no se libra nadie… ¿Qué hacer ahora?… Como no llegue a tiempo, no solamente será más hermosa que yo, sino que, como está ayudando a esos liberales de los enanitos, me quitará la corona… Tengo que discurrir algo todavía peor para que no se me escape…

                                                CUADRO VIII

NARRADOR: En la casita del bosque ya se había pasado el susto del desmayo y los liberales, con Blancanieves, habían reanudado sus actividades habituales.

            (Se abre el telón. Los habitantes de la casa del bosque, tranquilamente relajados, están esparcidos por la escena. Acaban de comer y están de sobremesa. Toman infusión de melisa y manzanilla. Unos pueden leer, otros, jugar a las cartas. Blancanieves echa una partida de ajedrez con LUMEN.)

DEMÒCRATES: (Leyendo la prensa del día)

            Dice el periódico que el Príncipe de Demolandia ha renunciado a su trono para servir al pueblo.

ESCRUTINIO: Y ahora… ¿qué va a hacer?

DEMÓCRATES: Se va a presentar a unas elecciones y, si el pueblo lo elige, pues reinará…, siguiendo las órdenes del Parlamento, claro está.

BLANCANIEVES: …Y esta torre, se come a la dama… ¿Y si no le eligen?

DEMÓCRATES: Dejará la política y se conformará con lo que decida el país.

LUMEN:  … (Moviendo pieza) Y yo con mi caballo, te dejo sin medio ejército…. A nosotros nos interesaría que el Príncipe viniera por aquí, para poder consultarle nuestros problemas y poder quitar del trono a esta Reina absoluta y dictadora.

BLANCANIEVES: El príncipe está al corriente de lo que nos traemos entre manos porque yo se lo cuento por correo electrónico.

ROMÁNTICO: ¡Ah, pillina!… ¿Conque escribiéndote con el Príncipe?… Vaya calladito que te lo tenías… eh!

BLANCANIEVES: No sé que tiene de particular que nos escribamos: el Príncipe y yo nos conocemos desde niños…

DEMÓCRATES: ¿Y qué os contáis?

BLANCANIEVES: Principalmente asuntos de política. … Luminosito… que te gano…! Él me cuenta cómo va el proceso de democratización de su país. Ya sabéis que están mucho más adelantados que nosotros.

ESCRUTINIO: Van más adelantados porque el Príncipe está interesado en ello… nosotros, en cambio, tenemos que luchar contra la Reina.

LUMEN: …Que, de momento, es quien tiene la sartén por el mango.  ¡Jaque mate, princesa! ¡Te he ganado!

BLANCANIEVES:  … Esta partida… Ya me tomaré la revancha, majete.

            ¿Por qué no le mandamos un correo al Príncipe, para que venga cuanto antes?

DEMÓCRATES: ¿Nos dejas que lo enviemos nosotros?

ILUSTRADO: Eso. Vamos a ponérselo nosotros… y firmamos «Blancanieves»

BLANCANIEVES:  Ni hablar. El ordenador es mío.

ILUSTRADO: También lo era el ajedrez…  hasta que nos enseñaste a ganarte…  (Con guasa)

BLANCANIEVES: Pues hasta que no llegué yo no sabíais jugar.

ESCRUTINIO: … (Con mucho recochineo) ¡Es que es un deporte aristocrático…!

BLANCANIEVES: Escrutinio… no empieces a chincharme… que pierdo la paciencia…

ESCRUTINIO: … ¡Un deporte aristocrático!

BLANCANIEVES: … ¡Que pierdo la paciencia…!

            (ESCRUTINIO se sale de la escena con mala cara)

ROMANTICO: … No le hagas caso… ya sabes que, aunque es noblote, se pasa de bruto.

EMÉRITO: … Y no hay manera de conseguir suavizarle.  Salid a calmarle, que hoy está insoportable. ¿Sabéis qué le pasa?

ROMÁNTICO:  Ha tenido un altercado con la policía por culpa de las pintadas. Menos mal que llegó Demócrates y consiguió que no le metieran en la cárcel.

            (Salen Demócrates e Ilustrado en busca de ESCRUTINIO)

BLANCANIEVES: Vaya por Dios. De haberlo sabido no me hubiera puesto así. Tengo que pedirle disculpas.

LUMEN: Voy a poner el fax al Príncipe.

(Se queda Romántico)

BLANCANIEVES: ¡Ni se te ocurra! … No quiero bromas con el Príncipe… (Va detrás de ellos. La ataja Romántico.)

ROMÁNTICO: No les hagas caso… que es para hacerte rabiar… Tú quédate conmigo… que te adoro… Que no puedo vivir sín ti…

BLANCANIEVES: Romántico… te estás pasando un pelín…

EMÉRITO: Vamos, Romántico, que los otros ya han salido.

ROMANTICO: La próxima vez no te daré la lata. Gracias, Blancanieves.  Hasta luego.

BLANCANIEVES: ¡Qué pesado!

EMÉRITO: Adiós.

BLANCANIEVES: ¿Ya os vais? ¿No es un poco pronto?

EMÉRITO: Tengo una entrevista secreta con una personalidad de palacio. La reina no sabe que cada vez está rodeada por más gente sensata y democrática.

ROMÁNTICO: Preparamos un golpe de estado incruento. ¿Te falta mucho trabajo?

BLANCANIEVES:  Lo tengo ya hecho. Ahora, cuando me quede sola, voy a pasarlo a limpio. No tardéis. Adiós.

(Blancanieves se sienta cómodamente a leer, mientras suena la música. Al cabo de unos minutos, llaman a la puerta. )

REINA: Toc… Toc…

BLANCANIEVES: ¿Quién es?

REINA: (Desde fuera) ¿Viven aquí los Enanitos del Bosque?

BLANCANIEVES: Sí. Aquí viven. Pero, en este momento, no hay ninguno.

REINA: ¿No está Emérito?

BLANCANIEVES: Acaba de salir. Se lo tiene que haber encontrado por el camino.

REINA: No he visto a nadie. Qué pena… me había citado para esta hora.

BLANCANIEVES: ¡Qué raro!… Cuando quedan con alguien, siempre me avisan.

REINA: El caso es que… no voy a poder volver otro día… ¿Le puede usted dejar el recado?

BLANCANIEVES: (Abriendo la puerta) Bueno… ¿De qué se trata?

            (La Reina se mete enseguida en la casa. Esta vez va disfrazada con una ropa en la que también se mezclan los elementos antiguos y nuevos, pero diferente a la otra visita. Puede llevar pantalones y camiseta con un tocado medieval.)

REINA: Pues… me había pedido el catálogo de la «Gran Enciclopedia del Enanito». Yo soy una vendedora de libros.  ¿Le enseño el catálogo?

            (Abre su maletín y salen catálogos, folletos y libros de diverso tipo)

            Mire: ¿ve?… comida de enanitos… vestido de enanitos… Este es muy importante: Los enanitos y la Naturaleza… Mire, mire.

BLANCANIEVES: … Es que… yo no sé si esto es lo que necesitan mis Enanitos… Ellos son mas modernos.

REINA: ¡Huy!… Si son modernos se interesarán por este volumen: «Los enanitos transgénicos»… O este otro: » Clonación de enanitos». ¿Por qué no se la regala usted?

BLANCANIEVES: ¿Cuál? … ¿La enciclopedia? … ¡Pero si yo trabajo en una editorial!…

REINA: Precisamente por eso: le haremos una rebaja considerable.

BLANCANIEVES: ¿ Sí? ¿Qué precio tiene?

REINA: Son cinco mil ducados, que se quedan en tres mil. Una miseria.

BLANCANIEVES: Muy cara,  a pesar de todo, ¿no?

REINA: No se preocupe… se puede pagar a plazos. En treinta y seis meses. Sin recargo… Casi no se dará cuenta.

BLANCANIEVES: Me sigue pareciendo cara.

REINA: … Pues piense que tiene este precio porque estamos de promoción. Se va a vender a ocho mil… y… sin regalo.

BLANCANIEVES: ¿Qué regalo?

REINA: (Destapando una atractiva cesta de manzanas.)

            Esta hermosa cesta de manzanas.

BLANCANIEVES: ¡Qué bonitas!

REINA: ¿Quiere usted una?

BLANCANIEVES: ¿Aunque no compre la enciclopedia?

REINA: Con la enciclopedia se regala la cesta entera… Esta se la doy yo a usted… porque me ha caído muy bien. (Escoge la más hermosa)… A ver… ésta… ésta… ¡ésta sí que está bonita! ¿La quiere?

BLANCANIEVES: ¡Qué bien huele!… (Le da un mordisco y habla con la boca llena) Me puede dejar el catálogo y… (Se lleva la mano a la garganta con un gesto de dolor) ya se lo enseñaré a Emérito en cuanto… ¡Ay!… ¿Qué me pasa?

REINA: Te pasa… que has picado otra vez… tontuela!

BLANCANIEVES: (Sorprendida)¿Quién es usted?

REINA: Soy tu madrastra… que no estoy dispuesta a que me hagas sombra… ni en hermosura.., ni en poder…

BLANCANIEVES: ¿Por qué me odia de esa manera?… Me muero… Si yo nunca la he hecho daño…

            (Cae desfallecida)

REINA: Ja… ja… ja… De esta, si que no te libras, Blancanieves… Ahora ya no tienes salvación… Yo seré la única Reina Absoluta del país… y, pos supuesto… ¡La más hermosa!.. Ja… ja… ja… (Sale riéndose)

            (Música de impacto. Se apaga la luz de repente y, al cabo se unos minutos, comienza a iluminarse progresivamente, a medida que entran los Enanitos)

ROMÁNTICO: ¡Blancanieves…te traigo estas flores…!

LUMEN: …¡Ya llegamos…!

DEMÓCRATES: ¿Dónde estás?

ILUSTRADO:¿Te has escondido?

EMÉRITO: ¡Aquí nos tienes!… ¿Pero dónde estás, muchacha?

ESCRUTINIO: … Aquí… está aquí… en el suelo… Yo creo que está muerta…

ALBEDRÍO: ¡Muerta!… ¡No es posible!

            (Se acercan todos a Blancanieves que yace en un rincón. Este es un momento de aportaciones personales de los actores. Hablan a la vez, o se lamentan individualmente sin participar de la conversación del resto. Más o menos así:)

            -¡Está pálida y fría!

            – ¡Se nos ha ido!

            – ¿De dónde ha salido esta cesta de manzanas?

            – ¿Qué hacemos ahora?

            – Y… ¿esta propaganda?… ¿Quién ha dejado aquí todos estos papeles?

            – Blancanieves…bonita…

            -Pues no reacciona…

            -¿A que ha sido, otra vez, la Reina?

–           -Pues, como haya sido la malvada Reina, no tiene arreglo.

            – Claro que no lo tiene: ¿no ves que está muerta?

            – Muerta y bien muerta… ¡Ay!

EMÉRITO(Tomando el pulso de la princesa) Bueno. Esto no tiene remedio. Esta vez, la pérfida Reina se ha salido con la suya… y, Blancanieves ha muerto, definitivamente.
(Todos lloran)

ESCRUTINIO: Vamos a colocarla allí y prepararle un entierro digno de una princesa.

LUMEN: ¿Pero… tú no eres republicano?

DEMÓCRATES: Hay princesas… y Princesas.

(Se oye de lejos el sonido de un clarín que anuncia la llegada del Príncipe. Los Enanitos se emocionan)

            (Se apaga la luz durante un momento. Música de clarines.         

 EMÉRITO: Es el Príncipe que  acude a nuestra  llamada .

TODOS: ¡El Príncipe!

PRINCIPE: (Entrando. Los enanitos se quedan estupefactos). ¡Albricias, amigos!… ¡Ya estoy aquí!…  He leído vuestro mensaje y acudo presuroso a encontrarme con vosotros… ¿Dónde estáis?

EMÉRITO: Aquí, Príncipe.

LUMEN: Vienes en mal momento.

ROMÁNTICO: (Llorando) ¡Ha muerto Blancanieves!

DEMÓCRATES: ¡La hemos perdido para siempre!

ESCRUTINIO: … Todo por culpa de la malvada Reina…

ILUSTRADO… Que la ha envenenado…

ESCRUTINIO: ¡Nos la tenemos que cargar!

PRINCIPE: ¿Cómo? ¿Es posible que aún queden reyes tan malvados, que quieran reinar a costa de sus súbditos? ¿Dónde está Blancanieves?

EMÉRITO: Aquí, señor. (Mientras hablan, va acercando al Príncipe hacia Blancanieves. El les escucha mientras la contempla.)

ALBEDRÍO: (Llorando) Vivía con nosotros, refugiada en nuestra casita del bosque.

            Pero hasta aquí llegó la perversa Reina.

DEMÓCRATES: … Era nuestra mejor colaboradora.

EMÉRITO: Gracias a su sensibilidad femenina, nuestro trabajo se humanizó y racionalizó.

ILUSTRADO: Nos hizo observar aspectos de la vida, que a nosotros, por ser hombres, se nos escapaban…

LUMEN: Se hizo respetar… y nos respetó.

ROMÁNTICO: Hemos dejado de mirar a las mujeres como inferiores… porque ella nos demostró su superioridad.

DEMÓCRATES:… Ahora, hombres y mujeres trabajamos codo con codo…

ESCRUTINIO: … Gracias a ella… Nosotros éramos unos teóricos de la democracia.., pero, en la realidad…, en el fondo de nuestra alma.., no aceptábamos que todos y todas fuéramos iguales…

LUMEN:… Iguales… iguales… A veces pienso si nosotros hemos estado siempre a su altura.

EMÉRITO: … Hay que reconocer… que le costó un poco entender nuestra filosofía: ella procedía de un mundo en el que la mujer solamente era un bello objeto que adornaba los salones.

ESCRUTINIO: … Amaba la paz sobre todas las cosas…

DEMÓCRATES: … Sus opiniones eran sensatas y acertadas…

ROMÁNTICO: … Y, además… ganaba un buen sueldo…

PRÍNCIPE: ¡Qué barbaridad…! Parece mentira que la presencia de una sola mujer os haya hecho evolucionar de esa manera.

EMÉRITO: Es cierto: nosotros que estudiábamos tanto, y creíamos que encontraríamos la sabiduría en los libros, hemos descubierto, con su convivencia, el ser más próximo y más ignorado por los hombres: la mujer.

PRÍNCIPE: Yo no he necesitado su presencia para descubrirla… Nuestra copiosa correspondencia ha servido para conocernos profundamente, y he llegado a amarla hasta tal punto, que me hubiera gustado ser su esposo.

ROMÁNTICO: Tarde habéis llegado, Príncipe. Ahora, solamente podéis llorarla, como nosotros sus colegas.

PRÍNCIPE: Pero la lloraremos con orgullo y dignidad. Para ello debemos colocarla en otro sitio más importante. Aquí apenas se la ve. ¿Me ayudáis a situarla en el centro de la sala?

(Acuden todos los Enanitos, en tropel, un poco atolondrados, a cambiarla de sitio. Este es un momento se aportaciones personales de los artistas, como ha debido ser todo el duelo al margen del texto. Al colocarla sobre una mesa o un banco, se les resbala y cae boca abajo. En este momento, devuelve la manzana.)

ILUSTRADO: ¿Qué pasa? ¿Qué está devolviendo Blancanieves?

PRÍNCIPE: Parece un trozo de manzana…

LUMEN:… (Contemplando el resto de manzana que estaba en algún sitio) ¡De esta manzana!

ESCRUTINIO: … De haberlo pensado… hubiéramos intentado antes hacerla devolver…

BLANCANIEVES: (Reaccionando) ¡Ay!… ¡Qué dolor de cabeza…!  ¡Y qué nauseas!… ¿Dónde estoy?

EMÉRITO: Aquí, en la casa del bosque, con nosotros los Enanitos…

PRÍNCIPE: … Y… conmigo, el Príncipe.

BLANCANIEVES:… (Saltando y quedándose sentada)   ¡El Príncipe!… ¡Y yo con estas pintas!

Reconocerás que no paso por mi mejor momento…

PRÍNCIPE: Efectivamente.. y aún así estás espléndida.

BLANCANIEVES: No seas adulador… ¡Ay que mal … y qué bien me encuentro…!

PRÍNCIPE: El mal ya se ha pasado

BLANCANIEVES(Coquetuela)  No sabes las ganas que tenía de volver a verte.

PRÍNCIPE: Yo también… Te recordaba jugando por los jardines de palacio, cuando éramos niños… Sigues igual de hermosa… Y, por si no hubieran sido suficientes nuestras cartas para enamorarme de ti, los caballeros ilustrados, acaban de dibujar un semblante de tu alma, tan bello como es tu rostro.

            Blancanieves: ¿quieres ser mi esposa?

BLANCANIEVES: ¡ Claro que quiero, Príncipe!. Tú representas el mundo moderno, y la Democracia, y la Justicia, y la Felicidad.. . y te quiero!

ENANITOS:  ¡Vivan los novios! (Cantan muy contentos todos haciendo corro a Blancanieves y el Príncipe)

NARRADOR: … Y cuenta la Leyenda que Blancanieves se casó con su Príncipe, y en el país celebraron unas elecciones donde quedó derrotada la malvada reina, saliendo elegida nuestra amada Blancanieves, que juró fidelidad a la Constitución que elaboró el Parlamento… Y aquel pueblo fue muy feliz durante largos años… Y colorín colorado.

                                                            FIN

Dramatización escrita para TEATRO DE AULA  por

PETRA-JESUS BLANCO RUBIO

Registrada en Febrero 2013

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