Cuántas “Doña Inés” tenemos que se dejan agraviar por el hombre que jura amarlas sin saber que son prenda de una apuesta con su orgullo. Y aunque las hieran, las ultrajen, descalabren o las maten de dolor no denuncian ni …
Cuántas “Doña Inés” tenemos que se dejan agraviar por el hombre que jura amarlas sin saber que son prenda de una apuesta con su orgullo. Y aunque las hieran, las ultrajen, descalabren o las maten de dolor no denuncian ni …