NOCHE DE SAN JUAN en PUNTA GALEA

 

 

*OCASO

 

 

Quiero despedirme del Sol en esta noche corta,

mirando su acostarse entre las nubes

despidiendo mil rayos deslumbrantes

cargados de color

haciendo guiños de luz a los mortales

que persiguen su rastro en el ocaso,

porque reverbera en las alturas

y enreda con los nimbos

pintando el arco iris en los rincones,

celando y emergiendo por entre los estratos

que mudan de alegría, juguetones,

y no quieren dejarlo

para que se vaya a otras tierras del Poniente

a seguir con su juego inacabable

del escondite.

 

He acudido hasta el faro de Punta Galea

a verle hundirse tras el horizonte

rielando en la mar tranquila

donde se funden el agua con el éter.

 

Y yo, que soy de tierra adentro, he comprendido

que el lecho de mi Sol es tan enorme,

que no solo cobija los trigales

amarillos de oro, en la llanura,

ni montañas ariscas

ni bosques de alcornoques,

ni desaparece, otras tardes, al trasluz

de las ramas de olivos y de jaras

o incide sobre la libélula

irisando su alas junto al arroyo;

sino que necesita de un colchón blando ,

azul y húmedo,

para refrescarse y surgir,

la alborada,

fresco y reluciente

a pasearse, con toda su grandeza

como Osiris, en

por el balcón del cielo.

23-junio-2015

2 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *